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Visita al Gran Hermano

Exposiciones y visitas guiadas muestran los centros de almacenamiento de datos masivos de la ciudad

Sergio C. Fanjul
Exposición sobre la acumulación masiva de datos en MediaLab.
Exposición sobre la acumulación masiva de datos en MediaLab.kike para

Cada día un millón y medio de madrileños utilizan alguno de los 1.700 autobuses urbanos que recorren la ciudad repartidos en 203 líneas. Son 3.562 kilómetros de calles con 10.178 paradas. Toda esta maraña que nunca cesa se controla desde la sede de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), un mastodonte de hormigón y cristal situado en Pacífico. En sus sótanos, rodeados de pantallas, los inspectores (todos hombres de mediana edad para arriba, porque todos han sido conductores) vigilan al segundo que todo funcione correctamente.

Desde aquí se aseguran de que los autobuses no adelanten o atrasen, organizan desvíos en caso de cortes de calles o actúan en caso de que un autobús se averíe. Y recopilan toneladas de datos que guardan en una sala refrigerada llena de servidores. En cualquier momento pueden saber dónde está un autobús, qué velocidad lleva o quién lo conduce. Pueden saber, por poner un ejemplo, en qué minuto llegó cada autobús de la línea 27 a la parada de Embajadores el 5 abril de 2010: todo está registrado.

Los datos, por dentro

Estas son las próximas visitas guiadas a centros de datos masivos. Las inscripciones se pueden realizar en medialab-prado.es.

» 4 de mayo. Servicio de Protección de la Atmósfera.

» 11 de mayo. Centro de Control del Tráfico.

» 11 de mayo. Exposición Ojo al Data.

» 12 de mayo. Makespace Madrid.

» 18 de mayo. Centro de Control de Calle 30.

» 25 de mayo. Plataforma de atención telefónica 010-Línea Madrid.

» 26 de mayo. Exposición Ojo al Data.

» 2 de julio. Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

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La acumulación y análisis de datos masivos, el Big Data, es uno de los fenómenos tecnológicos más candentes de nuestra época y va ser fundamental en el devenir del mundo. Una consecuencia palpable, en el caso de la EMT, es que mientras que antaño el servicio de autobuses no era del todo fiable, ahora en cada parada (también en la web o la aplicación de la empresa) hay una pantalla que indica el tiempo de espera para el próximo autobús.

La sede de la EMT pudo ser visitada recientemente dentro de un programa de visitas guiadas a centros de datos masivos de la ciudad, organizado por Medialab-Prado, dentro de la iniciativa OJO al DATA, que también incluye una exposición en el propio centro (hasta el 6 de junio) y talleres y seminarios. En el Espacio Fundación Telefónica puede uno iniciarse en esta disciplina a través de la exposición Big Bang Data (hasta el 24 de mayo).

En realidad, los datos siempre han estado ahí, por todas partes: temperaturas, velocidades, llamadas telefónicas, aviones surcando los cielos u operaciones en cajeros automáticos. Pero ahora tenemos la tecnología para recopilarlos y darles nuevos usos. “Se trata de un fenómeno reciente, que tiene que ver con la capacidad para almacenar, analizar y visualizar grandes cantidades de datos”, explica Marcos García, director de Medialab. “En estas grandes bases de datos se pueden encontrar nuevos patrones y correlaciones, emergen nuevos significados: simplemente hay que dejar que los datos hablen”.

En la exposición de Medialab se ven proyectos que permiten visualizar la calidad del aire en la ciudad de Madrid (In the air, de Nerea Calvillo), entender los flujos de alimentos que entran y salen de MercaMadrid (MercaMadrid: Una topología visual de la red de flujos de los alimentos, de César García Sáez y Montserrat Cañedo) o ser consciente del número de inmuebles vacíos que se diseminan por la geografía española (Casas tristes, de Derivart, Gerald Kogler y Jordi Puig).

En las próximas semanas se podrán visitar otros centros donde se recopilan datos en la ciudad. En el Servicio de Protección de la Atmósfera del Ayuntamiento, en Delicias, utilizan 24 estaciones repartidas por la urbe para controlar que los niveles de monóxido de carbono, dióxido de azufre o partículas en suspensión sean los correctos, con resultados de contaminación que con frecuencia nos sobresaltan. El Centro de Control de Tráfico (en San Blas-Canillejas) regula todos los semáforos, paneles de información, cámaras, etcétera, de la ciudad. Lo propio hace el Centro de Control de la Calle30 (en Méndez Álvaro) en la circunvalación. Pero los datos se recopilan hoy en día por doquier, prácticamente en todo tipo de instituciones: bancos, ministerios, empresas de telecomunicaciones o centros de investigación.

