La Generalitat recaudará 49 millones con los nuevos impuestos ambientales
El Ejecutivo grava los despegues de aviones del aeropuerto de El Prat y la energía termonuclear
El Gobierno catalán implantará el año que viene tres nuevos impuestos ambientales: uno que gravará el despegue de aviones comerciales, otro sobre la producción termonuclear de energía eléctrica y un tercero por la emisión de gases. Los tres tributos, que entrarán en vigor el 1 de abril de 2014, permitirán recaudar alrededor 49,1 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones de la Generalitat. Una parte de esta cantidad, según fuentes del Ejecutivo, servirá para realizar inversiones para mejoras medioambientales.
La creación de estos tres impuestos está dentro de los acuerdos de estabilidad parlamentaria que firmaron CiU y ERC. El anteproyecto de ley de impuestos ambientales, que salió ayer a información pública, prevé primero la instauración de un tributo que gravará las emisiones contaminantes de los aviones comerciales durante las “fases de aterrizaje, rodaje y despegue” por el “riesgo que provocan en el medio ambiente”. El tributo gravará las emisiones de óxido de nitrógeno con tres euros por kilo generado por regla general. El borrador de la norma prevé que el impuesto solo afecte a aeropuertos declarados municipios de protección especial, por que de momento solo afectará al del Prat. La Generalitat prevé recaudar 3,8 millones anuales.
El segundo tributo trata, según el anteproyecto, de “gravar el impacto y el eventual daño en el medio ambiente derivados de la realización de la actividad de producción termonuclear de energía eléctrica”. El tipo impositivo que deberán pagar personas físicas o empresas que se dediquen a esta actividad es de 0,0018 euros por kilovatio hora. Los contribuyentes deberán realizar pagos fraccionados en concepto de adelantos durante los primeros veinte días de abril, julio y octubre de cada año. Este es el tributo que aportará una mayor recaudación a las arcas públicas, de 43,2 millones de euros.
El último tributo se refiere las emisiones a la atmósfera de óxido de nitrógeno —gravadas con 45 euros por tonelada—, dióxido de azufre —75 euros por tonelada— y de partículas en suspensión y de carbono orgánico —60 euros por tonelada— que se generan en determinadas instalaciones industriales y de combustión, como refinerías de petróleo o fábricas de cemento. El impacto ecconómico máximo de este tributo es de 2,1 millones de euros anuales a partir del año 2015.
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