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El aceite de oliva se la juega

Las denuncias de fraude y los ataques exteriores marcan la campaña más corta en dos décadas. La marca blanca en la distribución supera el 80%

Ginés Donaire
Labores de recolección de aceitunas de mesa manzanilla en el olivar de una fina de Morón de la Frontera (Sevilla).
Labores de recolección de aceitunas de mesa manzanilla en el olivar de una fina de Morón de la Frontera (Sevilla).GARCÍA CORDERO

El aceite de oliva español (andaluz en un 82%) se juega su credibilidad entre los consumidores en medio de un escenario convulso marcado por las denuncias de fraude, los ataques desde el exterior y los retos que plantea la extensión de este cultivo por todo el mundo (ya se produce aceite de oliva en 40 países). Y lo hace cuando está a punto de iniciarse la campaña olivarera más escasa de las dos últimas décadas, lo que incrementará las tensiones entre los operadores y hará que cunda el temor al desabastecimiento de los mercados.

No hay nada que remueva más los cimientos del atomizado y anquilosado sector oleícola como las denuncias de fraude interno. Ocurrió a finales de 2010 cuando la Junta de Andalucía informó que la mitad de los lotes revisados en una inspección (sin revelar las marcas) contenían un aceite de oliva de calidad inferior a la que aparecía en el etiquetado del producto. Y ha vuelto a ocurrir ahora con el informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que, tras analizar 40 marcas que se comercializan, ha constatado que nueve de ellas “engañan” al consumidor vendiendo un aceite etiquetado como virgen extra cuando en realidad se trata simplemente de virgen, aunque sin riesgo para la salud de los consumidores.

UPA estima que faltarán 100.000 toneladas para abastecer el mercado

La práctica totalidad del sector ha salido en tromba a defender la “incuestionable calidad de los aceites andaluces”, como apuntó el consejero de Agricultura, Luis Planas. Los premios logrados por aceiteras andaluzas en los principales foros internacionales dan prueba de ello. Sin embargo, y pese a cuestionarse el rigor del informe, la mayoría ha aplaudido el trabajo de la OCU que ha tenido la virtualidad de hacer públicos los nombres de las marcas infractoras. “Aquí nos la jugamos todos. No puede ser que una minoría esté tirando por tierra el buen trabajo de la mayoría del sector”, subraya Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores en Andalucía.

Pero, el dirigente de la UPA va más allá a la hora de buscar culpables: “El problema es la política de acoso abusiva de la gran distribución que está arrastrando a los envasadores a ofrecer el aceite como producto reclamo”. Aliada (El Corte Inglés), Oli Sone (Lidl), Condis, Arteoliva, Consum, Ybarra, Coosur, Maeva, Olilán y Hojiblanca son las marcas señaladas por la OCU, pero solo la aceitera malagueña ha anunciado que acudirá a los tribunales para defender el buen nombre de sus aceites. “El estudio presenta de forma alarmista unas conclusiones faltas de rigor obtenidas de unas muestras mínimas y sin respetar todas las normativas legales”, se indica desde la patronal de las industrias envasadoras de aceite, Anierac.

El precio del aceite de oliva ha caído un 52% desde 2002, según Eurostat, y los productores llevan cinco campañas vendiendo a pérdidas. Solo ahora, con las previsiones de baja cosecha, el precio ha repuntado hasta los 2,48 euros el virgen extra, según el sistema PoolRed. Un precio aún por debajo de los 2,70 en los que se sitúa el precio real. Pero el anteproyecto del ministerio para regular la cadena de valor omite cualquier referencia a la venta a pérdidas y prácticas abusivas de la distribución, que tiene una posición dominante en el mercado al ser media docena de grupos los que compran frente a más de 800 almazaras que venden por su cuenta. Por eso son muchos los que piden redoblar la labor inspectora de la Administración para evitar nuevos fraudes. La Junta se defiende y apunta que en los últimos cinco años ha muestreado más de 35.000 toneladas de aceite con el fin de garantizar a los consumidores un producto de máxima calidad.

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El precio del aceite de oliva ha caído en un 52% desde 2002, según Eurostat

Para intentar acabar con la confusión muchos productores abogan por simplificar las distintas tipologías de aceite, y eliminar el llamado Aceite de Oliva (lampante), puesto que no es zumo de aceituna, para que no se confunda con los de Aceite de Oliva Virgen y Aceite de Oliva Virgen Extra. Y es que, se calcula que el porcentaje de aceite de oliva virgen comercializado en los lineales (puntos de venta al consumidor) no llega al 1%, algo que los productores atribuyen a dos motivos: porque se etiquetan directamente como virgen extra sin serlo (aunque pueden superar el límite del panel de catas), o porque se refinan y se venden finalmente como aceite de oliva. La marca blanca de aceite en la distribución supera ya el 80%.

Con todo, la polémica del fraude no ha impedido que en el último año se haya batido el récord de exportaciones de aceite de oliva. Algo que también empieza a nublarse por los ataques contra el aceite de oliva español procedentes de otros países emergentes, como Australia o Estados Unidos, que ha puesto trabas a la importación del aceite español para consolidar sus producciones en California.

Otra cosa será lo que ocurra en esta campaña, con una reducción de cosecha de más del 62% y unas pérdidas de más de 1.700 millones en Andalucía, según la COAG. Desde la UPA se calcula que faltarán unas 100.000 toneladas para cubrir la demanda del mercado. “La sequía y la baja producción se pueden compensar vía precios”, subraya Agustín Rodríguez.

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