Colau aprueba la prohibición de abrir pisos turísticos entre criticas de chantaje

El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aprobado en el pleno de este viernes el Plan Especial Urbanístico para la regulación de los pisos turísticos. Solo Barcelona en Comú y su futuro socio, el PSC, han votado a favor del plan. El resto de grupos (CiU, Ciutadans, ERC y la CUP) se han abstenido, salvo el PP, que ha votado no. La aprobación se ha producido entre duras críticas al ejecutivo por "chantajear" o "coaccionar" a los grupos. Los partidos entienden que se les ha empujado a votar entre un plan que de facto prohíbe abrir nuevos pisos turísticos o bien abrir la puerta a que en un mes, cuando finalizan las prórrogas a la moratoria del exalcalde Xavier Trias, el Ayuntamiento tenga que dar nuevas licencias en toda la ciudad.

El plan aprobado este viernes estará en vigor hasta que se apruebe el PEUAT (Plan especial urbanístico de alojamientos turísticos), previsiblemente en verano. Establece que no se puede abrir ningún nuevo piso turístico a menos que se cierre alguno de los existentes. Suponiendo que se cerrara alguno, solo se podría abrir en los barrios periféricos. Y además no podrían hacerse en ningún espacio que sea una vivienda. De facto, pues, prohíbe la apertura de nuevos HUTS, las siglas en catalán de Viviendas de Uso Turístico. En la ciudad hay 9.600 legales.

El presidente de la patronal de los pisos turísticos, Apartur, Enrique Alcántara, ha tachado de "muy grave, demasiado" una aprobación que ha dicho que contiene "un error de procedimiento porque se aprueba sin exposición pública ni alegaciones".

De los seis grupos de la oposición, solo el PSC ha otorgado un "voto de confianza" al ejecutivo, tal y como lo ha llamado el concejal Daniel Mòdol, que ha recordado que "el de los pisos turísticos no es un problema que haya generado" Colau. "Sería muy cómodo abstenernos para no mojarnos, pero queremos apoyar lo público", ha defendido.

Las críticas más duras a Colau han llegado desde las filas de CiU, Ciutadans y PP. El concejal convergente Jordi Martí ha calificado la votación del plan de "chantaje político". "En los planes especiales no pueden caber modificaciones del sistema, es un ejercicio poco transparente", ha dicho. Koldo Blanco, de Ciutadans, ha tachado de "chapucera la gestión de los pisos turísticos en los dos últimos mandatos". "Nos sentimos coaccionados", ha manifestado, "regular no es prohibir, el plan daña y criminaliza la actividad y no tiene en cuenta los efectos positivos de los pisos, que también los tiene", ha dicho. Desde el PP, Javier Mulleras ha considerado que la aprobación del plan de pisos turísticos supone "aprobar una parte del PEUAT por la puerta de atrás: introducen el fundamentalismo antiturístico".

Desde ERC, Jordi Coronas ha defendido la abstención en una votación "incómoda y no deseada" fruto de la "incompetencia en la gestión". "Estamos ante abrir el grifo o aprobar un plan que no nos gusta, porque ponemos en duda la garantía jurídica del procedimiento y no pone acento en perseguir a los pisos turísticos ilegales", ha manifestado y ha recordado al gobierno "que no hay consenso en el PEUAT ni en la forma de abordar el turismo en la ciudad". Desde la CUP, en cambio, María José Lecha ha expresado que según su formación el plan, un "buñuelo" se queda corto, porque son partidarios de no abrir nuevos establecimientos turísticos en ningún caso en ningún barrio.

La teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Janet Sanz, ha defendido que el plan sí tiene fundamento jurídico, un informe de la secretaría general, y ha criticado que en el anterior mandato "se hacían moratorias para fingir preocupación y no se hacía nada". "Este nuevo gobierno está poniendo orden en un tema en el que que nos hemos encontrado chapuzas", ha dicho y sobre la oferta ilegal ha recordado que Barcelona es "la primera gran ciudad que multa plataformas digitales que promueven pisos ilegales".