¡Es el paro, estúpido!
Urge un pacto ante el principal problema del país: el desempleo
La paciencia de los ciudadanos está a punto de agotarse. Un 73% considera que estamos al borde de un estallido social por el paro y la pobreza existentes. Ya no soportan que los dirigentes políticos, los que gobiernan y los que están en la oposición, sean incapaces de alcanzar un acuerdo.
Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) son sencillamente espantosos. Los más alarmantes: seis millones de parados, el 26% de la población (en Andalucía: 1,4 millones, el 35,86%); 1,8 millones de hogares con todos sus miembros parados; un 55% de paro entre los menores de 30 años…
Un dato, éste último, que fue calificado por Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, de “vergüenza totalmente inaceptable”. Y exigió un plan de empleo juvenil promovido por Bruselas, porque, de lo contrario, “los jóvenes dejarán de creer en la democracia”. Así de dramático es el tema.
Lo peor es que las cifras de la EPA no han sido ninguna sorpresa. El Gobierno ya había asumido que el desempleo crecería en España en el primer año de su mandato. Pero no hace nada por evitarlo.
Atrincherado entre los que el Nobel de Economía Paul Krugman llama “los cascarrabias del déficit”, Rajoy no ha elaborado aún un plan concreto para combatir esta lacra que siembra la pobreza en todo el país.
Sí lo ha hecho, al fin, el primer partido de la oposición. El domingo, su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, presentaba un documento de 49 páginas que contiene varias medidas concretas. Entre ellas, la creación de un fondo público de 20.000 millones de euros para este año, destinado a financiar empresas, el autoempleo y los emprendedores (¡qué palabro!). Además de importantes rebajas en las cotizaciones sociales y la exigencia de que se retrase a 2016 el objetivo de reducir el déficit al 3%.
Porque Rubalcaba no está en el batallón de los cascarrabias. Lo mismo que no lo está el presidente de la Junta de Andalucía (y presidente del PSOE), José Griñán. Saben que, sin inversión y sin crédito, no habrá crecimiento y por tanto empleo.
“Me preocupa muchísimo el déficit, pero mucho más el paro”, repite el presidente andaluz. Al grito de “no vale la resignación, hay que movilizarse”, Griñán propone a las fuerzas políticas y sociales andaluzas un pacto urgente. Como Rubalcaba en Madrid.
¿Cuál es la reacción del Gobierno central y del PP andaluz? La de siempre: apoyen nuestras propuestas, dice la ministra Fátima Báñez. “Ya está bien de tanto pacto para la galería”, afirma displicente Juan Ignacio Zoido, presidente del PP.
Así no se va a ninguna parte. Solo consiguen irritar aún más a una ciudadanía atónita ante tanta estulticia, por utilizar la expresión de Joaquín Estefanía, dirigida a la ministra Báñez. Una ministra que filtró el domingo por la tarde una rebaja en las cuotas a la Seguridad Social a los jóvenes autónomos, que sonaba a contraprogramación al acto de la mañana de Rubalcaba. Porque el socialista incluía en su propuesta una cuota plana de 50 euros (página 19).
Así están las cosas, en Madrid y en Sevilla. La clave del desacuerdo se encierra en una palabra: déficit. De la que deriva una política que ha fracasado: en el primer año del mandato del PP se han destruido 850.000 empleos.
Urge un pacto ante el principal problema del país. Lo piden quienes más sufren: los trabajadores. Y es urgente. Por decirlo en palabras del secretario general de CC OO Andalucía, Francisco Carbonero: “Estamos hasta las narices de no ver otras cosa que discursos huecos y cruzados entre grupos políticos que tienen la responsabilidad de sacarnos adelante”.
Por eso, precisamente, habrá que decirles a los cascarrabias del déficit, parafraseando el eslogan de la campaña electoral de Bill Clinton: ¡Es el paro, estúpido! A ver si se enteran de una vez.
@JRomanOrozco
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.