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CORPORACIÓN MONDRAGÓN

El pulso por el futuro MCC retrasa a septiembre la elección del presidente

La Corporación Mondragón pospone más de tres meses su congreso anual

Mikel Ormazabal
San Sebastián -
Txema Gisasola, cuando era presidente de MCC, en una intervención a finales de 2012 en el Forum Europa.
Txema Gisasola, cuando era presidente de MCC, en una intervención a finales de 2012 en el Forum Europa.efe

El pulso que se libra en el seno de la Corporación Mondragón por fijar la nueva orientación del grupo cooperativo sigue aún vivo y no se resolverá antes de finales de septiembre. Por eso, la dirección de la corporación ha decidido posponer a esa fecha, o a comienzos de octubre, la celebración del Congreso 2014, en el que será elegido el nuevo presidente que sustituirá a Txema Gisasola, quien dimitió en enero de este año consumido por la crisis de Fagor Electrodomésticos.

La marcha de Gisasola se reparó provisionalmente con el nombramiento de una comisión gestora, integrada por los cuatro grandes de MCC: Txomin García, del área financiera; Agustín Markaide, de distribución, y Xabier Mutuberria y Javier Sotil, vicepresidentes del área industrial. Tomaron el mando a la espera de encontrar un relevo en la presidencia al mismo tiempo que se abría un “proceso de reflexión” interno “sobre el futuro de la corporación” mondragonesa.

Ese proceso que iba a culminar en mayo o junio, coincidiendo con la fecha en que Mondragón suele celebrar su congreso anual, se ha tenido que retrasar varios meses. “Aún no hay fecha para el congreso. Será a finales de septiembre o comienzos de octubre”, asegura un portavoz del grupo cooperativo. En ese cónclave debería presentarse al nuevo presidente del consejo general, quien además se encargaría de presentar ese día a todas las cooperativas las “líneas de actuación” y la “hoja de ruta” que seguirá Mondragón en los próximos años.

El cónclave iba a ser en mayo-junio, pero la reflexión interna continúa

La versión oficial sostiene que la comisión gestora está dirigiendo este periodo de transición “según el guion previsto” y gestionando los principales órganos corporativos, como el consejo general y la comisión permanente. En paralelo, se suceden las reuniones para determinar el rumbo que tomará el grupo. Es una puesta en común en la que se pretende que todos los socios de las cooperativas puedan “decidir cómo será el Mondragón del futuro”, según fuentes oficiales. Este poderoso conglomerado empresarial está formado por 289 entidades (110 son cooperativas) que da empleo a 80.321 personas y facturó 13.000 millones en 2012, aunque con unas ventas que van a la baja en los últimos años (un 7,6% menos en 2012),

El debate interno sigue abierto, con “opiniones diversas y encontradas”, según un directivo. “Está por dilucidar si apostamos por la idea de hacer más Mondragón, como defendía Gisasola antes de su dimisión, u optamos por desandar la historia de MCC y nos convertimos en algo más parecido a un club de golf”, añade.

El debate está entre ‘más Mondragón’ o dar más poder a las cooperativas

¿Es un debate sobre nombres o sobre ideas? “El debate se está centrando en la orientación del grupo. Ahora bien, adoptar una u otra orientación va a determinar los nombres de los nuevos responsables”, explica este ejecutivo con más de 10 años en cargos de responsabilidad en MCC.

Parece que no va a prosperar la vía más Mondragón, apunta un nostálgico del cooperativismo con una dilatada trayectoria en la corporación, quien ve más probable que triunfe la tesis de “dar más autonomía a las cooperativas”.

Este tira y afloja estuvo en el centro de las discusiones que se dieron cuando, en octubre pasado, hubo que decidir entre inyectar más dinero a Fagor o cerrarle el grifo y firmar su sentencia de muerte. Prosperó esta última vía, lo que supuso a la postre la marcha de Gisasola.

El sucesor de Gisasola se conocerá cuando ya esté resuelta la liquidación de Fagor Electrodomésticos, prevista para finales de este mes, fecha en la que el juez adjudicará los activos de la emblemática cooperativa de MCC a una de las ofertas presentadas, consideradas “insuficientes” por los administradores concursales. También está pendiente resolver la situación del grupo Eroski, que está negociando reestructurar una deuda de 2.500 millones con las entidades financieras, y espera acordarla este verano tras alcanzar un principio de acuerdo con los bancos para refinanciarla. Con unas pérdidas de 168 millones el pasado ejercicio, los socios de la matriz Eroski aprobaron en junio pasado asumir el 30% de este resultado.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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