Sànchez, el liquidador de Convergència

Hace menos de un año aseguraba que nadie sabía lo que era el caso 3% y este jueves es uno de los arrestados en la tercera ronda de actuaciones policiales que persigue la financiación irregular de Convergència Democràtica. Francesc Sànchez (Sant Boi de Llobregat, 1971), abogado, exconcejal de Servicios Sociales y Salud del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y procedente de las Joventuts Nacionalistes de Catalunya (JNC), asumió el encargo de Artur Mas y se erigió en uno de los hombres fuertes del partido soberanista en enero de 2016, tras la conformación del nuevo Ejecutivo catalán.

Sànchez tomó las riendas de régimen interno del partido, lo que suponía asumir el día a día del partido y coordinar, entre otras tareas, la contabilidad de la formación. Hasta entonces había asumido la estrategia judicial de Convergència ante los distintos casos de corrupción que acechaban a la formación. Es, por ejemplo, uno de los dirigentes de la formación que acompañaron a Oriol Pujol –dirigente al que era próximo-- a los juzgados por el denominado caso de las ITV, fotografía que, según la actual dirección del PDECat, le inhabilitaba para asumir cargos de responsabilidad institucional en la nueva etapa de la organización.

Sànchez se ha movido bien entre bambalinas y ahí continuaba, pese a que en septiembre aseguraba tener ganas de dejar su actividad política para volver a su despacho profesional, una vez celebrado el congreso de refundación de Convergència, en julio. Pero no fue así. Él fue quien, tras recibir el encargo de organizar ese congreso, recibió el encargo de traspasar todos los activos y los pasivos de la antigua Convergència al actual PDECat antes de poder liquidarla. Fue por ejemplo, el encargado de liderar las negociaciones del expediente de regulación de empleo (ERE) acordado en diciembre, por el que el partido reducía un tercio de su plantilla y despedía a 30 personas.