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Archivada la causa contra la empresa que propagó el caracol manzana en el Ebro

La juez argumenta que el caso ha prescrito al haber pasado más de tres años entre la denuncia del hecho y la aparición de los primeros ejemplares

Vistosa puesta de caracol manzana en los arrozales del delta del Ebro.
Vistosa puesta de caracol manzana en los arrozales del delta del Ebro.JOSEP LLUÍS SELLART

La responsabilidad penal por propagar el caracol manzana, considerada una de las cien especies invasoras más peligrosas del planeta y que amenaza el ecosistema y las cosechas de arroz del delta del Ebro, quedará impune. El Juzgado de Instrucción 5 de Tortosa (Baix Ebre) ha dictado el sobreseimiento definitivo de la causa por prescripción del delito al haber transcurrido más de tres años desde que se denunció el hecho y aparecieran los primeros ejemplares del molusco, originario de Suramérica, en los campos y acequias de la margen izquierda del delta. Por ello, la empresa sospechosa de propagar la especie invasora quedará impune.

Así lo establece la magistrada María Rosa Torrijos en un auto emitido el 10 de julio y que no trascendió hasta ayer.La plaga se extendió en julio de 2009 en las inmediaciones de la Ermita, en L'Aldea, donde, junto a numerosos campos de arroz, se hallan las instalaciones de Promotora Bama, dedicada al comercio de especies exóticas, desde cuyos acuarios supuestamente se escaparon los primeros ejemplares. El caracol, que puede llegar a medir diez centímetros de diámetro, se come los tallos de la planta de arroz cuando está creciendo.

El 31 de enero de 2011 el fiscal denunció a Adolfo Santa-Olalla Adell y Adolfo Santa-Olalla Sánchez, responsables de Promotora Bama y Global Acuatic Tecnologies, por un presunto delito contra la “protección de la flora y la fauna” debido a “la introducción y expansión de la especie invasora en el Parque Natural del Delta del Ebro”. La magistrada relata en el auto cómo en 2009 se hallaron en el delta ejemplares de todas edades, incluidos adultos, con una edad estimada de cinco a seis años. Esta situación, según la juez, “hace pensar que la expansión del caracol puede provenir de antes del año 2004, habiéndose detectado irregularidades en la gestión de salida de aguas de Promotora Bama de L'Aldea en 2003, 2004 y 2005”. “Habría transcurrido sobradamente el plazo de prescripción de tres años señalado para el delito investigado en el momento de presentarse la denuncia”, narra el auto.

“Teníamos caracoles pero no esos. No han podido demostrar que nosotros lo hayamos hecho. Nos cerraron la instalación y enviaron a 30 personas al paro. A la gente le gusta llevar animales de un lado para otro y cuando no los quieren los tiran al río”, afirmó ayer Adolfo Santa-Olalla Sánchez. Mientras permanecieron en el delta, la compañía exportó partidas de caracoles manzana a Canarias pero en los establecimientos comerciales en “ningún caso se encontraron” ejemplares por lo que “no puede garantizarse” que sean de la misma especie invasora detectada en el delta”, expone la juez en el auto. A pesar de ello, en la Presa de Ayagaures de Gran Canaria sí se recogieron ejemplares coincidentes morfológicamente con los del delta.

El archivo de la causa no es firme. Ya se ha resuelto un recurso de forma y aún puede interponerse un recurso de apelación. El Departamento de Agricultura, que ejerce de acusación particular, recurrirá el fallo, avanzó ayer una portavoz.

Mientras, en el Ebro millones de caracoles continúan reproduciéndose inmunes a los tratamientos para erradicarlos. “Las empresas que destrozan el medioambiente se escapan de las responsabilidades judiciales. Quien autorizó la instalación en el corazón del delta [de las empresas] cometió un gran error, ¿Qué tipo de control había?”, se pregunta Dani Forcadell, agricultor y responsable del sector del arroz en Unió de Pagesos.

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