El Consorcio de la Zona Franca venderá la sede del Banco de Sangre
El ente público venderá activos para equilibrar sus pérdidas de 2011 y las previstas para 2012
El Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZF), controlado a partes iguales por el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Economía, abre una nueva etapa centrado en el objetivo de hacer caja. De salida, el organismo pondrá a la venta la sede del Banco de Sangre y Tejidos, que inauguró en julio de 2010, pero tiene intención de desprenderse de otros activos y de alquilar otros espacios que actualmente tiene vacíos.
El ente público, dirigido por Jordi Cornet, perdió 1,9 millones de euros el año pasado y prevé que este concluya con unas pérdidas similares, según ha precisado una portavoz. Cornet ha anunciado esta mañana que el consorcio está buscando un inversor extranjero interesado en el activo, que tiene asegurado un alquiler a medio plazo, ya que el inmueble se construyó expresamente para la ubicación del banco de sangre.
A la venta del edificio construido en el distrito tecnológico 22@, que supuso una inversión de 35 millones de euros, el CZF añadirá en el corto plazo el alquiler de 900 metros cuadrados de su sede en la Zona Franca. En la misma línea, el consorcio ha alquilado la sala de juntas de la misma sede para rodar la película El método Gronholm.
"El consorcio quiere mejorar su gestión y ponerse al día, y aprovecha el XVI Barcelona Meeting Point (BMP) para optimizar recursos como los inmobiliarios", ha afirmado Cornet, en referencia a su presencia en este salón inmobiliario que abrirá las puertas el próximo miércoles, hasta el 21 de octubre.
El objetivo es "tener recursos que se puedan reinvertir en la creación de riqueza" y en la promoción económica de Barcelona y Cataluña, ha remarcado el delegado del Estado en el CZFB, organismo que en junio decidió suprimir 10 cargos directivos para recortar gastos.
El plan que intentará poner en marcha ahora el consorcio no es nuevo. La Generalitat ya ha intentado vender buena parte de su patrimonio inmobiliario y ha tenido que hacer marcha atrás ante la falta de inversores o las ofertas demasiado bajas que le llegaban.
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