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La Barceloneta vive una nueva protesta contra el turismo de borrachera

300 vecinos del barrio se manifiestan en las calles pidiendo al Ayuntamiento mayor presencia policial y que no autorice más negocios para los visitantes

“Se vende Barceloneta, precio: al mejor postor”, se leía en los pasquines de los vecinos que se manifestaron por el barrio.
“Se vende Barceloneta, precio: al mejor postor”, se leía en los pasquines de los vecinos que se manifestaron por el barrio.ALBERT GARCÍA

Unos 300 vecinos de La Barceloneta marcharon ayer por el barrio para exigir al Ayuntamiento de Barcelona que acabe con “el modelo turístico” que, aseguran, ha impuesto a la zona durante los últimos años. Ya no solo protestan contra los pisos que se alquilan sin licencia a los visitantes. Quieren que se deje de autorizar negocios destinados al turismo y que vuelvan las tiendas normales de cualquier barrio. Y más presencia policial por la noche.

“Hemos sido un barrio muy tolerante, pero esta mezcla es intolerable”, afirmaba Sergio Arnas, uno de los portavoces vecinales. “Los turistas a los hoteles y las personas a sus casas”, añadía. Anoche, fueron los residentes de La Barceloneta los que no dejaron dormir a los turistas. Pitos y cacerolas sonaron sin cesar por las principales arterias del barrio. En las terrazas de la calle del Almirant Xurruca, los comensales extranjeros miraban asustados a la masa que tiraba petardos y lanzaba gritos de “No más turismo de borrachera”.

“No tenemos mercerías ni nada. Tenemos que ir al centro para comprar cualquier cosa”, se quejaba Lluís Armangol, otro de los portavoces. Y remachaba: “Nos han llenado de 7elevens a la catalana”. Las dos asociaciones vecinales pidieron la colaboración de los residentes para hacer un censo de pisos turísticos, tanto de los legales como de los ilegales.

La de ayer no fue la primera manifestación en la Barceloneta. Un centenar de personas se manifestó el pasado martes para denunciar que estaban hartos de los comportamientos “incívicos” de quienes se hospedan en los pisos turísticos, a los que acusan de hacer ruido durante la noche y dejar vómitos y orines en sus calles. Antes, los vecinos habían mantenido asambleas y pequeñas concentraciones para decidir qué hacer. Solo tras la manifestación del martes, la concejal de Ciutat Vella, Mercè Homs, anunció —tras regresar de sus vacaciones— que se reuniría con ellos a principios de septiembre. Pero los vecinos afirmaron que no quieren negociar con alguien que “no está a favor del cambio”. La convocatoria de la edil a los vecinos, finalmente, se ha adelantado a hoy, cuando también ha fijado una rueda de prensa.

El Consistorio respondió a la primera protesta aumentado la presencia policial. La alcaldesa accidental de Barcelona, Maite Fandos, anunció que la administración trabaja con celeridad para regular los apartamentos turísticos “antes de que acabe el año”. Su intención es que se concentren en edificios enteros dedicados a esta actividad.

 

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