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La Fundación Bofill alerta de que los recortes pueden agravar el fracaso escolar

Los expertos de la entidad destacan las “desigualdades sociales” que generan la crisis y los ajustes presupuestarios

La mayoría de los índices del sistema educativo (fracaso escolar, abandono prematuro, población escolarizada…) han mejorado notablemente en los últimos años. Este avance puede paralizarse e incluso retroceder con los recortes presupuestarios. Así lo alertó ayer la Fundación Jaume Bofill durante la presentación del Anuario 2012 del Estado de la educación en Cataluña. “Es un problema serio”, alertó Miquel Martínez, director del Anuario y catedrático de teoría de la Educación en la Universidad de Barcelona.

El gasto por estudiante se dobló durante la primera década de este siglo, pasando de los 2.392 euros en 2000 a los 4.706 euros en 2010. Así, el gasto en educación no universitaria respecto al PIB creció del 2% al 3% en este mismo periodo. Pero con la crisis y los recortes esta tendencia ascendente se truncó. Desde entonces, el gasto por alumno ha caído un 20% y el presupuesto del Departamento de Enseñanza se ha hundido un 20,6% en cuatro años.

En los últimos años el fracaso escolar se ha reducido progresivamente. En 2011 (los últimos datos disponibles) no conseguían sacarse el título de la ESO el 20,7%, 10 puntos menos que una década atrás. Igualmente, la tasa de abandono prematuro (los jóvenes que no estudian más allá de la ESO) se situó en 2012 en el 24%, el nivel más bajo de toda la década, después de alcanzar el máximo del 34,2% en 2004. Esta tasa no ha parado de bajar en los últimos años y se ha reducido en 9 puntos desde el inicio de la crisis. A pesar de la tendencia de mejora, sigue siendo la peor cifra de toda Europa y todavía queda un largo trecho hasta el 15%, la tasa que España debería alcanzar en 2020, según las directrices marcadas por la UE.

La tasa de abandono prematuro

Uno de los puntos débiles del sistema educativo es, según los expertos de la Bofill, el “déficit de equidad” y las “desigualdades sociales”, que ejemplifican con tres casos. La tasa de escolarización de niños extranjeros en guarderías es cuatro veces menor que el resto de población. El segundo factor es que Cataluña es una de las comunidades que hace una distribución menos equilibrada de alumnos extranjeros entre escuelas públicas y concertadas. La cuarta hace referencia al déficit en becas, “que presentan niveles de cobertura y de gasto por estudiante muy inferiores a la media española y europea”, dice el estudio.

"El mayor margen de mejora de los resultados se encuentra entre los alumnos más desfavorecidos, que tienden a tener peores resultados educativos y a abandonar antes el sistema sin completar, como mínimo, estudios secundarios posobligatorios. La mejora de los resultados del sistema pasa, pues, por invertir en políticas de equidad y en aumentar los resultados educativos de estos grupos sociales", reclaman los expertos de la Fundación.

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En contraposición con la tendencia a que los jóvenes permanezcan más tiempo formándose, los autores del estudio alertan de que cae la formación continuada de los adultos. Solo el 8,8% de población entre 25 y 64 años recibe una formación o una educación, cuando dos años atrás era del 10%. La tasa catalana está por debajo de la media española (10,7%) y de la europea (9%), y queda lejos del objetivo de la UE de llegar al 15% en el año 2020. Bernat Albaigés, coatur del informe, lo achacó a los recortes en las políticas de ocupación, la inexistencia de una oferta fuerte de formación de adultos o la progresiva desaparición de la formación continua que realizan las empresas.

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