Las entrañas de Morella arrojan restos de un dinosaurio de hace 125 millones de años
Los equipos de investigación reclaman un centro de investigación paleontológico
Su nombre impresiona: dinosaurio saurópodo titanosauriforme. Tanto como su ‘edad’: 125 millones de años, y su dimensión: 20 metros desde la cabeza a la cola, y entre ocho y nueve de alto. Era herbívoro, “y lo más probable es que se alimentara de los brotes más tiernos de los árboles porque con esa altura no tenía competidores”. Tenía una dentición bastante floja, “como pequeñas barritas, y arrancaba el alimento para tragarlo directamente, sin proceso de masticación”. También ingería piedras para favorecer la digestión. “Se han encontrado muchos restos de gastrolitos cercanos a lo que sería su estómago”. Cuadrúpedo, “sus piernas eran enormes y potentes, como columnas”. También su peso. De varias toneladas.
Cuando el paleontólogo José Miguel Gasulla habla de este ejemplar, localizado en el Mas de Romeu de Morella, es capaz de sumergir a quien escucha esa descripción tan al detalle en un viaje en el tiempo. Un viaje que arranca hace 125 millones de años. En el Cretácico Inferior “más concretamente en el Barremiense Superior”, aclara con ilusión y cierta dosis de adrenalina en sus palabras: “¿Cómo te sientes tú cuando tienes la noticia del año en tus manos? Pues esa misma sensación es la que tenemos con esto”, afirma. “Todo lo relacionado con los dinosaurios tiene una repercusión social importante; atraen porque eran enigmáticos, brutales, porque se han hecho miles de películas sobre ellos. Y cuando vayamos preparando material y publicándolo, esa repercusión aumentará aún más”. De momento no tiene nombre oficial, pero su hallazgo en el yacimiento Mas de Romeu vuelve a situar a Morella, en Castellón, en el epicentro de la paleontología mundial.
Por la cantidad de restos localizados: hasta 80 huesos del mismo individuo, la mayoría de la cintura pélvica y de las extremidades. Han aparecido los dos fémures, un húmero, dos tibias y la ulna, “lo que sería el cúbito de los mamíferos”, además de elementos de la cola. También por su buen estado de conservación y sobre todo porque podría tratarse de una nueva especie. “Estamos trabajando en esta hipótesis, si se confirma, imagínate, tendríamos un nuevo dinosaurio en la Comunidad Valenciana”, apostilla Gasulla, uno de los tres directores de la excavación financiada por el consistorio morellano, junto a los también doctores en Paleontología Francisco Ortega y Fernando Escaso.
De confirmarse la hipótesis, con él sería la segunda nueva especie de dinosaurio descrita en Morella, tras el Morelladon beltrani, ejemplar de 125 millones de años, imponente, emparentado con el popular Iguanodon y hallado en diciembre de 2015 en una cantera de arcilla del término municipal. Y el tercero descrito en toda la Comunidad Valenciana, pues al Morelladon beltrani le precedió a finales de los años noventa y en la comarca de Los Serranos el Losillasaurus, perteneciente al Jurásico.
Todo apunta también a que aparecerán más restos en el Mas de Romeu, donde trabaja a diario un equipo de seis personas, pertenecientes al Grupo de Biología Evolutiva de la UNED de Madrid, con la colaboración del descubridor del yacimiento, el vecino de Morella Ángel Segura. “Los elementos de la cola están articulados, lo que quiere decir que están en la posición anatómica que les corresponde en su forma de vida, hemos encontrado once vértebras seguidas, conectadas. Y eso indica que pueden aparecer más elementos porque no hay dispersión”.
Hasta que un estudio más exhaustivo dirija la investigación en una u otra dirección, lo que sí es cierto es que este dinosaurio “nos ayuda a afinar mucho la diagnosis de los saurópodos de Morella y a clarificar la posición dentro de este grupo, porque han aparecido elementos que nos permiten compararlo con otros restos de yacimientos cercanos, como los del Tastavinsaurus, hallado en Peñarroya de Tastavins, en Teruel, al que es muy próximo desde el punto de vista cronológico”, apunta este experto.
También supone una inyección extra de reconocimiento. Los yacimientos de Morella están posicionando a la localidad de Els Ports en lo alto del ránking mundial. “Estamos llegando al panorama internacional con un respeto, junto a los yacimientos de Cuenca y los del Cretácico Superior de la Cuenca de los Pirineos, que están aportando mucho material, sin olvidar la zona de Burgos y, por supuesto, Teruel con Dinópolis”.
“Supone un espaldarazo definitivo al patrimonio paleotológico que tenemos, no hace más que confirmarlo”, dice Gasulla, y ello refuerza el tono reivindicativo de los equipos de investigación, que reclaman para Morella un centro de investigación paleontológico, con laboratorio y almacén donde poder preparar, analizar y catalogar el material encontrado –sólo entre el 15% y el 20% de los restos hallados estos años ha superado esta fase- y almacenar los fósiles. Estas instalaciones permitirían unificar en Morella los restos localizados en la comarca, depositados en diferentes instituciones de la geografía valenciana poco relacionadas con la paleontología, como el Museu de la Valltorta de Tírig, de arte rupestre, o el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (Ivacor). La Generalitat Valenciana autorizó a finales de 2015 almacenar los fósiles del Els Ports en la comarca de origen, pero en poco más de un año el espacio para custodiarlos “se ha completado; hay que tener en cuenta que son materiales muy grandes. Un fémur puede medir 1,60 metros”.
A raíz de la salida a la luz de este ejemplar de dinosaurio saurópodo titanosauriforme, el alcalde de Morella, el socialisa Rhamsés Ripollés, ha anunciado su intención de “acelerar los plazos y trabajos necesarios para habilitar un espacio donde los expertos puedan continuar su trabajo en Morella y no tengan que desplazarse a otros laboratorios o emplazamientos”.
“Dice que está muy cercana la posibilidad de que en breve tengamos un lugar adecuado. Confía en que el Consell pondrá los medios necesarios”, traslada Gasulla, “porque es una ayuda al patrimonio valenciano”. “A nivel nacional significa situar y clarificar mucho las diferentes familias y especies de saurópodos, y también en Europa”, dice. “Ese es el compromiso del alcalde y ha vuelto a reafirmarlo con optimismo; así que vamos a intentar ser también optimistas, pero desde la cautela”, concluye. La cautela que imponen precedentes como el fallido Museo Dinomanía de Morella, con 20 millones de euros de presupuesto y cuyas obras, previstas para 2007, nunca se ejecutaron.
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