Un fracaso colectivo convulsiona Alicante con la huelga de basuras
La mayoría de la plantilla, 252 trabajadores, votaron a favor de mantener la protesta indefinida
Unos por otros, al final Alicante sin barrer. La capital de la Costa Blanca vivió ayer su primer día de huelga en el servicio de recogida de basura que manifiesta la desidia política del PP, que no supo intervenir antes. También evidencia el papel de un comité de empresa y de los sindicatos que alcanzaron tres pactos sucesivos con la UTE, adjudicataria del servicio, y los trabajadores tumbaron de manera estrepitosa en las respectivas asambleas. Ayer 252 trabajadores votaron a favor de continuar con la huelga frente a 161 que quisieron adherirse al pacto conseguido entre sindicatos y empresa a última hora del domingo pasado.
Los 513 trabajadores estaban llamados a participar en un referéndum secreto para mantener la huelga o conceder un mes más de negociación en el nuevo convenio, que lleva negociando en los últimos ocho meses. A la hora del cierre de esta edición no había un resultado de la votación, y la basura mientras tanto se empezaba a acumular en los contenedores.
¿Pero quién ha fracasado en la huelga de basuras que sufre Alicante? El Ayuntamiento se lava las manos y asegura que empezó a intermediar cuando se lo pidieron. Los sindicatos también escurren el bulto, pero el comité de empresa ha sufrido tres rotundas derrotas porque tras alcanzar los correspondientes acuerdos con la empresa, y los trabajadores rechazaron sus propuestas.
La crisis en cifras
El Ayuntamiento monta 15 islas de contenedores.
Alicante genera entorno a 325 toneladas de basura diarias.
Los 513 trabajadores de la limpieza votaron ayer dar un mes más de negociación o continuar la huelga.
La contrata del servicio por 8 años tiene un canon de 280 millones de euros, prorrogables a cuatro que serían 429 millones.
El primer acuerdo verbal incumplido fue el 2 de enero, el segundo, por escrito, llegó el 15 de enero y el último, el pasado domingo. La empresa UTE Alicante, una unión de empresas con dos mercantiles participadas por el mayor contratista del Ayuntamiento, Enrique Ortiz, sostiene que no puede ir más allá del segundo preacuerdo que firmó: los trabajadores congelaban su salario dos años y el IPC, seis, a cambio de mantener ciertas ventajas fiscales. Los trabajadores temen despidos, prejubilaciones y recortes de días de descanso. El Ayuntamiento, por su parte, recalcó que no se están planteando “ni despidos, ni rebaja salarial”. Sobre la mesa de negociación se plantean aspectos referentes a las libranzas, complementos de nocturnidad y vacaciones.
El Ayuntamiento se ha reunido con los trabajadores del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos de la UTE Alicante “cuando lo pidieron”, según indicó este lunes el concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, que recalcó como el domingo la propia alcaldesa, Sonia Castedo, se reunió con el comité para intentar sacar un mes más de tiempo para poder negociar. La versión oficial es que el Ayuntamiento ha estado “vigilante” y “expectante”. El edil vaticinó que el resultado del referéndum dará a conocer “la representatividad del comité”.
En el primer día de huelga se cumplieron los servicios mínimos, escoltados por la Policía Local, y no hubo incidencias “importantes”. El Ayuntamiento admite que en caso de mantenerse la huelga en tres días los contenedores estarán llenos y se visualizará el problema. Ayer por la tarde ya había basura acumulada en algunos barrios de la periferia de Alicante y en el centro, trabajadores de la hostelería comentaban que algunas tapaderas de los contenedores no cerraban.
Llorens se reunió con hoteleros, hosteleros y comerciantes para explicar la situación y lanzar una serie de recomendaciones para “minimizar” los efectos de esta huelga. Entre ellas, instó a que el material orgánico “se almacene en casa el mayor tiempo posible” y se saque “en dos bolsas”. Además, recomendó a los ciudadanos “desplazarse” en busca de contenedores más vacíos. El Ayuntamiento instaló 15 islas de contenedores, que el viento ayer tiró por el suelo, para que los vecinos depositen sus desechos. En el vertedero de la partida de Fontcalent también se habilitaron unos grandes contenedores para los generadores de residuos.
