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Las goteras y humedades del hospital de Vigo se agravan por una huelga

Un quirófano está cerrado y otros tres funcionan sin climatización debido a los 20 días de paro de los trabajadores de la contrata de mantenimiento

Se cumplen tres semanas de huelga en el servicio de mantenimiento en el Hospital Meixoeiro de Vigo. Y si la situación física del centro dista de ser la óptima, con un proyecto de reforma integral pendiente para atajar el mal endémico de humedades y goteras, con el paro indefinido, seguido por el 100% de los trabajadores, la situación comienza a convertirse en insostenible. Principalmente en la zona quirúrgica, donde las goteras, en este caso provocadas por condensación, mantienen un quirófano inoperativo y otros tres sin climatización

El conflicto laboral del Meixoeiro se deriva de la apertura del nuevo hospital vigués, previsto para el próximo año. Todos los servicios no sanitarios serán gestionados por la empresa concesionaria. Y el actual Hospital Xeral quedará prácticamente sin actividad. El Sergas debe reubicar al personal de mantenimiento de este último, 45 profesionales estatutarios, que tienen la posibilidad de elegir entre el nuevo centro, con el servicio externalizado, o en el Meixoeiro o el Hospital Nicolás Peña, sin dejar de pertenecer al Sergas. Y eso provoca que los 42 que ahora están en el Meixoeiro, algunos con más de 25 años de antigüedad, teman seriamente por su puesto de trabajo.

La Xunta se ha desentendido del problema laboral en el Meixoeiro. La conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, ya advirtió en el Parlamento gallego que no considera que esté entre sus competencias solucionar la situación de un personal ajeno al Sergas. Mosquera vinculó el futuro laboral de esos empleados a lo que decidan los del Xeral, y se limitó a señalar que ser “buenos profesionales” es “la mejor garantía de tener un puesto de trabajo”.

La huelga indefinida comenzó el 17 de noviembre con un seguimiento masivo, aunque con unos servicios mínimos que rondan el 25%. La situación es especialmente preocupante en el área quirúrgica del hospital, ya que al quirófano cerrado hay que añadir otros tres que funcionan sin climatización. Según fuentes de los trabajadores, esta carencia impide que funcione la presión positiva, que evita la contaminación de la sala al abrir las puertas.

La incertidumbre laboral en el Meixoeiro no afecta ni a la cocina ni al servicio de limpieza. Sin embargo, las fugas de vapor en la lavandería no han sido resueltas, por lo que la ropa de todo el hospital se tiene que enviar a centros de Asturias y León. El servicio de mantenimiento acumula más de 600 partes de incidencias que no se han podido resolver, a pesar de unos servicios mínimos que el comité de empresa considera excesivos.

Tras la negativa de la Consellería de Sanidade a plasmar por escrito un compromiso de continuidad de los empleos, como pretendía la plantilla de mantenimiento, se han intensificado los contactos con la empresa que más posibilidades tiene de hacerse con el servicio en el Meixoeiro, tras la finalización del actual contrato con Isolux. Se trata de Altair, del grupo Dalkia, con la que este viernes llegaron a un entendimiento que podría derivar en una desconvocatoria el próximo martes. Con todo, los representantes sindicales en el hospital son cautelosos. “Es una operación muy complicada”, reconoce un delegado de la CIG.

Como trasfondo del conflicto está lo que la oposición considera una privatización de la sanidad en Vigo, como le replicaron a la conselleira esta semana en el Parlamento. El nuevo hospital Álvaro Cunqueiro fue construido y financiado por una concesionaria que, además de un canon anual de más de 71 millones que recibirá en cuanto entre en servicio, gestionará todos los servicios no clínicos del centro. La diputada del BNG Carme Adán, responsable de la pregunta a Mosquera, consideró la situación del Meixoeiro la prueba de que el nuevo hospital es “privado”.

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