El Big Data también resulta muy útil en el ámbito de la ciencia y la salud. En el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), uno de los referentes mundiales en la investigación del cáncer (que se podrá visitar), se manejan grandes cantidades de datos que configuran nuestra información genética, la esencia de nuestro ser que alberga el núcleo de cada célula. “Somos portadores de gran cantidad de datos”, dice David Pisano, jefe de la unidad de Bioinformática.

Centro de datos de la EMT.
Centro de datos de la EMT.kike para

Aquí obtienen el genoma de las células de los tumores y tratan de encontrar las mutaciones que puedan producirlos. La cosa es complicada: “Cada genoma tiene 3.000 millones de letras. Es un volumen de información brutal, y nosotros buscamos solo unos cientos de variantes responsables del cáncer”, dice Pisano. Como una aguja en un pajar. Que la obtención del genoma sea una técnica cada vez más barata hará, según el científico, que en el futuro hagamos una medicina más personalizada en cada individuo. “Dentro de no mucho, secuenciar tu genoma será tan habitual como hacerse un análisis de sangre”, avanza Pisano.

Pero si hablamos de Big Data, debemos también hablar de un concepto íntimamente relacionado, el Open Data. “La idea es que las instituciones abran sus bases de datos al público, porque siempre puede haber alguien que tenga una idea mejor para utilizarlas”, explica Marcos García, que juzga que esto supone un paso necesario para llegar a gobiernos abiertos y participativos.

En la EMT son pioneros en esta práctica. “Ponemos los datos que generamos a disposición del público a través de Internet para que todo el mundo pueda reutilizarlos”, dice Enrique Diego Bernardo, subdirector de Tecnología y Sistema de Información. Así, a través de opendata.emtmadrid.es, más de 30 desarrolladores han utilizado los datos de la empresa de transporte para crear aplicaciones como Urban Step, Moovit o Citymapper. “Utilizando estos datos podrían lograrse cosas como que una ambulancia o un camión de bomberos encuentre, en tiempo real y teniendo en cuenta la densidad del tráfico, el trayecto óptimo para llegar a su destino, cosa que puede ser clave para salvar vidas humanas”, relata Andrés Recio, responsable de Aplicaciones de Negocio de la EMT. Con el Big Data nunca se sabe qué utilidades podrían surgir en el futuro, quién puede encontrar un nuevo enfoque y sacarle nuevos jugos. “Es energía latente para ser utilizada”, afirma Recio, “el nuevo petróleo que incluso puede crear nuevos circuitos económicos”.

La compartición de datos podría mejorar nuestras urbes. “Cruzando los datos heterogéneos de diferentes servicios esenciales de la ciudad se podría crear conocimiento que permitiese una ciudad más inteligente”, dice Diego Bernardo, “se podrían mejorar todos los servicios y actuar de manera coordinada ante cualquier contingencia”. Un ejemplo a pie de calle: conseguir que los camiones de recogida de basura se coordinasen para no interferir con el trayecto de los autobuses urbanos. Con esta experiencia de Open Data, desde la EMT también quieren animar a otras instituciones a que abran sus bases de datos.

El Big Data resulta muy útil en el campo de la ciencia y la salud

En este sentido, el Portal de Datos Abiertos del Ayuntamiento (datos.madrid.es) pone a disposición del ciudadano colecciones de datos que produce el gobierno municipal. “Se publica todo lo que tiene interés para alguien o tiene interés desde el punto de vista de reutilización e incluso de transparencia. En nuestro portal hay una opción para que quien quiera solicite un nuevo conjunto de datos”, explica Enrique Crespo, funcionario de Tecnologías de la Información y Comunicación del Consistorio. Aquí se pueden ver el estado del tráfico, la estadística de multas de circulación (se publicaron a petición de un periodista), el censo de locales y negocios, el padrón municipal y hasta los rodajes cinematográficos realizados en la ciudad. En total, suman 191 conjuntos de datos.

Aunque no todo se puede publicar, “bien porque infringiríamos la Ley de Protección de Datos o alguna otra normativa, o bien porque técnicamente es complejo y caro”, dice Crespo, “con lo cual se decide priorizar lo que resulta más fácil y barato. Aunque poco a poco trabajamos para ir publicando todo lo que no esté protegido por ninguna legislación”. Por ejemplo, publicar información sobre las infraestructuras de electricidad, gas, agua o alcantarillado que recorren el subsuelo de la ciudad podría facilitar el sabotaje.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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