El exedil de Cultura: “Nunca encargué un informe de la Memoria Histórica”
El concejal de Cultura en 2013 era Pedro Corral (PP), y dice que nunca ordenó elaborar una relación a los trabajadores municipales
El Ayuntamiento que encabeza Manuela Carmena (Ahora Madrid) comenzó a retirar a finales de enero “vestigios franquistas” de las calles. El Consistorio arrancó o demolió elementos que estaban protegidos, como el monolito al Alférez Provisional, o una placa en recuerdo de ocho carmelitas asesinados en un cementerio de Carabanchel. Todo ello basándose en un listado realizado por los técnicos municipales en 2013. El problema es que nadie ha visto el informe y el Ayuntamiento sostiene que no lo puede hacer público. El concejal de Cultura ese año era Pedro Corral (PP), y dice que nunca ordenó elaborarlo.
Corral lo tiene muy claro: “Mi concejalía nunca encargó un estudio sobre los llamados vestigios franquistas, lo he confirmado a través del que era mi director de Patrimonio y de los técnicos. Puede que exista, pero desde luego en nuestra etapa, no se hizo”. Fuentes próximas a la anterior regidora confirman, además, que Botella “nunca fue partidaria de cumplir la Ley de Memoria Histórica en la capital”. “No quería saber nada de todo eso”, señalan.
Los vestigios afectados
Placa de los carmelitas. Se trata de una inscripción anclada en la pared del cementerio de Carabanchel Bajo y recuerda a ocho jóvenes carmelitas que fueron asesinados. Tenían entre 18 y 23 años cuando fueron fusilados.
Placas a Calvo Sotelo. Una se halla en la casa donde vívía, en la calle de Velázquez. La otra está grabada en el monumento que recuerda el asesinato de este diputado conservador en la plaza de Castilla.
Lápida a José García Vara. Se trataba de un falangista sindicalista. Fue tiroteado en la calle de Arrieta en 1935.
Monolito al Alférez Provisional. Levantado en 1960 recuerda a los alféreces que lucharon en el bando franquista. Eran jóvenes universitarios sin apenas preparación militar. Su mortandad fue altísima.
Caídos de Chamartín. Hace referencia a los soldados muertos en la guerra, pero solo a los del Ejército franquista.
Mártires de la Sacramental. Está en el cementerio de San Isidro y únicamente homenajea a las personas fusiladas durante la guerra del bando que se sublevó contra la República Española.
De hecho, ni Botella ni su predecesor, Alberto Ruiz-Gallardón, tomaron medida alguna para cumplir la ley, a pesar de los requerimientos constantes de los socialistas y de IU desde 2007, año en que entró en vigor la norma. No fue hasta la alcaldía de Manuela Carmena (mayo de 2015) cuando se pusieron en marcha los primeros mecanismos para retirar los símbolos. En un pleno celebrado el pasado 22 de diciembre, los grupos aprobaron el cambio de nombres y la retirada de vestigios, pero todo supeditado a un Plan de la Memoria que describiese cada uno de los elementos. Luego, se debatiría en la Comisión municipal de Cultura cuáles estaban o no afectados por la ley y, si la Dirección General de Patrimonio daba su visto bueno (algunos están protegidos), se procedería a su cambio. Nada más.
Pero con esta “autorización”, el Ayuntamiento empezó a quitarlos. El primero que cayó fue la placa que recuerda a ocho carmelitas asesinados en la Guerra Civil. Luego, el monolito al Alférez Provisional y la inscripción que recordaba la muerte violenta del falangista José García Vara (Arrieta, 4). En lista de espera quedaban, entre otras, dos placas dedicadas al diputado conservador José Calvo Sotelo, que fue asesinado también antes de la guerra.
El problema que denuncia la oposición (PP, PSOE y Ciudadanos) es que desconocen qué vestigios tenía previsto retirar el Consistorio y las razones que esgrime para hacerlo. De hecho, unos días después de estallar la polémica, la portavoz municipal, Rita Maestre, reconoció que se paraba la retirada de supuestos hitos franquistas hasta que se crease un “marco normativo” que lo permitiese. “Todos nos equivocamos”, reconoció.
