“Ni sed, ni frío, ni oscuridad”
Más de un centenar de personas ocupan oficinas de empresas de suministro en Barcelona para exigirles que paguen los recibos de los pobres energéticos
Ante lo que consideran una falta de respuesta por parte de las administraciones públicas y de las empresas de agua, electricidad y gas, los llamados pobres energéticos decidieron ayer salir a protestar a la calle una vez más. Bajo la consigna “Ni sed, ni frío, ni oscuridad”, más de un centenar de personas ocuparon tres oficinas de Agbar, Endesa y Gas Natural en el Eixample barcelonés para llamar la atención sobre una de las problemáticas más graves de cara al invierno: la imposibilidad de tener la casa a una temperatura adecuada o incluso de poder preparar los alimentos.
La organizadora de la protesta ha sido la Plataforma contra la Pobreza Energética y contó con el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y los Yayoflautas. También se realizó en otras partes del territorio español como Canarias y Asturias. La principal queja es que, a estas alturas del otoño, la Generalitat aún no ha detallado cuál será su plan para mitigar una problemática que afecta a un 10% de los hogares catalanes tras la suspensión del decreto del año pasado que establecía una tregua invernal y que fue recurrido por el Gobierno central. Solo 900 familias se acogieron a esta solución.
El Departamento de Empresa y Empleo, liderado por Felip Puig, calcula que serían necesarios unos 25 millones de euros para hacer frente a los impagos aunque se trata de números provisionales dado que no existe un cálculo oficial de cuántos pobres energéticos hay en Cataluña. Este dinero resultaría de un fondo en el que aportarían recursos los Ayuntamientos, las empresas suministradoras e incluso particulares.
Pero desde la Plataforma contra la Pobreza Energética creen que es necesario ir más allá y consideran que el papel de las empresas debería ser más comprometido. “Tienen beneficios suficientes para hacer frente a los impagos de las personas vulnerables”, denunció ayer Maria Campuzano, una de las portavoces de la asociación.
Incluso consideran que hay abusos por parte de las eléctricas. Por ejemplo, explicó Campuzano, hogares donde se pagan grandes facturas porque la potencia contratada es superior a las necesidades reales y los vecinos desconocen que esta situación se puede cambiar. También denuncian prácticas como el acoso que están sufriendo por parte de terceros que actúan en nombre de las compañías. “Reciben continuas llamadas telefónicas cargadas de amenazas y agresividad exigiéndoles que paguen sus deudas”, agregó Campuzano.
Desde la Generalitat insisten en están en un “proceso de seducción” con las empresas de suministro para convencerlas de acercar el hombro. El mismo Síndic de Greuges ve “predisposición” para llegar a acuerdos. Sin embargo, los vecinos y activistas no ven buena voluntad. “Tanto Endesa y Gas Natural como Iberdrola han recurrido ante la Audiencia Nacional pagar el bono social. Es decir, no tienen intereses en tomar medidas al respecto”, apostilló Campuzano.
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