La envasadora de aceite Óleo Martos echa el cierre acuciada por las deudas

Óleo Martos, una de las principales envasadoras de aceite de oliva del país, ha cerrado sus puertas en la cuna del olivar jiennense al no poder hacer frente a su elevada deuda financiera, de unos 14 millones de euros, un agujero que dejó el que era su socio de referencia, la distribuidora catalana Codysa.

Con una trayectoria empresarial de más de 15 años, unas ventas que llegaron a los 40 millones de litros de aceite y una facturación cercana a los 70 millones de euros, Óleo Martos ha iniciado la liquidación de sus instalaciones en la ciudad marteña y también en la localidad manchega de Manzanares. Las instalaciones y las bodegas se liquidan a poco más de dos millones.

La envasadora, que llegó a emplear a casi un centenar de trabajadores, entró en concurso de acreedores en 2012 tras el descubierto dejado por la distribuidora Codysa. La familia López Sánchez-Polaina, principal accionista, se querelló contra Codysa por estafa y logró un crédito sindicado para contar con la liquidez necesaria para intentar reflotar la empresa. Sin embargo, la presión ejercida por los acreedores ha sido insalvable y Óleo Martos se ha visto obligada a cerrar sus instalaciones al lastrar su elevada deuda el plan de viabilidad que había diseñado. También fracasó la intención de los principales accionistas de recomprar a Codyt el 40% de su filial vinícola, las bodegas López-Mercier, de Manzanares (Ciudad Real).

La considerada en su día cuarta comercializadora de aceite del país llegó a exportar a una treintena de países, siendo significativa la cuota de mercado que había alcanzado en los países asiáticos de China y Japón. Óleo Martos tenía una capacidad para comercializar 100 millones de litros de aceite de oliva al año. Al menos media docena de empresas del sector oleícola se han interesado ahora por adquirir los activos de la ya extinta Óleo Martos.