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opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Golfos en el PP y en más sitios

Hay que descubrir a los sinvergüenzas agazapados en el seno de los partidos

El que esté libre de golfos, que tire la primera piedra. ¿Quién no tiene un garbanzo negro en la familia, el municipio, el sindicato o el partido?

Cuesta reconocerlo, eso sí. En el caso de los partidos, las evidencias de la existencia de golfos eran tan palpables que no les quedaba más remedio que admitirlo.

Rajoy ha pedido disculpas en el Congreso por sus golfos. De manera muy explícita, el presidente del PP Andalucía, Juan Manuel Moreno, reconoce que “se nos han colado golfos en nuestras filas, uno, dos, tres, cuatro, incluso 10 sinvergüenzas”. Chaves comentó en su momento que “tres o cuatro golfos” dieron origen a los ERE.

Estos días hemos visto un claro ejemplo de que los golfos afectan a partidos de todos los colores. La juez Alaya ha levantado el secreto del sumario del caso Madeja. En su opinión, la empresa Fitonovo pagó sobornos a militantes del PP, PSOE e IU a cambio de apaños en contratos públicos. Los tres lo niegan.

Es más: hasta la Guardia Civil se benefició de un parque infantil construido por Fitonovo en un cuartel sevillano, gratis total. El parque costó 150.000 euros. Por su parte, los cursos de formación han sido cuna de golfería en la que se han doctorado los sindicatos.

La corrupción ha pasado a ser la segunda preocupación de los españoles, según el último barómetro del CIS. Su número ha subido del 42,7% al 63,9%. En un mes, 21 puntos más. Los golfos crecen en los últimos tiempos. Tres ejemplos recientes: la Operación Púnica (que descubrió golfos entre exconsejeros y alcaldes de Madrid), los viajes golfos del presidente extremeño a Canarias o la dimisión de la ministra Ana Mato tocada por la víbora Gürtel.

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Por fortuna, jueces y fiscales están haciendo su trabajo, algunos con zancadillas del poder político (el juez Ruz, que investiga las finanzas del PP). Pero los políticos no deben quedarse a la espera de las sentencias judiciales. Tienen que hacer algo más. Pero algo más que vomitar mera palabrería hueca.

En Andalucía, IU debatirá en su primera asamblea de rendición de cuentas del día 21 si ese “algo más” es una comisión de investigación en el Parlamento sobre los cursos de formación. Hasta ahora se ha negado a apoyar las propuestas-trampa del PP. El PSOE la rechaza tajantemente.

Nada que objetar a esa comisión, si no fuera por la fundada sospecha de que, además de profundizar en la verdad, IU pretende ir minando a su socio de Gobierno ante las próximas citas con las urnas. Aunque sin tensar la cuerda, dicen, para que no se rompa el pacto de Gobierno.

Lo importante es descubrir a los golfos, agazapados en mayor o menor proporción en todos los partidos. Más, en los que más poder acumulan. Lógico: tienen más cajas al alcance de su mano. La fuente de toda golfería: la pasta.

@JRomanOrozco

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