El alcalde de Barbate clama contra las maniobras militares

Las maniobras militares que estos días se desarrollan en Barbate han causado la indignación del alcalde, el socialista Rafael Quirós, quien considera que estas operaciones pueden perjudicar directamente a los dos puntales de la economía barbateña: la pesca y el turismo.

Los ejercicios de Defensa en el campo de adiestramiento del Retín coinciden con la época de la almadraba, con las redes ya caladas en el agua y con los primeros atunes en la zona. También llegan a la vez que los primeros turistas, y cuando las playas barbateñas empiezan a llenarse de visitantes. La presencia de efectivos militares implica, según el alcalde, "sustos constantes" y ruido de "cañonazos" a cualquier hora del día y de la noche. "De momento, el despliegue no ha sido muy amplio, pero podemos esperar incluso portaaviones, vuelo rasante de aviones y helicópteros".

No es la primera vez que Quirós se queja de las maniobras de Defensa. Ya lo hizo el año pasado, y en 2011, cuando llegó incluso a enviar una carta a la entonces ministra, su compañera de partido Carme Chacón, para denunciar unas maniobras "agresivas y con un despliegue descomunal". Los vecinos, los empresarios turísticos y la cofradía de pescadores trasladaron entonces su indignación al alcalde, que ahora ha decidido adelantarse a estas protestas.

El pasado diciembre, el alcalde también llevó su queja ante la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a la que reprochó que en su decreto para evitar las construcciones en la costa no hubiera incluido una limitación a la realización de pruebas de tiro con fuego real en las zonas litorales. "Donde no se puede poner un chiringuito, tampoco se pueden lanzar obuses", añadió. "Estamos muy hartos de la actitud Defensa".

A las maniobras que periódicamente tienen lugar en la zona, Quirós añade que Defensa no atienda muchas de las peticiones del Ayuntamiento en los últimos años, como la cesión de diez hectáreas —de entre las 5.200 que posee en el municipio— para construir una piscifactoria.