Adega empuja a la Xunta a tramitar la declaración de BIC para Cova Eirós
El colectivo lleva más de ocho años luchando por la protección del enclave con pinturas rupestres situado en terrenos de una cementera
Como un “éxito” y con cierto grado de “euforia” se ha recibido en la asociación ecologista Adega que la Xunta se haya visto forzada a “incoar” el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) la Cova de Eiros, en el concello de Triacastela, “principal exponente de nuestra historia paleolítica y la única cavidad gallega con pinturas y grabados rupestres”, ha exaltado en rueda de prensa una de las portavoces, Adela Figueroa.
“Es una gran noticia para Adega porque llevamos más de ocho años luchando para que A Cova de Eirós sea debidamente protegida legalmente”, ha subrayado. Figueroa ha explicado que se consiguió “que fuera incoado el expediente para ser declarada BIC”, dicha gruta que “es la primera cueva donde aparecen pinturas rupestres en Galicia, la última datación que se hizo es entre nueve mil y doce mil años de antigüedad”. “Hay más de 32 paneles pintados dentro de la cueva que dan muestra de su importancia”, ha reparado.
También se afanó en explicar que Adega ya inició la “lucha” para este reconocimiento hace más de ocho años, antes incluso de que apareciesen “las pinturas”. “Desde 2008 empezamos a defender que esa cueva fuese declarada Bien de Interés Cultural porque en ella había restos de habitación, de Ursus expeleos, el oso de las cavernas, el más occidental de Europa y el yacimiento más abundante de toda Europa y tenía una particularidad y es que en las paredes de la cueva aparecían rebañaduras de oseznos, lo cual nos indicaba que aquellos restos no eran de osos muertos sino que allí vivieron en la cueva”, ha destacado.
Adela Figueroa puso de manifiesto, además, “el hecho de encontrar en esa cueva restos de una hoguera de más de 180 mil años, un ser que era capaz de encender fuego lo encendió allí”, ha pormenorizado. También aprovechó para afear la “pasividad” de la Xunta desde que en 2012 se pidiese esa catalogación, que no llega hasta cinco años después y luego de que pesara la amenaza de un contencioso contra el gobierno gallego.
El abogado de Adega, Apolinar Gómez, afirmaba finalmente que este reconocimiento puede ser definitivo antes de “24 meses” que es el plazo máximo para conseguirlo, aunque confía que incluso antes pueda ser declarada BIC, ya no solo la cueva sino también el ribazo y una ladera del monte donde se asienta. Esa cueva es propiedad de la multinacional brasileña Votorantim, dedicada al cemento, destacando los ecologistas la “buena” predisposición de la empresa hacia este “monumento”.
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