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El Gobierno vasco da por perdida la legislatura de Mariano Rajoy

Su portavoz, Josu Erkoreka, cree una “quimera” que pese a los resultados vaya a reflexionar

Pedro Gorospe
El portavoz del Gobierno Josu Erkoreka tras el Consejo de Gobierno
El portavoz del Gobierno Josu Erkoreka tras el Consejo de GobiernoL. RICO

Una legislatura sin nada que pactar. El Gobierno vasco cree que los cuatro años de mayoría absoluta del PP, con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo central son cuatro años perdidos para ahondar en determinadas políticas relacionadas con la lucha contra la crisis, o la reinserción de presos de ETA y el equema penitenciario en un escenario del final de la violencia y de retirada de la banda. Después de varias reuniones infructuosas entre Rajoy y el lehendakari Urkullu, y de la posición del mandatario popular quien, pese a los malos resultados electorales, aseguró ayer que no contempla cambios, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka ha calificado de “quimera” que vaya a abrir un periodo de reflexión de aquí a las elecciones generales previstas para noviembre.

“El Gobierno vasco ya antes de la conclusión de 2014, fijó las condiciones en las que cabía esperar algo del Gobierno central y francamente a estas alturas de la legislatura no parece razonable que se puedan esperar cambios de rumbo sensibles y perceptibles y positivos”, pese al varapalo que ha sufrido la formación conservadora en las urnas. El Gobierno vassco hizo ayer una apelación a la búsqueda de acuerdos que den estabilidad a las instituciones, incluso más allá del fraccionado mapa político vasco, pero siendo plenamente consciente de que se trata de una opción que con el PP ha resultado imposible más allá de los límites geográficos de Euskadi. Los Gobierno central y vasco no han sido capaces de superar ninguno de los numerosos problemas legislativos y de competencias que han surgido a lo largo de la legislatura, hasta el punto de que tienen abiertos en los tribunales una quincena de conflictos.

Un proceso

Es una de las razones por las que el Ejecutivo autonómico ha calificado de “proceso de recentralización del Estado” y que no sólo ha afectado a Euskadi. Navarra, una comunidad gobernada hasta ahora por UPN, próxima idelológicamente al PP, tiene abiertos más de una decena de conflictos con el Estado por presuntas invasiones a través de legislación básica. De hecho después del 15 de septiembre, fecha de la última cita entre ambos mandatarios se ha instalado el silencio institucional entre ambos. Urkullu aprovechó un acto de víctimas del terrorismo en Vitoria en el que también estaba Rajoy para pedirle de forma pública "una política de Estado para la Paz y la Convivencia, con el objetivo de pasar de la coexistencia a la convivencia". Rajoy que habló poco después en ese mismo acto en el que pusieron la primera piedra del Centro de las Víctimas, respondió que la política no va a cambiar “mientras ETA no se disuelva”. “Hasta entonces no hay nada de qué hablar”, redondeó unos días después en el Congreso de los Diputados.

Para el gabinete de Iñigo Urkullu, la actitud de Mariano Rajoy de explotar su mayoría absoluta hasta el último minuto del partido, incluso a costa de perder una parte sustancial de su electorado evidencia una manera de hacer política muy poco respetuosa con la pluralidad. Rajoy ni siquiera ha tenido en cuenta que el Gobierno vasco, con Íñigo Urkullu al frente se ha desmarcado de la vía Ibarretxe hacia la independencia, pero también de la catalana, y ha apostado por lo que denominan una vía concertada que es la que marca la disposición adicional de la Constitución, que reconoce los derechos históricos del País Vasco, para avanzar en el autogobierno.

Nunca es tarde para el acuerdo"

Otros temas que se han quedado en el cajón entre ambos gobiernos son el Aeropuerto de Foronda, que solo abre 12 horas después de un ajuste del 75% de la plantilla, el puesto de Inspección Transfronterizo que se eliminó, los retrasos en el Tren de Alta Velocidad (TAV), la plataforma logística Arasur, y algunos problemas derivados de los servicios en el Condado de Treviño. Después de cinco reuniones, el Gobierno vasco lamenta que “ni siquiera ha habido una respuesta” como prometió el presidente. Con esos mimbres, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka ha dicho esta mañana que “nunca es tarde para responder a las demandas de la ciudadanía en función de acuerdos entre instituciones” y ha avanzado que su equipo “seguirá hasta el último momento con la mano abierta y la disposición a entenderse. Pero lo que cabe esperar de Mariano Rajoy a estas alturas de la legislatura, cuando su actitud ha sido de aprovechamiento sistemático de su mayoría absoluta en las cortes generales” en relación al diálogo o al acuerdo “entra casi dentro de la quimera”.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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