La carta de Lluís Companys que su familia no recibió
Entregó la misiva para su cuñada al teniente coronel Gonzalo Zarranz, que la tiró a la basura La familia del ayudante del militar la subasta por 1.500 euros La misiva está datada el 10 de octubre de 1940, cinco días antes de su fusilamiento en Montjuïc
“Querida cuñada. Sabe y te ruego digas a mis hermanas Ramona y Nieves que estoy detenido en Montjuïc, bien de salud y de trato. Pero como al detenerme en Francia, no pude traer casi nada vengo desprovisto, y necesitaré algún dinero y ropa...”. Así comienza la breve carta dirigida por el presidente de la Generalitat Lluís Companys a su cuñada el 10 de octubre de 1940, cinco días antes de ser fusilado “por rebelión militar” en el foso de Santa Eulàlia del castillo de Montjuïc, donde estaba detenido desde comienzos de mes.
En la misiva, el político anuncia su detención y aprisionamiento a sus hermanas, y les indica qué deben hacer para poder visitarlo: “Pedir permiso en Comandancia Militar”. Desconociendo el fatal destino que le esperaba: el consejo de guerra —que duró una hora— del día 14 y su asesinato en la madrugada del día siguiente, Companys les explicaba que en sus visitas, “dos a la semana”, tendrían que llevar “retratos pequeños como los de pasaporte”.
La carta, escrita en castellano, seguramente por imposición militar, a lápiz en una cuartilla con cuadrícula (de 21 por 14,5 centímetros), termina con la frase “muchos afectos de tu cuñado”, firma autógrafa y fecha (10 de octubre) y ubicación (Montjuïc), seguido de una nota en la parte posterior de la hoja, en la que enumera una lista de necesidades básicas: “1 pijama, 2 toallas - Dos servilletas (Todo barato) - Pasta dentífrica - jabón = Colonia (si es permitido) - 1 cepillo -, papel, sobres, dos libretas ó blocs, para apuntes - linterna”. Los guiones corresponden con los objetos que el propio Companys tachó de su lista. Entre los que se pueden leer bajo las tachaduras: una bufanda y una pluma.
Sorprende comprobar que este hombre de 58 años, que regresaba a Cataluña desde su exilio en Francia tras ser detenido por agentes alemanes y entregado a las autoridades franquistas, sacrificara la prenda de abrigo que tanto le habría protegido en las frías noches de octubre del castillo por el material de escritura. No había duda de que Companys, con sus escritos, quería dejar constancia de los hechos durante su arresto. Pero no tuvo ocasión.
En la misiva pide un pijama, toalla, jabón, colonia, papel y una linterna
Al escalofrío que produce poder leer la carta convertida en documento histórico, se añade el sentimiento de mezquindad al conocer que la misiva jamás llegó a su destino. Tras escribirla, Companys la entregó al teniente coronel de guerra Gonzalo Zarranz, que al salir de la habitación de la casa del capellán donde estaba aislado en secreto el político, la arrojó a una papelera. El texto se salvó del olvido cuando el ayudante del militar, sin que nadie lo viera, la recogió de la basura y la escondió.
Más de 70 años después, los herederos de este subalterno, que han conservado la carta enmarcada (con cristal para que se vieran las dos caras del papel) y colgada como si fuera un cuadro en su casa, han decidido ponerla en venta. Se subastará el próximo día 25 de octubre en la sala Balclis de Barcelona. Su precio de salida son 1.500 euros.
Los familiares más allegados de Companys jamás pudieron visitarlo hasta horas después del consejo de guerra. Las hermanas a las que iba dirigida la carta, que no supieron que se celebraba el juicio, llegaron a la fortaleza cuando ya se había acabado y pudieron ver y abrazar a su hermano solo durante tres horas, hasta la una de la madrugada, según escribió Ramona Companys en su diario.
Hace justo un año la Associació Memòria i Història de Manresa publicó en su página web cinco cartas inéditas de Companys escritas en la prisión y dirigidas al industrial y político Jaume Creus, cuando ambos estaban encarcelados por los hechos del 6 de octubre de 1934.
La carta que se subasta dentro de 18 días es una de las últimas escritas por el político. La última fue, sin duda, la que escribió a su mujer, Carme Ballester, pocas antes de morir. El presidente, mostrando templanza y una sangre fría increíble, aconseja a su esposa: “Reacciona contra el abatimiento. Relaciónate, distráete. Eso quiero... Haz lo que te digo, porque yo, tu Lluís, ya no sufriré; eso deseo que hagas, amor mío... No admitas, entonces, condolencias, ni lloros. Levanta la cabeza. Esta muerte, que afrontaré plácida y serenamente, dignifica”.
El texto que se subasta se podrá ver a partir del lunes 15 de octubre, cuando se cumplen 72 años exactos del asesinato del político republicano.
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