“Es una chirigota carnavalera como en 2009”
La ciudadanía reacciona a la propuesta con incertidumbre y descontento
En medio del guirigay de turistas que se apelotonaban a mediodía de ayer en la calle Portal del Ángel, en el centro de Barcelona, un pequeño puesto propagandístico de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ahuecaba a los transeúntes enfundado en un par de esteladas. Bajo una enorme bandera independentista catalana, el mostrador del tenderete exponía pines, imanes y pasquines en defensa de la consulta del 9-N, la misma que pocos minutos antes el presidente Artur Mas había convertido en una “consulta alternativa”.
Miradas fugaces de turistas curiosos se cruzaban con alguna que otra sonrisa cómplice de los paisanos locales que atravesaban la calle apurados. Por detrás del mostrador, sentados en unas sillas plegables, dos voluntarios de la ANC, miembros del partido Estat Catalá, expresaban con cautela su descontento: “Como partido tenemos que reflexionar sobre la respuesta a las declaraciones de Mas pero, a título personal, creo que CiU está reculando. Se ha acobardado ante el Estado español. Tienen que convocarse elecciones plebiscitarias ya y hacer una declaración unilateral de independencia porque esto es una chirigota carnavalera como las consultas que se hicieron en 2009”, criticaba Jordi Cantero.
Precisamente, la Xarxa 9-N, entidad heredera de la coordinadora que impulsó las consultas populares hace cinco años —en las que se implicaron 554 Ayuntamientos y votaron un millón de personas— registró también ayer por la mañana una carta en la Generalitat dirigida a Mas. En la misiva, la Xarxa 9-N pide al presidente catalán que dimita si no se ve con coraje de convocar un referéndum oficial. Lluís Vila, presidente de la comisión, avisó de que no aceptarán ningún sucedáneo de consulta y exige a Artur Mas que cumpla con su compromiso de hacer una consulta oficial. “Las consultas populares ya las hicimos. Estamos en un bucle”, añadió un miembro del colectivo.
Por su parte, los dos voluntarios de la ANC confesaban que las primeras reacciones de las personas que se acercaron al puesto ayer por la mañana estaban llenas de descontento e incertidumbre. “Es que ha sido todo muy ambiguo. Puede que tengan un as en la manga y eso lo haría todo mucho más épico”, añadía Cantero.
Más complacientes con la decisión de Mas se mostraban Carmen Nadal y su madre, Carmen Montiel. “Lo que diga el presidente bien está. Ya se ha cruzado la línea roja con tantos noes y la gente quiere votar”, asentía con vehemencia la madre. Y apuntaba la hija: “Sea consulta, referéndum, encuesta o lo que quieran, pero la gente tiene que hablar. Y que salga lo que tenga que salir”.
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