Los sindicatos denuncian el bloqueo de los convenios del metal

Doble batalla en el sector del metal: la que enfrenta a sindicatos y patronos por los convenios; y la que enfrenta a las patronales a propósito de su representatividad. Y mientras, los convenios están bloqueados. Por ello, un millar de delegados de empresas del sector metalúrgico del conjunto de Cataluña se han reunido hoy en Barcelona para denunciar la situación. La paralización afecta tanto a la actualización de las tablas salariales de los acuerdos de Barcelona, Tarragona y Lleida; como al convenio de Girona, que finalizó en 2012. Además, también se encuentra congelado el proyecto de crear un convenio autonómico. Los del metal son los convenios que congregan a un mayor número de trabajadores, unos 165.000 solo en Barcelona, hasta 227.000 en Cataluña, según los sindicatos.

Tras la reunión se ha creado una plataforma reivindicativa. El secretario de acción sindical de CCOO en Cataluña, Josep Antoni Hernández, ha asegurado que convocarán a las patronales "con fecha y hora concreta" en un máximo plazo de quince días. Citarán a las cuatro patronales provinciales y a Pimec. Según Hernández, los cambios internos que se han producido en la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) podrían haber afectado en el bloqueo que sufre la negociación. No obstnate, ha señalado que "están demostrando ahora una desidia clara y manifiesta". 

Los secretarios generales de las federaciones de Industria de UGT (Isabel Martínez) y CC OO (Javier Pacheco) acusan a la patronal de bloquear de forma intencionada las mesas de negociación y de “actuar de mala fe” en un sector en el que históricamente el diálogo ha sido fluido. En el caso del convenio de Girona, que finalizó en 2012, temen que si no se renegocia durante este año caiga en ultraactividad, lo que supondría depender del convenio Estatal, que contempla peores condiciones. Pacheco recuerda que el bloqueo “incumple el acuerdo según el cual en 2012 no se incrementaron las tablas, para hacerlo en 2013 y vincular la subida al convenio autonómico”. El objetivo del convenio autonómico es que los trabajadores catalanes del sector tengan un solo paraguas “y evitar el dumping territorial equiparando condiciones”, defiende Pacheco.

La segunda derivada del conflicto es la pugna entre la patronal de referencia histórica en el sector, la Unión Patronal Metalúrgica (UPM), que cuelga de Foment del Treball, y Pimec, que ha solicitado entrar en las mesas de negociación con el argumento de que también representa al mínimo de un 10% del sector que exige la ley. El secretario general de Pimec, Antoni Cañete, reclama “el derecho y deber” de su entidad a “representar a las empresas de Pimec” y recuerda que los sindicatos han aceptado su representatividad. Ante la negativa de UPM (que a su vez sale de una grave crisis interna), advierte de que la patronal que representa a las pequeñas y medianas empresas irá “hasta el final, si hace falta a los tribunales”. Cañete también recuerda que algunos sectores de la industria del metal, como los instaladores o los cerrajeros, están afiliados simultáneamente a UPM y Pimec.

Desde UPM, su vicepresidente primero, Manuel Rosillo, emplaza a Pimec a “demostrar su representatividad”, aunque recuerda que “las mesas llevan tiempo constituidas”. La semana pasada, la organización difundió un comunicado en el que sostiene que UPM “es la única organización empresarial representativa del sector del metal en Barcelona” y que “no hay ninguna otra organización que haya justificado la representación como mínimo del 10% de las empresas y empleados del sector”. En respuesta a los sindicatos, Rosillo añade que UPM ha “retrasado” su actividad habitual como consecuencia del proceso electoral que ha vivido y asegura que “entiende el nerviosismo” de los sindicatos.