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Los últimos de la aluminosis

128 familias esperan desde hace 14 años dejar los pisos afectados por la patología en Trinitat Nova La Generalitat no pone fecha al reemplazo

Camilo S. Baquero
El bloque de Trinitat Nova construido con cemento aluminoso
El bloque de Trinitat Nova construido con cemento aluminosoGIANLUCA BATTISTA

“¿Y qué, Olimpia, cuándo viene [Javier] Sardá a sacarnos de aquí?”. Tras saludarse, los dos hombres cruzan entre risas el marco que hasta hace poco ocupaba una puerta. Es la segunda puerta que roban en poco tiempo, junto con la tapa metálica que cubría los contadores. Por allí se entra a uno de los bloques de pisos baratos de Trinitat Nova, en el distrito barcelonés de Nou Barris. Olimpia Rodríguez sonríe y emprende tras ellos, con la lentitud de una abuela octogenaria, la subida a su apartamento. Los escalones están desgastados por el vía crucis diario de los vecinos. Los ilumina la luz que entra por las ventanas. A través de los cristales rotos se ve, a lo lejos, uno de los edificios de nueva construcción con el que reemplazaron viviendas que, como la de Olimpia, se come la aluminosis. Ella es una de las afectadas, aún pendiente de traslado. De eso hace 14 años.

Olimpia fue colaboradora de los célebres programas televisivos Crónicas Marcianas, del periodista Javier Sardá, y La Noche Americana. Es toda una celebridad en su barrio y en su bloque, entre las calles S’Agaró y Palamós. Vive allí desde hace 46 años —“aquí han nacido dos de mis hijos”, recuerda al llegar al rellano— y fue una de las beneficiarias del Plan de Remodelación de viviendas de Trinitat Nova, que el Ayuntamiento de Barcelona anunció en 1999.

Un edificio con ratas, goteras y trozos de fachada que se caen

El acuerdo, suscrito también con los vecinos y el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), establecía el reemplazo de casi 900 viviendas afectadas por aluminosis (una patología constructiva que afecta la resistencia del hormigón) y carbonatosis (que ocasiona el desprendimiento de trozos de las fachadas) por 1.045 nuevas, incluyendo algunas de mercado libre. Esos bloques habían sido construidos en los años cincuenta para dar albergue a las primeras oleadas de inmigrantes que llegaron a Barcelona. El convenio establecía que Incasòl rehabilitaba las fincas que pudieran ser reformadas y en caso contrario las derribaba y edificaba los pisos nuevos. El Ayuntamiento urbanizaba los entornos y los vecinos pagaban de acuerdo con su capacidad económica. La mayoría tenían rentas muy bajas; el resto, pensionista.

Aún hoy quedan pendientes de acceder a una nueva casa 128 familias, las del bloque D, donde vive Olimpia, según las cuentas de Ainhoa Franco, la presidenta de la asociación de vecinos. Su futuro depende “de las posibilidades presupuestarias de la Generalitat”, según explica una portavoz del instituto. Y también de la exigencia del Ayuntamiento hacia la Administración autonómica para que cumpla los compromisos que tiene con la ciudad.

Olimpia sube las escaleras hacia su piso.
Olimpia sube las escaleras hacia su piso.gianluca battista

Ya se han construido 504 viviendas (con una inversión de 54 millones de euros) y el Incasòl explica que ya se ha adecuado el lote donde irá el bloque de Olimpia, con 103 apartamentos. Pero por fases.

La obra en partes, anunciada por los técnicos del instituto, enerva a los vecinos. La inversión, de 11,5 millones de euros, se hará en seis etapas. “De noche no puedo dormir y ya son tres veces las que han intentado entrar en casa”, se queja Olimpia mientras abre la puerta de su domicilio. Se detiene un momento para señalar los excrementos de perros que llenan el pasillo que lleva a otros apartamentos ya vacíos, algunos tapiados. “Tenemos un vigilante que viene de vez en cuando, pero de poco sirve”, se queja. De los 14 apartamentos de la escalera, solo dos están habitados.

Desde Regesa, la empresa encargada de la vigilancia y el mantenimiento de los pisos, aseguran que la limpieza y buen estado de las áreas comunes es responsabilidad de sus vecinos. “Se hacen tres rondas de vigilancia aleatorias y se refuerzan en los fines de semana”, explica una portavoz de la empresa pública. Ya ha habido okupaciones, robo de cobre, algún incendio... “Hay muchas ratas, y eso que desratizaron en noviembre”, agrega Franco, presidenta de la asociación de vecinos.

Le pregunto al alcalde Trias, ¿sabe cómo viven los vecinos de Trinitat Nova? ¿Sabe qué es vivir con aluminosis y carbonatosis?” La concejal Carmen de Andrés

A pesar de las goteras, pedazos de fachada que se caen y humedades, el estado de los vetustos edificios no es una amenaza para los vecinos, insisten desde Regesa.

El orden y la limpieza del piso de Olimpia contrasta con la sordidez exterior. “Siempre tengo el botón de la teleasistencia colgado del cuello. Es lo único que me hace sentir segura. Duermo con él”, explica. Su vida la completa yendo a comprar y departiendo con las amigas en el casal que se pudo construir con la reforma de otros bloques. “Si me voy, ni la puerta me encuentro. Mis hijos son mileuristas. No puedo ser una carga más”, responde.

La paciencia de estos vecinos se está agotando. Hace casi un mes fueron a protestar a la Audiencia Pública del distrito de Nou Barris. “Hemos perdido la confianza en la Administración”, expone Ana Moreno, otra vecina.

El Ayuntamiento ha cumplido con sus labores de urbanización. El PSC critica el olvido de esta zona y remarca que en 2013 no se hiciera ningún realojamiento más. “Yo le pregunto al alcalde Trias, ¿sabe cómo viven los vecinos de Trinitat Nova? ¿Sabe qué es vivir en un piso con aluminosis y carbonatosis?”, dice la concejal Carmen de Andrés.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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