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Mas reconoce que no ha logrado reducir la burocracia para las empresas

Culpa al Estado de la morosidad de la Generalitat que denuncian las pymes

Dani Cordero
Artur Mas, Xavier Trias, y Ferran Mascarell, ayer en un acto del Instituto Ramon Llull.
Artur Mas, Xavier Trias, y Ferran Mascarell, ayer en un acto del Instituto Ramon Llull.RUBÉN MORENO (GENERALITAT DE CATALUNYA)

Los empresarios reunidos el miércoles por Pimec para manifestar su enfado con la Administración del Estado y de la Generalitat tienen, al menos, parte de razón. Lo reconoció ayer el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien admitió cierto fracaso de su Gobierno para "aligerar y desmontar" la excesiva buro-cratización de la que son víctimas, según denuncian sus gestores, las pequeñas y medias empresas catalanas en plena crisis económica. Dos años después de que el Parlamento catalán aprobara la ley ómnibus para reducir las trabas administrativas e impulsar la actividad económica, el mundo empresarial no ve avances y Mas se vio forzado a entonar un "mea culpa".

"Donde podemos mejorar y está en nuestras manos, en buena parte, es en agilizar el conjunto de las administraciones catalanas", señaló el presidente catalán, quien recogió así el mensaje lanzado por el presidente de Pimec, Josep González. Según explicó, su Gobierno prevé remitir al Parlamento una nueva tanda de modificaciones legislativas incluidas en otra ley ómnibus con la que se pretende desburocratizar la administración local.

Pimec, ante un millar de empresarios y autónomos, denunció además del excesivo papeleo legal, la falta de respuesta por parte de las administraciones a la falta del crédito, la excesiva presión fiscal y la corrupción.

Sus quejas se referían también a las dificultades que tienen para cobrar de la Administración, por su alta morosidad. En ese punto, Mas no quiso reconocer responsabilidades. Apuntó directo a Madrid y al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el fondo de rescate creado por el Ministerio de Hacienda para ayudar a las comunidades con necesidades financieras. "Desgraciadamente no somos dueños de nuestra tesorería", se escudó Mas, quien argumentó que "la morosidad no depende de nosotros, y lo digo con tristeza y no para expulsarme responsabilidades, pero en estos momentos la tesorería de la Generalitat no depende de ella misma, sino del FLA y de esto, que está en manos del Estado, depende que se pueda pagar mejor o peor".

Horas antes que Mas, el consejero de Empresa, Felip Puig, también daba por buenos parte de los argumentos empresariales expresados en el acto denominado Diguem Prou. Pero también afirmó que tiene "poco margen de maniobra" y echó mano del déficit fiscal que afecta a Cataluña. Del déficit y de la falta de capacidad para gestionar los impuestos que se pagan en la comunidad: "Si tuviéramos una Hacienda propia podríamos rebajar la presión fiscal", señaló.

Más allá de las palabras y los gestos, González reclamó ayer pode reunirse con Mas y con el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, para poderles expresar cara a cara el listado de "agravios" y echarles en cara "la falta de sensibilidad" detectada por las pequeñas y medianas empresas.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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