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Valencia se lava solo la cara

El presupuesto de 2013 para los servicios de limpieza es el mismo de 2002 La suciedad y el mal olor se hacen notar más durante los meses de verano

Felipe Betim
Contenedores desbordados de basura en la calle de Corretgeria.
Contenedores desbordados de basura en la calle de Corretgeria.TANIA CASTRO

Valencia se presenta a sus turistas con la cara lavada, pero a sus vecinos es la suciedad del resto del cuerpo lo que importa. Un paseo por el Marítimo o por la Plaza del Ayuntamiento revela una ciudad limpia. Pero basta con entrar en las calles adyacentes para notar lo obvio: andar por ellas se convierte en una aventura en la que uno tiene que esquivar los excrementos de perros, apartarse las moscas y taparse la nariz. Las calles están sucias. Y huelen mal.

Como en casi todas las áreas del Ayuntamiento, el presupuesto de limpieza viaria y recogida de basuras también ha sufrido recortes por la crisis. En 2009 llegó a 70 millones de euros. En 2012, 54 millones, la misma partida aprobada en 2002. Para 2013, se mantuvo el montante. Y el resultado es que las empresas que tienen adjudicados el servicio de limpieza —FCC, Secopsa y Sociedad de Agricultores de la Vega (SAV)— se vieron obligadas a reducir la plantilla y recortar servicios. “Antes éramos diez limpiadores para este barrio. Ahora somos cinco”, cuenta José (nombre ficticio), un barrendero de la calle de Dalt de la Mar, vía principal del barrio de Natzaret.

Hay mierda por todas las partes, está todo sucio. Un asco

Inma sabe bien lo que supone esa bajada presupuestaria para la calle donde vive. “Otro día comenté a una barrendera que había mucha basura aquí. Y me dijo que, por los recortes, solo limpiaban ahora los lunes, miércoles y viernes”, afirma la moradora de la calle de Santa Rosa, cerca de la Avenida del Puerto. José explica: “Por supuesto no llegamos a todo, así que recibimos un plan del Ayuntamiento de las calles que tenemos que barrer todos los días y las que barremos tres días a la semana”.

Por otro lado, las principales vías del centro de Valencia, entre la calle de Colón y la Plaza del Ayuntamiento, las limpian todos los días. “Y tres veces. Por la mañana, tarde y noche”, asegura un barrendero de la empresa SAV.

Otro servicio ofrecido de manera desigual es el del baldeo (lavado de calles con agua a presión). “Teníamos seis baldeos diarios en la zona marítima y las calles se alternaban. Ahora tenemos uno solo, que es para el paseo marítimo, donde van los turistas”, aclara José, que trabaja para Secopsa. “Esas manchas en la calle son de grasa, orina y excremento de perro… Por eso huelen mal”. Con el calor del verano, peor. Y a toda esa mezcla de basura y mal olor se suman las plagas. “No estaría tan mal si se hubiera mantenido el servicio cada 15 días”, completa.

Pero los servicios de baldeo se han reducido incluso en el centro. “Me acuerdo cuando nos sentábamos aquí por la noche para tomar una cerveza, cuando todos los bares ya estaban cerrados, y teníamos que salir porque llegaban los camiones de agua. Eso ya no hay”, cuenta una joven que pasa por la Plaza de la Virgen.

Cerca de allí, en la calle de Corretgeria, los contenedores están desbordados. Muchos pueden quedar así durante días. Y cuando los camiones pasan para la recogida, pueden dejar un rastro de basura junto a esos depósitos. Como los de la calle de la Pobla de Farnals, en el Marítimo, donde restos de comida, papeles, latas y bolsas plásticas se acumulan junto a la acera.

¿De qué vale que vengan aquí a barrer si las personas luego ensucian todo?

A pocos metros, en una plaza entre las calles de Borriol y Leones, la combinación de suciedad y verano muestra sus efectos más incómodos. Sentada en uno de los bancos, Mónica parece impaciente. Intenta sin éxito apartar con un matamoscas a unos insectos que insisten en rodearla. “Hay mierda por todas las partes, está todo sucio. Un asco”, se queja con irritación. A su lado está sentada su amiga Amparo, que lleva cogido a su perro. “Yo siempre limpio sus excrementos, pero mira como está todo eso… Las otras personas no lo hacen”, se queja. Sentada en otro banco, Carmen opina lo mismo. “¿De qué vale que vengan aquí a barrer si las personas luego ensucian todo?”

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia es la principal entidad que reclama junto al Ayuntamiento una mejoría de los servicios. “El problema de la limpieza afecta a toda la ciudad, a todas las zonas”, explica la presidenta María José Broseta. “Creemos que en 2013 ha empeorado”. Según cuenta, el Ayuntamiento se había comprometido hasta el pasado verano a mantener los servicios de baldeo por lo menos una vez al mes. “Ahora ni eso”, critica.

¿Cuánto cuesta mantener limpia toda Valencia? Según los cálculos para 2012 de las tres empresas prestadoras de servicios, el coste para el mantenimiento de la ciudad por igual sería de 78 millones de euros. La oposición denunció, además, que hasta 2020 el Consistorio no tiene previsto alcanzar los 70 millones de euros de 2009. “El Ayuntamiento no puede bajar la guardia en asuntos tan importantes para la imagen de nuestra ciudad, que es uno de nuestros principales motores económicos”, afirmó hace poco el portavoz del PSPV, Joan Calabuig.

En respuesta, la concejala responsable de los residuos sólidos y limpieza, María Angels Ramón-Llin, reiteró que “la limpieza viaria y la conservación de todos los elementos urbanos” es una prioridad para el Consistorio. “Lo que sí se ha hecho es una optimización de servicios y una reestructuración de los mismos para que el gasto se destine de manera más eficiente”, admite.

Pero Amparo se muestra realista. “No creo que mi queja vaya a cambiar la falta de limpieza en la ciudad. No hay dinero y punto”, finaliza.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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