1.000 kilómetros de canales del delta del Ebro, amenazados por el caracol manzana
La Generalitat revisará las conducciones para frenar la expansión de la plaga Un sabotaje ha permitido al molusco saltar al margen derecho del río Policía y agentes rurales llevarán al responsable a los tribunales
Los técnicos del Departamento de Agricultura de la Generalitat y los regantes del delta del Ebro revisarán alrededor de 975 kilómetros de red hidráulica para evitar que la plaga de caracol manzana se extienda por el margen derecho del humedal, adonde ha llegado por un acto de sabotaje que ahora investiga el Gobierno catalán.
La especie invasora, que desde hace tres años hace peligrar las cosechas de arroz porque se come los tallos de la planta joven, estaba confinada en el margen izquierdo del delta. Sin embargo, hace 10 días fueron interceptados ocho focos de caracol manzana también en el derecho, lo que hizo saltar todas las alarmas. El hecho de que los ejemplares hallados lo fueran en ocho localizaciones sin conexión entre sí ha llevado a la Generalitat a considerar que responde a una acción “voluntaria y premeditada”.
El Ejecutivo catalán anunció ayer que pedirá responsabilidades penales al supuesto autor o autores. Los Mossos d'Esquadra, los agentes rurales y el Seprona de la Guardia Civil han iniciado una investigación, han inspeccionando algunos vehículos y creen que el presunto culpable actuó solo durante el fin de semana del 28 de septiembre. “Demostraremos los hechos para que el culpable pague por la irresponsabilidad que ha cometido”, dijo ayer Pere Vidal, delegado de Agricultura de la Generalitat en las comarcas del Ebro.
Por el momento, se han interceptado en la margen derecha del Ebro 60 caracoles manzana con 16 puestas. Cada puesta del molusco invasor suele estar formada por unos 300 huevos de color rosa brillante. Según explicó ayer Hernán Subirats, técnico de la Generalitat encargado de la lucha contra el caracol manzana, 25 personas durante esta semana revisarán 975 kilómetros de red hidráulica y 13.000 puntos de entrada y salida de agua en los arrozales. Después, cuando se cierren las compuertas de la red hidráulica, se aplicará un veneno natural que resultó efectivo el año pasado. Se trata de la saponina, un derivado de la camelia, que esparcirán en el agua estancada de los canales.
Además, los técnicos desplegados seguirán quemando rastrojos en las márgenes de los canales e instalando trampas en los desagües. Tras 15 días de tratamientos, calcula Subirats, los agricultores podrán volver a inundar sus parcelas de arroz y reanudar las actividades de caza. Para entonces esperan tener todos los caracoles manzana de la margen derecha capturados.
Todos los focos se han encontrado en puntos interiores del delta. La mayoría en el canal marítimo Carlos III, un lugar accesible que une Amposta y Sant Carles de la Ràpita, aledaño a la carretera N-340. También han interceptado caracoles manzana en Roquetes, en los campos situados detrás de una fábrica. Dani Forcadell, agricultor responsable de la campaña del arroz en el Sindicato Unió de Pagesos, pide más implicación de la Unión Europea en la lucha contra el caracol manzana. “El problema de las especies invasoras es de todos. Ya se han invertido cuatro millones de euros en esta plaga. Si sigue así tendrán que dividir el dinero en los dos márgenes, quien lo haya hecho no sabe que no solo los agricultores perdemos en esto, los daños ambientales podrían ser terribles”, explica Forcadell. Desde el año pasado los agricultores deben presentar un certificado de limpieza de su maquinaria cuando pasan de una margen a otra del delta. Se calcula que la margen izquierda está colonizada por cinco millones de caracoles manzana.
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