La actitud del edil tiene entre confundidos y cabreados a los trabajadores, enfado escenificado en la noche del domingo en el inicio de la huelga cuando se vivieron momentos de tensión. El pasado domingo, Llorens y Castedo prácticamente se posicionaron al lado del comité para prorrogar un mes el convenio y poder seguir negociando el próximo acuerdo laboral. Cuando los empleados vieron al comité salir de la reunión in extremis que mantuvieron con la empresa, unos 80 trabajadores de los casi 200 que había en las instalaciones de Inusa —una de las empresas de la UTE Alicante— se mostraron incrédulos. “Si el concejal llevaba ocho meses de negociación sin recibirles por qué iba a estar de nuestra parte ahora”, se preguntaba un operario.
Los sindicatos piensan que Castedo y Llorens se pusieron la vitola de salvadores del convenio el último día para evitar la foto de una huelga, que a decir del comité, nadie desea por los perjuicios que puede ocasionar al ciudadano y critican las negociaciones de última hora como método de negociación. El comité prefiere que el consistorio se persone en las negociaciones para verificar sus argumentos y ver de qué parte está, ya que “todo queda reflejado en acta”, dijo David Martínez, de CC OO Alicante produce entre 300 y 350 toneladas de basura diarias.
La clave del conflicto para algunos es la adjudicación a la baja de la contrata. El Ayuntamiento sacó un concurso para adjudicar un servicio por 286 millones de euros durante ocho años, prorrogables a 12 por un total de 429 millones. UTE Alicante, la única oferta que se presentó, planteó una propuesta de 280 millones de euros en ocho años y 420 para 12 años, lo que supondría un ahorro para el Ayuntamiento de nueve millones de euros.
La peor imagen de Alicante para Fitur
Málaga, Jerez de la Frontera y Madrid han vivido en los últimos meses sus respectivas huelgas de limpieza. Y Alicante es el siguiente escenario. “Es la peor imagen en las puertas de Fitur”, admitía un hotelero tras reunirse con el concejal, Andrés Llorens, que les explicó los servicios mínimos y el dispositivo especial para atender sus necesidades en caso de que el conflicto se prolongue. Ante el escaparate de la Feria Internacional de Turismo que se inaugura en Madrid este miércoles, Alicante se presentará con la amenaza de una huelga indefinida de limpieza. “Es algo que nos afecta y vemos con preocupación, esperamos que el tema se solucione en cuestión de horas, Alicante vive del turismo y vendemos imagen a los que nos visitan”, aseguró Vicente Marhuenda, de la asociación provincial de hoteles.
“No es nada bueno, esto perjudica a Alicante y se debe buscar una solución”, reclamó Francisco Rovira, de la Federación del Pequeño y Mediano Comercio de Alicante. No obstante, los comerciantes, que generan sobre todo cartón y plásticos, son los menos afectados por este conflicto.
María José Sanromán, presidenta de los hosteleros, admitió que el conflicto “se ha gestionado mal” por parte de los trabajadores y de los sindicatos y consideró que el problema se “magnificó”. Los dueños de bares y restaurantes recibieron instrucciones de donde están ubicadas las 15 islas contenedores, que aglutinan varios depósitos, y en caso de prolongarse en el tiempo la huelga también podrían acudir directamente al vertedero municipal a depositar los vertidos orgánicos. Algunos empleados de bares cercanos al mercado central mostraron ayer por la tarde su preocupación porque los contenedores de la zona sí comienzan a llenarse.
El portavoz y concejal de Unión Progreso y Democracia en el Ayuntamiento de Alicante, Fernando Llopis, declaró que “el equipo de Gobierno del Partido Popular está gestionando pésimamente la crisis por el conflicto entre la UTE y los trabajadores del servicio de limpieza”. UPyD lamentó que los ciudadanos estén pagando un coste elevado por este servicio, y recordó que la tasa de basuras se ha aumentado un 3% cada año durante los dos últimos años.
En este sentido, habló también el portavoz de la Junta de Distrito Número 2, Andrés Cremades, quien criticó la baja temeraria de la contrata, lo que se nota en los barrios del norte de la ciudad a los que aglutina su junta. “A Llorens le dijimos el viernes que los ciudadanos pagamos una tasa municipal y esperamos un servicio a cambio. No queremos que nos transmitan el debate laboral. Lo que sabemos es que con una huelga de limpieza la zona que más sufre es la periferia”.
Las nueves asociaciones vecinales que representan los barrios de la zona norte y periferia esperan una llamada del edil Llorens antes del miércoles para explicarles la situación. Ese día los barrios se reunirán para tratar el problema de la huelga. Llorens les ha enviado una circular para que distribuyan por los portales con una serie de recomendaciones, “pero lo que queremos es que baldeé nuestras calles que hace dos años que no lo hacen”, dijo una vecina afectada.
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