Encontrados dos ejemplares de buitre común en las calles de Barcelona

Dos ejemplares de buitre común fueron vistos ayer por las calles de Barcelona. Los Agentes Rurales rescataron a uno de ellos cuando se encontraba en la confluencia de la Rambla Prim y la calle de Pere IV, en el distrito de Sant Martí, después de que una vecina de la zona llamase al teléfono de emergencias 112. Miembros del cuerpo forestal llevaron al ave al centro de recuperación de fauna de Torrefarrussa. El otro ejemplar fue visto en la montaña de Montjuïc por una pareja de agentes de los Mossos d’Esquadra. Este, en cambio, pudo retomar el vuelo sin asistencia veterinaria.

Según explicó ayer el jefe regional de los Agentes Rurales de Barcelona, Jaume Torralba, el ejemplar encontrado en la Rambla Prim no presentaba heridas. En principio, este buitre será alimentado e hidratado en el centro de Torrefarrussa para que recupere fuerzas y pueda volver a valerse por sí mismo. Entonces será liberado en su hábitat natural, en las zonas pirenaicas y prepirenaicas de Cataluña.

El ejemplar encontrado en Sant Martí es una cría de menos de un año. A pesar de su juventud, recordó Torralba, estas aves tienen prácticamente el mismo tamaño que los adultos: entre 90 y 110 centímetros de altura, hasta 2,6 metros de envergadura y no suelen sobrepasar los 10 kilos de peso.

Torralba aseguró que estos ejemplares de buitre que llegan a zonas costeras como Barcelona son aves que se dispersan del grupo y se pierden. “Algunos como el visto en Montjuïc sólo paran para descansar, otros como el rescatado en Sant Martí son crías que no controlan sus fuerzas y llegan exhaustos a estas zonas, por lo que necesitan asistencia veterinaria”.

La población de buitre común en Cataluña, apenas unas decenas de parejas hace 35 años, se ha disparado en las últimas décadas. En 2009, la Generalitat estimaba que ya había más de 1.100 parejas reproductoras. Las principales colonias se encuentran en las comarcas leridanas del Pirineo y Prepirineo, así como en las comarcas tarraconenses del Bajo Ebro.

A pesar de que su hábitat natural son las zonas montañosas, los buitres pueden desplazarse hasta la Cataluña Central para buscar alimento. Por ese motivo, recuerda Torralba, es frecuente ver estas aves en otras ciudades como Manresa (Bages) o Igualada (Anoia). “Tienen una gran capacidad para recorrer largas distancias en busca de alimento, pero aún así necesitan descansar”, explicó el jefe de los Agentes Rurales. A modo de ejemplo, Torralba recuerda que ejemplares anillados en Cataluña han llegado a ser detectados en Extremadura.

 Casos puntuales

 A pesar de que pueda parecer extraño, el avistamiento de buitres en la ciudad de Barcelona no es algo excepcional. En los últimos cuatro años hasta cinco ejemplares han sido vistos en el área metropolitana de la ciudad. En enero del año pasado, sin ir más lejos, un ejemplar se dejó ver durante varios días por las azoteas de los barrios de Collblanc y la Torrassa, en L’Hospitalet del Llobregat. Tras varios días de persecución, y otros tantos intentos fallidos, un equipo de los Agentes Rurales consiguió atraparlo y fue trasladado al centro de fauna salvaje de Torrefarrussa, donde igual que el ejemplar llevado ayer, se le hidrató y alimentó, antes de ser puesto en libertad.