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Se vende pueblo para pagar deudas

Los Ayuntamientos recurren a la venta de patrimonio para equilibrar sus cuentas Vic se ha desprendido ya de un inmueble histórico y prepara otro

Ballesteros, alcalde de Tarragona.
Ballesteros, alcalde de Tarragona.

La crisis ha multiplicado las tiendas de empeño y compraventa de oro para que las familias encuentren un alivio económico a sus joyas. A las administraciones les pasa algo similar. La Generalitat se ha desprendido de empresas públicas —en un proceso polémico como el de Aguas Ter Llobregat— y ha vendido varios edificios, incluidas las sedes de algún departamento.

Los ayuntamientos tampoco son ajenos a este proceso y cada vez trascienden más casos de venta de parte de su patrimonio para sanear sus cuentas. “Ahora todo el mundo tiene activos en venta”, destaca Montserrat Rodríguez, regidora de Urbanismo de Mataró (Maresme) y presidenta de la promotora municipal PUMSA. En palabras del alcalde Joan Mora (CiU), “el futuro de la ciudad está hipotecado” por esa sociedad, que ha sacado a concurso inmuebles y aparcamientos valorados en 70 millones de euros. El objetivo es rebajar la deuda de la empresa, que alcanzó los 150 millones y que hasta ahora solo se ha podido rebajar un tercio.

“La única manera de generar recursos es vender sus activos”, explica la regidora de Urbanismo. Los planes municipales, sin embargo, no salieron como se esperaban: el concurso se cerró sin ofertas y el Ayuntamiento ha ideado un plan alternativo de venta de plazas de aparcamiento a los vecinos.

El patrimonio acumulado en la época de expansión es ahora una losa

“Hay una competencia muy grande. Acabamos sin ofertas, pero pusimos Mataró en el mapa y ahora ya hay empresas a nivel nacional que están mirando los activos para hacer una oferta”, matiza Rodríguez, que destaca las ventajas del municipio frente a otros: “Tenemos activos delante del mar”. Pero recalca: “Nosotros no ponemos en venta ningún equipamiento público, no le quitamos nada a la ciudadanía”. El caso de Mataró es el paradigma de los municipios que acumularon patrimonio en la época de las vacas gordas y la crisis los ha acabado convirtiendo en una losa para las arcas municipales.

Caso distinto es el de Torroella de Montgrí (Baix Empordà), que cerró a finales de año la venta de 20 parcelas por 2,9 millones de euros. “Una oportunidad”, según el alcalde, Jordi Cordón, (CiU), criticado por la oposición municipal, que lamentó la venta de los terrenos para construir una gran superficie residencial. “Se han vendido porque en ese núcleo no se iba a desarrollar ninguna actividad”, explica Cordón. Con ese dinero se financiará una residencia geriátrica municipal, resalta el alcalde, quien puntualiza que la venta de patrimonio “es siempre el último recurso”.

Vila d'Abadal, alcalde de Vic.
Vila d'Abadal, alcalde de Vic.

Tarragona es la única capital de provincia que ha vendido activos municipales para lograr liquidez. “La venda de patrimonio es una manera típica de financiar inversiones. Estamos intentando poner en valor bienes patrimoniales y solares en uso industrial para lograr inversiones más útiles”, explica Pablo Pérez (PSC), primer teniente de alcalde y encargado de Servicios Centrales, Economía, y Hacienda de Tarragona. La ciudad ha sacado a la venta varios solares y un edificio en pleno centro urbano, justo encima del Teatro Metropol. Prevén obtener siete millones de euros, que destinarán a compensar las cuentas. Pérez destaca que, en ningún caso, el Ayuntamiento se ha planteado vender patrimonio municipal emblemático. “No hay nada que sea de un interés cultural especial”, destaca.

Cordón, de Torroella de Montgrí, agrega que vender edificios de interés local “sería inadmisible”, aunque hay municipios que sí han recurrido a algunas joyas locales, como Vic (Osona). El Ayuntamiento vendió en 2011 la Casa Comella, calificada como bien de dominio público antes de la transacción, por 1,1 millones al grupo Bon Preu. La empresa se quedó con la entrada principal, el piso noble y el jardín. El Ayuntamiento tiene previsto vender ahora otro inmueble histórico, la Casa Moreta, para obtener 4,4 millones hasta 2015. Ningún responsable municipal ha querido detallar la operación. El Ayuntamiento cuenta con el 70% del inmueble, y está iniciando los trámites para venderlo. Igual que hizo con Casa Comella, modificará el uso para que deje de ser un bien de dominio público y calificarlo de bien de interés patrimonial, paso imprescindible para desprenderse de una de las joyas del centro de Vic. Todo, para que las cuentas cuadren.

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