Un problema burocrático amenaza 23 becas para realizar tesis

La beca de 23 licenciados universitarios que aspiran a ser investigadores está amenazada por un agujero burocrático. Un problema de plazos en la convocatoria puede dejar vacantes bolsas de tres años de duración financiadas con fondos europeos para que graduados universitarios puedan realizar sus tesis doctorales. Los afectados piden a la Consellería de Educación que prorrogue uno de los plazos recogidos en la convocatoria para garantizar que no se pierde el dinero. El departamento autonómico alega que ese cambio es complicado y, aunque admite que no puede dar garantías al cien por cien de que no se perderá ninguna ayuda, sostiene que ya ha hecho “todo” lo que está en su mano.

La consellería ya ha otorgado las ayudas —que suponen algo menos de 1.000 euros al mes durante un trienio— a un total de 75 beneficiarios, pero son muchos los licenciados que han quedado en lista de espera por si se produce alguna renuncia. Y se van a producir. 23 de los universitarios admitidos han logrado también otra beca del Estado incompatible con la de la Xunta y piensan quedarse con ella porque dura cuatro años, uno más que la autonómica. El problema es que si comunican a la consellería su renuncia más allá del 22 de marzo, la lista de espera no podrá correr y las ayudas quedarán vacantes.

AGE pide una prórroga

Esa fecha del 22 de marzo es el límite máximo que establece la convocatoria de la consellería para dejar que otros se beneficien de las bolsas que han sido rechazadas. Los afectados piden que prorrogue el plazo y Educación sostiene que ese trámite “no es tan sencillo” y que lo único que puede hacer es estar en contacto con las universidades para que agilicen las renuncias. De momento le han llegado ocho de las 23 bajas que se esperan. Quedan otras 15.

Dos universitarias en lista de espera comparecieron ayer con el diputado de AGE David Fernández para reclamar a Educación que amplíe el plazo y garantice así que ningún licenciado pierde la beca. “Sabemos que todo se puede cuando hay voluntad”, afirmó Fernández, quien tras licenciarse obtuvo esa misma ayuda para doctorarse. Su testimonio revela cómo los recortes presupuestarios están devaluando las condiciones de vida de los investigadores: el parlamentario recibió hace seis años unos 1.100 euros mensuales, más de lo que se percibe ahora.