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El brote de gastroenteritis afecta ya a 2.020 personas

Un hombre ya se lesionó el esófago en 2003 por beber agua en mal estado del manantial que originó esta intoxicación

Jessica Mouzo
Garrafas y surtidor de agua Eden.
Garrafas y surtidor de agua Eden.carles ribas

Más de 2.000 personas están afectadas por el brote de gastroenteritis notificado por la Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT) el pasado viernes en Barcelona y Tarragona. El origen de la intoxicación se encuentra en garrafas de agua embotellada del manantial de Arinsal, en Andorra. Tras el análisis de los cultivos de algunos afectados, los técnicos de Salud Pública detectaron la presencia de un norovirus, un microorganismo que está presente en intestinos animales y se contagia a través de las heces, que, a su vez, pueden contaminar el agua. Estos virus causan la mitad de las gastroenteritis comunes.

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A última hora de ayer, el número oficial de afectados por el brote era de 2.020 personas. Con todo, esta cifra se prevé mucho mayor, ya que Salud Pública sólo registra los casos que llegan a los servicios sanitarios pero, al tratarse de una gastroenteritis leve, muchos afectados pasan la dolencia sin acudir al médico y no se contabilizan. La sintomatología, que remite en 48 horas, consiste en vómitos, fiebre leve, diarrea y dolor abdominal.

La empresa Eden, que distribuyó el agua en mal estado, ya retiró el viernes seis lotes sospechosos con 6.158 garrafas que se repartieron a 925 empresas durante los días 7, 8, 11, 12 y 13 de abril. “De acuerdo con las encuestas epidemiológicas, el vehículo de transmisión podría estar relacionado con las garrafas recogidas fuera del territorio catalán”, indicó ayer el secretario de Salud Pública, Joan Guix. El Departamento aseguró no haber detectado ninguna anomalía en la empresa distribuidora.

La investigación se centra ahora en el manantial de donde procedía el agua y en la planta de envasado. El gobierno andorrano también ha paralizado cautelarmente la línea de producción de esta planta, que no es la primera vez que se ve inmersa en un problema de salud pública: en 2003, cuando la gestión del manantial de Arinsal pertenecía a otra empresa, un hombre sufrió lesiones esofágicas tras beber de un botellín que contenía restos de sosa caústica.

“Los análisis microbiológicos de la fuente, que se analiza diariamente según los parámetros que exige la normativa, son correctos”, dijo una portavoz del gobierno. Sin embargo, dado que los análisis no contemplan el estudio del norovirus, las autoridades del país pirenaico recogerán muestras de todas las zonas de la línea de producción para estudiar la presencia de este virus. Las muestras se analizarán, junto a las tomadas a los pacientes en Cataluña, en un laboratorio de Girona. Aunque Eden avanzó ayer en su cuenta de Twitter que el jueves tendrían resultados de los estudios realizados, Guix puntualizó que los cultivos para detectar el norovirus tardan al menos 10 días. El responsable de Salud Pública aclaró también que la transmisión de persona a persona, aunque es posible, es poco probable.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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