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Ver Madrid con otra sensibilidad

Artistas con síndrome down, fotógrafos y arquitectos reinterpretan 12 edificios de la capital

La gasolinera de Mateo Inurria vista por el artista Carlos González, la Fundación Norman Foster y el fotógrafo José Manuel Ballester.
La gasolinera de Mateo Inurria vista por el artista Carlos González, la Fundación Norman Foster y el fotógrafo José Manuel Ballester.

Un grupo de páginas cuelgan sobre una maqueta pensada para ser un mecano en el que cada uno moldee Madrid desde el Ayuntamiento a su manera. Es la instalación Nudo de Cibeles, una de las 12 paradas de la muestra Miradas sobre Madrid que se expone hasta el 15 de enero en Centro Centro Cibeles. Sus organizadores, la fundación Arte Down, pensó la exposición para visibilizar otros espacios y miradas de Madrid “desde otro colectivo también invisibilizado”, los artistas con síndrome de Down.

El trabajo expuesto en Cibeles nace de una idea pensada por tres partes: la de la lente de un fotógrafo, la mirada de un arquitecto y la interpretación de un pintor o artista plástico Down que interpretan Madrid.

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Los grandes edificios de multinacionales acaparan casi todo el espacio, pero también hay sitio para los monumentos —la fotógrafa madrileña Ouka Leele fotografía el Teatro Real— y para los retratos más urbanos. Ocurre con la gasolinera de Mateo Inurria, instalación en la que ha participado el artista Down Carlos González junto a la Fundación de Norman Foster y el fotógrafo José Manuel Ballester. El trabajo de Carlos fue el de hacer un lienzo de la fotografía de la gasolinera que preside la sala del trabajo y utiliza la técnica del óleo sobre fotografía.

Carlos González se emociona al hablar del proceso de trabajo y espera “que la gente que visite la exposición aprenda a ver y sentir recorriendo el camino que yo he hecho”. Esta instalación, además, se completa con un pequeño documental y una maqueta, que reproduce las cubiertas que el propio Carlos ha reconstruido con cartulina. “Además, ha copiado uno de lo bocetos originales de Norman Foster”.

Todos, desde grandes estudios de arquitectura a fotógrafos más modestos, han trabajado de la mano para construir cada instalación. “La gente se sorprende cuando ve cómo pintan y cómo sienten el arte”, explica María Luisa Fernández-Fresneda, responsable de la Fundación Arte Down, “yo les no les llamo discapacitados, son artistas con capacidades”. La de la fundación es una tarea sin ánimo de lucro que empezó hace 20 años y que ha conseguido exponer en Matadero. Hace cinco años llevó una muestra al centro cultural, en la que reinterpretaba la pintura del siglo XIX en España a través del arte y el diseño de prendas. Además, las obras de sus artistas ilustran pequeños objetos que se venden en el museo Thyssen o en El Prado.

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Marta Urtasun, Pedro Rica y Rafael Villalonga son los arquitectos y el fotógrafo que han trabajado con Victoria Vallejo-Nájera, la artista Down que ha reinterpretado la vida que pasa por Cibeles. El equipo —el más joven de la exposición, por cierto— ha intentado “escenificar un Madrid intangible”. El resto de paradas invitan a pasear por el edificio de PwC, las Torres de Colón, el Teatro Real, la Puerta de Alcalá, el Botánico, el museo Arqueológico, Casón del Buen Retiro, el edificio Metrópolis y una instalación de Telefónica. Todas ellas se han versionado y repensado a golpe de pincel, maqueta y objetivo.

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