La Generalitat indemnizará a los apicultores por la avispa asesina
De momento no se han detectado afectaciones Agricultura prevé que aumentará el número de ejemplares entre mayo y julio
La Generalitat indemnizará a los apicultores que tengan pérdidas de producción por culpa de la avispa asesina, aunque por el momento no se han detectado afectaciones. Teniendo en cuenta que esta avispa ha venido para quedarse, lo único que se puede hacer, según Agricultura, es controlar su población y minimizar el impacto. Por este motivo, junto a apicultores, payeses, Agentes Rurales y científicos, han elaborado un protocolo de actuación para el control de esta especie depredadora, cuya invasión está siendo más lenta de lo que se esperaba. Se distribuirán 200 trampas y tendrán otras tantas preparadas.
Durante la presentación de las actuaciones para frenar la expansión de esta especie asiática en Santa Coloma de Farners, desde Agricultura han mantenido que los apicultores todavía no han tenido pérdidas, pero que calculan que entre mayo y julio crezca el número de ejemplares de esta especie. En este sentido, el director de Agricultura en Girona, Vicenç Estanyol, ha apuntado que "tenemos un registro de apicultores, 228 en Girona, que en tiempo y forma oportuno, a la primera que podamos acreditar daños, haremos las gestiones oportunas para gestionar indemnizaciones".
Los primeros ejemplares de esta especie depredadora de abejas se detectaron hace dos años y los tres primeros nidos se descubrieron el año pasado en la Vall d'en Bas, Ripoll y la Vajol. Hasta ahora son las únicas zonas donde se ha detectado la presencia de esta especie invasora y durante este tiempo, no ha habido ninguna afectación en explotaciones apícolas.
Según los responsables de Agricultura, los mecanismos de lucha son limitados y de baja eficiencia. En Cataluña, teniendo en cuenta que se está en la fase inicial de la expansión y la dificultad de combatirla, el objetivo es minimizar sus efectos. En el caso de que la avispa asiática ataque una colmena se utilizarán trampas con atrayentes (jugo de cera vieja fermentada, cerveza y vino blanco) para capturar el máximo de ejemplares y disminuir la depredación.
Las trampas deberán ser siempre selectivas, solo capturarán insectos menores de 10 milímetros y saldrán los de menos de cinco para no afectar a otras especies y se colocarán básicamente en julio. Desde ahora hasta julio, las trampas serán para detectar la presencia de reinas. Por el momento se han repartido unas 200 trampas en las zonas donde se ha detectado. Entre julio y octubre se colocarán solo cerca de las explotaciones apícolas que reciban ataques y en un radio de un kilómetro donde se hallaron los nidos. El objetivo será capturar obreras, porque necesitarán proteína para alimentar a sus larvas y atacarán a las abejas de la miel.
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