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Los sanitarios de Mataró alertan de una sobrecarga “insostenible”

El hospital rechaza que esté en peligro la seguridad de los pacientes

Jessica Mouzo
Fachada del hospital de Mataró
Fachada del hospital de MataróAlbert Garcia

Los profesionales sanitarios del hospital de Mataró, intervenido por la Generalitat desde el año pasado por haber hecho déficit en el ejercicio de 2014, están “al límite”. En una misiva enviada a la gerencia del centro sanitario, que pertenece al Consorcio Sanitario del Maresme (CSdM) y da cobertura a 265.000 personas, los trabajadores denuncian una sobrecarga laboral “inaceptable e insostenible”. Alta ocupación, urgencias colapsadas con imposibilidad de drenaje a planta, bajas y vacaciones del personal no cubiertas e infraestructuras obsoletas dibujan el panorama que, según refleja la carta, se encuentran los empleados diariamente.

“Tenemos una ocupación en hospitalización que supera el 95%, con la sobrecarga de trabajo que eso significa porque no se cubren bajas ni vacaciones y, si se cubren, son por menos horas”, lamenta un trabajador del hospital. La saturación de las urgencias tampoco ayuda a mejorar la situación. “En Urgencias se llegó a entender a 340 pacientes, los mismos que se atienden en Can Ruti (el hospital de Badalona), con la diferencia de que ellos tiene tres veces más personal y espacio para atenderlos”, lamenta el mismo trabajador.

El Plan de reequilibrio que ha impuesto el CSdM para cuadrar las cuentas deja poco margen de maniobra (cuando un hospital hace déficit, la Generalitat interviene su gestión y les obliga a realizar un plan de reequilibro para recuperar la autonomía). “No toman ninguna medida para paliar estas carencias que tenemos. Ahorran a base de sobrecargar al personal”, critican desde el sindicato CATAC. Según recoge la carta, las enfermeras de urgencias llegan a tener asignados 12 pacientes “cuando los estudios científicos afirman que una enfermera de urgencias ha de ser responsable de cuatro pacientes”. Los trabajadores han pedido a la dirección del centro un estudio de cargas de trabajo con la intención de que, con los resultados en la mano, “se adecuen las plantillas y recursos para dar la asistencia necesaria”. Sin embargo, todavía no han obtenido respuesta por parte de los mandos del hospital.

Al cúmulo de trabajo, los empleados acusan también la obsolescencia de las infraestructuras. “Está obsoleto el utillaje, como mesas de quirófano, camas o sillas, y también aparatos de diagnóstico como las endoscopias”, lamenta un trabajador. Por todas estas cuestiones, los trabajadores, temerosos de los riesgos que puede generar esta sobrecarga laboral que denuncian, han trasladado a la dirección “la responsabilidad de la seguridad de los trabajadores y los pacientes”.

La Gerencia, por su parte, ha negado que la seguridad de los pacientes esté en juego y ha tildado de “grave irresponsabilidad” siquiera insinuarlo. Con todo, aunque ha reconocido “las tensiones” por el aumento de la actividad asistencial, una portavoz del centro ha señalado que el hospital no prevé tomar ninguna medida directa para solventar las denuncias que exponen los trabajadores.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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