Tortosa debate el futuro del mayor monumento franquista en pie
Iniciativa pide una consulta para retirar la obra que se alza en medio del río
Dos puntas de hierro negras y colosales dominan el paisaje de las aguas del río Ebro a su paso por Tortosa (Baix Ebre). La construcción, alzada para conmemorar la victoria del bando nacional durante la batalla del Ebro, es el mayor monumento franquista conservado en Cataluña. Casi 40 años después de la muerte del dictador abordar el futuro del monolito provoca un gran rechazo y polémica entre la población. Ningún alcalde se ha atrevido a retirarlo. ICV-EUiA reabre ahora el debate sobre el monumento trasladando al pleno municipal previsto para mañana lunes una moción que insta a celebrar una consulta ciudadana para que los vecinos puedan decidir su futuro.
La escultura, encargada al artista Lluís Maria Saumells, fue levantada en mitad del río, en concreto sobre la pilastra del antiguo puente de la Cinta, volado en 1938 durante la contienda. La obra mide 45 metros de altura y se erige sobre una pilastra de hormigón desde la que se alzan dos puntas de hierro piramidales. La más alta tiene una gran cruz adosada en uno de los ángulos coronada por una estatua que representa a un soldado español guiado por una estrella, a la que toca con el brazo derecho levantado. La punta pequeña finaliza con la figura de un águila con las alas extendidas.
La obra, que Franco inauguró en 1966, ha ido perdiendo símbolos fascistas
La obra fue inaugurada en junio de 1966 por Francisco Franco durante una visita a Tortosa cubierta por el noticiario NO-DO. El dictador acudió a misa en la catedral, donde el obispo pronunció una homilía dijo en la que destacó la libertad de la gozaba para ejercer su cargo pastoral. Después toda la comitiva se trasladó a la margen derecha del río y el prelado bendijo la obra. “Conforme los años pasan se hace necesario preparar el campo nacional para que discurra y viva por sí mismo. Yo no puedo hacer más que agotar mi vida en vuestro servicio”, dijo Franco durante su discurso ante una multitud que lo vitoreaba.
El águila originariamente portaba el anagrama “Víctor”, que fue retirado tras la muerte del dictador. En 1986 se ordenó quitar la inscripción que presidía la obra alusiva al “Caudillo de la cruzada y la paz”. En 2008 el entonces equipo de gobierno local, formado por CiU y ERC, se deshizo de tres placas alusivas a la inauguración y a los caídos del bando nacional. En la actualidad ninguna administración se hace cargo de la conservación del monumento, que se ha convertido en un arma arrojadiza entre los partidos políticos.
Iniciativa quiere forzar una consulta popular sobre su futuro, aprovechando la propuesta de utilizar la pilastra que lo sostiene para la construcción de una pasarela para viandantes. “La ciudadanía debe decidir qué hacer, lo que no aceptamos es que se quede como está, franquista y sin ningún tipo de información de lo que representa”, explica Jordi Jordan, portavoz municipal de ICV. “Está totalmente deteriorado porque es un tema tabú, no se ha querido afrontar, aprovechando que el plan para la remodelación de la fachada fluvial prevé la construcción de una pasarela, creemos que es el momento dar el paso”, añade Jordan.
CiU no apoyará la moción que se presenta mañana en el Ayuntamiento
En 2010 CiU y PP se aliaron para frenar el derribo de la construcción al no apoyar en el pleno una petición de la entidad cívica Casal Popular Panxampla que instaba retirarlo. La propuesta de la entidad estaba avalada con la firma de 856 ciudadanos y reclamaba el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Todos los grupos apoyaron la petición menos el PP y CiU, que la tachó de “electoralista”.
El alcalde de Tortosa, Ferran Bel (CiU), avanza que su partido este lunes tampoco apoyará la moción y vuelve a argumentar que es "electoralista". “ICV y el PSC gobernaron hasta el 2007 en Tortosa y no hicieron nada, al contrario, lo catalogaron. La obra también era franquista entonces. Curiosamente ahora, cinco meses antes de las elecciones, vuelven a sacar el tema”, dice el alcalde. Bel afirma que la propuesta de consulta fue ideada por el propio gobierno local, pero que el problema debe solventarse “en positivo, explicando el proyecto, su coste y las posibilidades”.
“Ellos [en referencia a ICV] son absolutamente conscientes de que esto no es nada popular y pretenden que lo hagan otros. Es una maniobra para intentar desgastarnos”, expone el alcalde de Tortosa. Bel recuerda como en 2010 durante la campaña cívica para derribar el monumento le enviaron correos de manera masiva a él y a Artur Mas. “El resultado fue que por primera vez obtuvimos mayoría absoluta”, concluye Bel.
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