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Saizarbitoria: “He aprendido demasiado tarde el papel de la literatura en mi vida”

"Siempre escribo de lo mismo, de las relaciones humanas y de la lata de ser vasco", afima el último Premio Euskadi de Literatura en Euskera

Bilbao -
Ramón Saizarbitoria.
Ramón Saizarbitoria.javier hernández

El escritor Ramón Saizarbitoria (San Sebastián, 1944), galardonado esta semana con el Premio Euskadi de Literatura en Euskera por su novela Martutene, confiesa que siempre escribe "de lo mismo, de las relaciones humanas y de la lata de ser vasco".

Saizarbitoria, uno de los grandes renovadores de la literatura en euskera, también ha alcanzado el éxito al ser traducidas sus obras al castellano, como con Guárdame bajo tierra, Premio Nacional de la Crítica.

Con su segundo galardón de los Premios Euskadi, ha tenido ocasión de repasar su trayectoria, marcada por los parones, su compromiso con el euskera y al final, el descubrimiento tardío de cuánto le gusta escribir. "Siempre he sido un poco retrasado, incluso en la escuela; voy llegando tarde a las cosas. He aprendido demasiado tarde el papel de la literatura en mi vida; he intentado escapar, diciéndome que escribía por el euskera, de manera militante, por no reconocer que era otra cosa, que tengo vocación literaria, esa necesidad, aunque suene cursi", confiesa.

El autor debutó en 1969 con Egunero hasten delako. Entonces, este sociólogo y escritor hacía también periodismo y teatro. "Los de nuestra generación tapábamos huecos. A partir de la democracia, cuando llegaron los jóvenes, me retiré, lo dejé", tras publicar Ene Jesús en 1976.

Aguantó 19 años sin editar, hasta que, rememora, tuvo que "reconocer que necesitaba escribir, independientemente de cuál fuera" su lengua o situación. "Y ahí empecé con Hamaika pauso", recuerda sobre el libro escrito en 1995 (en castellano Los pasos incontables, publicada en 1998). Empezó entonces un período fértil, con Amor y guerra, Guárdame bajo tierra y La traición de Kandinsky, (2003), hasta otro parón, este vez de nueve años, hasta la multipremiada Martutene.

El escritor lo explica así: "Nunca he tenido necesidad, ganas de publicar, de ahí el tamaño de Martutene [780 páginas]. Me siento bien cuando estoy con una obra en curso, estoy contento, y eso me lleva quizás a tenerla demasiado tiempo entre las manos, como el gato que ha cazado al ratón pero sigue jugando con él".

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Nunca he tenido necesidad, ganas de publicar"

Con Martutene, publicada este año tanto en euskera como en castellano, Saizarbitoria habla una vez más de su asunto preferido, la dificultad de las relaciones humanas, con el telón de fondo de siempre: Euskadi y el inevitable terrorismo, ahora terminado.

La novela está ambientada en el San Sebastián actual, posterior al fin del terrorismo, en el que dos parejas, que están recomponiéndose —o descomponiéndose— se ven sorprendidas por la llegada de una joven americana que remueve sus relaciones. "Martutene es más de lo mismo, siempre escribo de lo mismo; de hecho he acabado llamando igual a alguno de los personajes; siempre escribo de la dificultad de relacionarse", ha admitido.

"Me interesan las relaciones humanas, cómo comunicamos con la palabra; a veces me dan envidia los animales, sin palabras se arreglan mejor. Nunca ves a dos perros que se encuentran y se ponen a hablar mal de otro perro, se huelen, se tocan. Me interesa eso, el análisis de las relaciones, la dificultad de entenderse, el encontrarse con el otro. Tengo un poco de lío", ironiza.

Siempre con Euskadi como escenario, "siempre hablando de la lata de ser vasco, de la pesadez de serlo en muchas situaciones". "Me gustaría librarme de eso pero se me impone. Me gustaría librarme de ese telón de fondo y escribir de otras cosas. Tampoco lo hago por militancia, dignidad o por honradez, pero se me impone", señala.

Pero aunque no pueda huir de estos escenarios, Saizarbitoria llega a la madurez sintiéndose "bien, reconocido, antes me parecía un poco de vergüenza ajena, pero admito que la literatura da sentido a mi vida". Tan bien que hasta bromea: "A Ramiro [Pinilla, que tiene 90 años, Premio Euskadi de Literatura en Castellano esta semana] y a mí nos empiezan a dar medallas; mal asunto".

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