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El fiscal pide cinco años por el envío de coca por correo de Brasil a Vigo

Las entregas, que venían camufladas entre libros y cedés, fueron abortadas en una bajo control de la policía

El 7 de octubre de 2015, una mujer se personó en la sucursal número tres del servicio de Correos del barrio de O Calvario, en Vigo, para recoger personalmente un paquete que unas semanas antes no había podido ser entregado por el cartero a su destinatario, al no encontrarse este en su domicilio. Después de presentar la notificación del aviso de llegada del envío a uno de los operarios de la oficina, en el que la mujer figuraba como persona autorizada por el verdadero destinatario para su recepción, A.R.C., era detenida por agentes de la Comisaría de Policía de Vigo.

El paquete postal, procedente de la ciudad de Campinas, Estado brasileño de Sao Paulo, no había pasado el primer filtro en la Aduana de Vigo al resultar sospechoso. Entonces se solicitó una autorización judicial para abrirlo, en presencia del secretario del juzgado de instrucción número dos de la ciudad. En su interior, ocultos en un estuche que contenía discos compactos y libros, se encontraron 185 gramos de cocaína, de una pureza del 63%, cuyo valor en el mercado negro habría superado los 16.000 euros.

Se acordó, entonces, que el paquete llegara a su remitente mediante una entrega controlada de la policía que fue acordada en un auto por el juzgado número 15 de Madrid, aunque luego resultó infructuosa al no estar localizado su destinatario, por lo que el cartero dejó aviso de llegada en el buzón de la dirección indicada.

El destinatario del paquete postal era M.A.F., con antecedentes penales aunque no computables a los efectos de reincidencia, que utilizaba a la mujer como cómplice. Ambos contactaron con traficantes brasileños con los que concertaron los envíos, viajando por ello en varias ocasiones al país suramericano.

Los dos acusados serán juzgados el próximo jueves, en la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra. El fiscal solicita cinco años de prisión para cada uno y multa de 49.000 euros, que supone el triple del valor total de la cocaína intervenida. En el caso de que los acusados no abonen el pago de la multa, la fiscalía de Vigo pide que el tribunal les condene a ambos con un año más de prisión, además del pago de las costas procesales.

La policía abortó así un sistema de introducción de cocaína, poco habitual en el pequeño tráfico, que tenía como destinatarios distribuidores de droga que operan en el sur de Galicia. La última operación contra redes que emplean esta modalidad se remonta a 2009, cuando la policía desarticuló también en Vigo un grupo que semanalmente introducía entre cinco y diez kilos de cocaína en paquetes postales procedentes de Sudamérica.

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Los envíos eran coordinados por traficantes colombianos que residían en Vigo y que también organizaban transportes por vía marítima. En concreto, la organización preparaba la entrada de un importante alijo en un contenedor desde Venezuela que debía desembarcarse en el puerto vigués y que pudo ser interceptado por la policía.

El grupo llegó a utilizar buzones postales a través de recibos robados de abonados de la luz. Después, mediante justificantes falsificados, recibían los envíos de droga que eran retirados sin problemas.

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