San Sebastián rinde homenaje a puerta cerrada a la primera víctima de ETA

La niña Begoña Urroz, la primera víctima de ETA, un bebé de 22 meses asesinado por una bomba en 1960, ha sido homenajeada esta tarde por el Ayuntamiento de San Sebastián, que ha entregado a su familia la Medalla de Oro de la ciudad. Un acto celebrado a puerta cerrada, en el que la Policía Municipal ha denegado el acceso a los medios de comunicación.

La madre de la niña, Jesusa Ibarrola, ha recibido el reconocimiento de manos del alcalde, Juan Karlos Izagirre, de Bildu, coalición que se abstuvo en el pleno municipal que aprobó en junio pasado homenajear a Urroz.

El acto ha arrancado a las siete de la tarde en el salón de plenos del consistorio, a la misma hora a la que varios centenares de personas se concentraban en el quiosco del Boulevard donostiarra, a menos de 50 metros del edificio consistorial, en protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo que ha confirmado la condena de cárcel a ocho de los 15 miembros de Segi juzgados por pertenencia a banda armada.

“Todo ha ido bien, ha sido un acto muy íntimo y muy bonito”, han explicado los familiares de la niña a las puertas del Ayuntamiento, mientras de fondo se oía a los manifestantes gritar en euskera “luchar hasta ganar” y “adelante la juventud vasca”.

“Todo ha ido bien, ha sido muy bonito”, dice la familia de la niña Begoña Urroz, asesinada en 1960

Bildu no ha querido dar mayor relieve al homenaje a Urroz argumentado que el consistorio ha entregado hasta la fecha otras dos medallas en actos similares en reconocimiento a víctimas de diversas violencias. Entre ellas figura Jesús García Ripalda, muerto en 1975 por disparos efectuados por la policía en el transcurso de una manifestación. Su homenaje se celebró hace ahora un año.

El Ayuntamiento sí que permitió entonces el acceso a los medios al acto, al que, según recordó el portavoz del PP, Ramón Gómez Ugalde, fueron invitados la Diputación y el Gobierno vasco.

Bildu sostuvo en el pleno en el que se aprobó el homenaje a Urroz, que la oposición (PSE, PNV y PP), que votó a favor del acto, manipulaban políticamente la muerte de la niña al atribuirla a ETA. La izquierda abertzale ha mantenido de forma repetida la tesis que achaca el crimen al Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) que lo reivindicó.

El acto, breve y con presencia de ediles de todos los grupos, ha consistido en la lectura por Izagirre del texto que en junio de 2012 aprobó el Ayuntamiento. Los familiares de Urroz han tenido palabras de agradecimiento, según varios de los presentes, para las “personas que han contribuido a que hoy [por ayer] se haya podido celebrar este homenaje”.

Izagirre aseguraba horas antes en un comunicado que el acto constituye un “nuevo paso hacia el reconocimiento de todas las víctimas, que hacen todos los grupos de todas las sensibilidades políticas de este Ayuntamiento”.

El alcalde quería enlazar el homenaje con el que organizó el pasado diciembre, una ofrenda floral en la que el equipo de gobierno y el resto de partidos representados en el consistorio guardaron varios minutos de silencio en recuerdo de “todas las víctimas”. Fue el primer gesto de estas características de Bildu, pero Izagirre ni mencionó a ETA.

Tanto PP como PSE se han felicitado de que finalmente se celebrase el reconocimiento de ayer. El concejal socialista Enrique Ramos destacó la “paradoja” de que el alcalde hubiera entregado la medalla a la familia de Urroz, cuando en su día se abstuvo en la votación de la resolución que posibilitó el acto.