El Ayuntamiento ha negado a este periódico el listado “realizado por los técnicos municipales en 2013”, en teoría en época de Ana Botella y Pedro Corral. “Yo tendría, de existir, que haberlo visto”, dice el concejal popular. “Como no sea que lo realizase un técnico aburrido y ese sea el famoso informe, no me cabe otra cosa en la cabeza”, señala.
Mar Espinar, portavoz de Cultura del PSOE, tampoco sabe nada del listado de monumentos franquistas. “Nunca lo hemos visto. Creo que a lo que el Ayuntamiento se refiere es a un listado de alguna asociación de la memoria histórica, pero lista oficial no me suena de nada. Quizás sepa algo Ana D´Atri, mi antecesora”, sospecha.
Ana D´Atri, que fue concejal socialista de Cultura hasta las anteriores elecciones y que hoy ocupa un sillón en el Congreso, tampoco tiene constancia. “No sé. Me suena algo de unas fotografías, pero yo creo que eran de calles. A lo mejor, se han basado en la relación que hizo el Foro por la Memoria. No se me ocurre otra cosa”.
Este foro se define como una organización “que nace, desde una perspectiva claramente vinculada a la izquierda, pero abierta a todas las personas de buena fe, con la firme convicción de luchar contra el olvido de los perdedores, por la defensa de su dignidad, pero sin ánimo de revancha, mirando hacia el futuro, buscando la incorporación de las esencias vitales y de los principios políticos y éticos que hicieron nacer a la izquierda, a las luchas actuales”. José María Pedreño, su presidente, también desconoce el listado al que hace mención el Ayuntamiento y niega haberlo realizado. “Nosotros tenemos más de 500 nombres registrados de calles y monumentos franquistas y puede haber otros más de 600. Es un trabajo ingente, pero no hemos hecho el que dice el Ayuntamiento”.
Pedreño, que urge a que se retiren todos los vestigios franquistas de la ciudad, no se muestra de acuerdo con que se hayan quitado sin una cobertura legal. “Admito que nosotros alguna vez hemos arrancado alguno, pero como un acto reivindicativo y ciudadano, pero una Administración como el Ayuntamiento no puede hacer eso”.
De Normandía a Carabanchel bajo
Además del listado municipal de 2013 existen, al menos, otros dos. Uno realizado por el grupo de IU en la anterior legislatura y otro más amplio del historiador Antonio Ortiz. En este último, por ejemplo, se incluye al procurador franquista, presidente de la Cruz Roja Internacional y ministro de Adolfo Suárez Enrique de la Mata Gorostizaga, cuyo monumento fue quitado por el Ayuntamiento a finales del mes de enero, prácticamente los mismos días en que se descolgó la inscripción de los ocho carmelitas de Carabanchel Bajo.
Sin embargo, el Consistorio niega que se retirase el monolito de De la Mata en virtud de la Ley de Memoria Histórica, sino “porque estaba dañado por dos accidentes de tráfico”. Las fotos que el propio Ayuntamiento entregó a este periódico tras su retirada no confirman del todo esta versión. El monolito estaba en perfecto estado, a excepción de cuatro marcas superiores en la piedra realizadas con una palanca para extraer la placa conmemorativa que tenía el monumento. ¿Quién hizo las muescas? Las opciones son dos: o los operarios municipales cuando lo trasladaron o vándalos que querían llevarse la inscripción de bronce. Imposible saberlo.
Pero no solo los monumentos levantaron la polémica, si no también el cambio del callejero. Del medio centenar de nombres que la Cátedra de la Memoria ha propuesto (una cátedra universitaria contratada directamente por 17.999 euros para evitar el concurso público), varios incluían graves errores. Entre ellos, el caso de Juan Pujol García, el hombre que engañó a Hitler y consiguió que sus tropas defendiesen Calais en vez de Normandía, y que fue confundido con Juan Pujol Martínez, el jefe de propaganda del dictador Francisco Franco.
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