Encadenada frente a los impagos

Elvira Murcia, una mujer postrada en silla de ruedas debido a la enfermedad que padece, se ha encadenado hoy a las puertas del Palau de la Generalitat en Valencia para reclamar a los políticos que "cambien sus prioridades" y apliquen "de una vez" la Ley de Dependencia. "Llevamos cuatro meses sin cobrar", se quejaba, "y no nos iremos hasta que nos paguen".

La protesta, que ha tenido lugar en la plaza de la Virgen, se ha  un centenar de personas, ha formado parte de la concentración de las plataformas en defensa de la ley de Dependencia de la Comunitat convocada con motivo del sexto aniversario de la aprobación de la misma.

Murcia, de 41 años y que sufre desde el nacimiento osteogénesis imperfecta, comúnmente llamada "huesos de cristal", ha atado su silla de ruedas a las verjas de la sede del Gobierno valenciano, donde también ha entregado un escrito con las reivindicaciones del sector de la discapacidad. Fuentes de la Generalitat han señalado que representantes del Gabinete de Presidencia han atendido esta mañana a Elvira Murcia, ofreciéndole una reunión con la consejera de Bienestar, Asunción Sánchez Zaplana, y su equipo en las dependencias de Bienestar Social para "tratar el tema de fondo, que eran las ayudas a la dependencia".

Según la versión del Consell, la oferta se ha aceptado y, "tras hacerse efectiva la solicitud formal de dicha reunión (que no se había producido previamente), se ha puesto a disposición de las solicitantes un medio de transporte adaptado para su desplazamiento a la sede de la Conselleria". Sin embargo, lamenta la Generalitat, "una vez ha llegado el vehículo, las solicitantes ha cambiado de opinión exigiendo ahora que fuera la consejera la que se trasladara hacia la calle Caballeros".

El Consell traslada "su total predisposición a atender a todos los colectivos que así lo soliciten. Desde el primer momento, se han puesto todas las facilidades para que se mantuviera la reunión solicitada y en ningún momento se le ha negado el encuentro. La oferta de la reunión sigue en pie".

Murcia ha declarado que "no va a reunirse con nadie hasta que no vayan". "Llevo mucho tiempo yendo yo a que me hagan caso, y en el Palau hay muchos espacios que se pueden utilizar", ha afirmado. Mientras, un grupo de personas dependientes y sus familiares han reclamado "que no se olvide al sector" de la discapacidad y han portado pancartas y coreado lemas que rezaban "Ley de dependencia ya. Es un derecho de todos" y "Es una indecencia recortar en dependencia".

Según ha explicado la mujer, vive "gracias" a los "cuidados y dinero" de su madre, porque "no llega con los 286 euros" que recibe de la Administación. "No se dan cuenta de que ser dependiente es tener en ocasiones a una persona cuidando de ti los 365 días del año o que tu familia pague un centro de atención. Que estas personas y estos centros no reciban apoyo económico nos deja en una situación dramática", ha declarado.  Elvira ha recordado que la dependencia afecta no sólo a los enfermos sino también a "muchas otras personas, entre familias, trabajadores, empresas".

La mujer encadenada se ha quejado de que "el Gobierno valenciano dice que no llega dinero y que, cuando lo hay, lo gastan en grandes eventos", y ha invitado al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y a la nueva responsable de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, a que pasen un día cuidando a un enfermo postrado en una cama y así conozcan "la realidad de los dependientes".

La Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia de la Comunitat Valenciana ha mostrado por su parte "tristeza" en la celebración del sexto aniversario de la aprobación de una norma que supuso "una gran esperanza para muchos" pero que a día de hoy "sigue sin aplicarse".

En ese sentido, la portavoz del colectivo, Palmira Castellano, madre de una gran dependiente a la que cuida, ha denunciado que "desde hace casi un año no sale ninguna resolución sobre casos de dependencia", lo que ha generado un total de 21.608 casos en lista de espera. En su opinión, con la crisis, el Gobierno valenciano ha empezado recortando derechos que "habían costado a la sociedad mucho tiempo alcanzar", y ha deseado que, "más que la tijera para recortar, podía coger aguja e hilo de coser y remendar los desaguisados que está cometiendo".