Urkullu propone ahora la reforma fiscal que ha negado al Ejecutivo
Los socialistas consideran “hipócrita y cínica” la actitud del candidato del PNV
La reforma fiscal que el PNV y la Diputación de Bizkaia, en sus manos, han negado por activa y por pasiva al Gobierno de Patxi López podría ser una realidad si Iñigo Urkullu se instala en Ajuria Enea. El presidente peneuvista y candidato a lehendakari lo ha anunciado hoy, apenas 24 horas después de que López hiciera pública la fecha de las elecciones autonómicas adelantadas.
Aunque a regañadientes y después de dos preguntas en una rueda de prensa en la sede de su partido en Bilbao, Urkullu admitió que la única manera de lograr la “suficiencia económica y financiera de Euskadi” es abordar una reforma tributaria que permita cubrir las prioridades de gasto. Cumpliendo la moda que implantó en la campaña de las generales Mariano Rajoy de no bajar al detalle para presentarse con más margen de maniobra gobernando, Urkullu tampoco concretó si optaría por una reforma mirando a España —subiendo todos los tramos de las rentas del trabajo y los impuestos indirectos como el IVA— o por el modelo francés de exigir un esfuerzo a las rentas más altas, a las grandes fortunas y a las empresas.
El PNV defiende lograr para Euskadi la “suficiencia económica”
Si se atiende a lo que ha dicho, la filosofía que alumbrará la reforma fiscal tendría como objetivos —con un criterio de progresividad, equidad y justicia social— lograr la suficiencia recaudatoria, la recuperación económica, el equilibrio entre ingresos y gastos públicos, y la reactivación de la economía desde la generación de riqueza y de empleo.
La recaudación tributaria —competencia de las Diputaciones— ha caído en Euskadi desde finales de 2008 a los niveles de 2006. De hecho, uno de los principales lastres que ha arrastrado el actual Gobierno es la diferencia entre las previsiones de crecimiento y recaudación con las que el último Gabinete de Juan José Ibarretxe confeccionó las cuentas de 2009 —y gastó en consecuencia—, y el cierre real de la recaudación de ese año. En total supuso cerca de 1.000 millones de desfase. El problema añadido es que desde 2005 el nivel de gastos del Ejecutivo creció a un ritmo del 10%. Desde 2009, el Ejecutivo socialista ha tenido que recortar entre seis y ocho puntos, año tras año.
Economía quiere “zanjar de una vez” la polémica sobre su “insolvencia”
La minirreforma fiscal que aprobaron el pasado año PNV y PP —la de Bildu en Gipuzkoa fue más ambiciosa— se centró sobre todo en reinstaurar el Impuesto de Patrimonio, gracias al cual la caída de la recaudación hasta julio de 2012 se ha atenuado, pero ha sido mayor en Bizkaia, donde gobiernan los peneuvistas, y Álava, en manos populares.
Pero ese pequeño avance para recuperar ingresos no tuvo continuidad, por una decisión del PNV que el PSE atribuye a una campaña premeditada para ahogar económicamente al Ejecutivo y forzarle a endeudarse, hacer recortes incómodos y tomar decisiones como la del adelanto electoral.
El propio Urkullu ya apuntó la ciaboga del PNV en materia tributaria durante la presentación de las bases de su programa económico el pasado 4 de mayo. En cambio, 15 días después su partido rechazaba, en suma con el PP, las propuestas de resolución socialistas que pedían esa misma reforma urgente.
Urkullu afirma que su reforma respetará las competencias de las Diputaciones
En aquella ocasión, el argumento central del PNV y del PP fue que la competencia para afrontar esa reforma fiscal era de las Diputaciones. Urkullu no tuvo ayer reparos en sortear ese obstáculo apelando a que se hará “respetando cada una de las competencias de cada uno de los ámbitos institucionales, y buscando la mayor coordinación posible para esa política fiscal y ese nuevo sistema tributario”.
La actitud del PNV causó irritación en las filas del Ejecutivo y del PSE. Fuentes del Gobierno señalaron a EL PAÍS que su rival electoral “ya no atiende a las necesidades de Euskadi, sino de su partido. ¿Ahora sí y antes no?”
“Es una actitud hipócrita y cínica”, sostuvo el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, en un comunicado, sobre todo porque “su diputado general [el vizcaíno José Luis Bilbao] ha practicado siempre una actitud obstruccionista” para “ahogar económicamente al Gobierno”. Para los socialistas, resulta incoherente que Urkullu “proponga ahora un pacto fiscal cuando su partido y él mismo se han negado siempre a apoyarlo”.
“Haré un Gobierno que crea en este país”, sostiene el candidato del PNV
El consejero de Economía, Carlos Aguirre, comparecerá públicamente el próximo miércoles con intención de “zanjar ya de una vez por todas”, en palabras de fuentes gubernamentales, el debate que ha abanderado el PNV sobre la “insolvencia” del Gobierno vasco, y sobre “el excesivo endeudamiento” e incluso los “gastos irregulares” a los que Urkullu ha aludido a través de su blog este verano.
El candidato nacionalista apostó por mirar hacia delante, porque lo exige la sociedad vasca y explicó que quiere encabezar un Gobierno que se concentre en superar el actual “descalabro económico, un Gobierno con disciplina y rigor en la gestión pública, con un proyecto para Euskadi, que no gaste por encima de sus posibilidades y que garantice los servicios públicos básicos”.
Urkullu apostilló que el suyo sería un Ejecutivo “que crea en este país, un Gobierno motor que vuelva a generar confianza, capaz, ágil y austero y, a su vez, eficaz en la toma de decisiones”. Todo lo que echa de menos en la legislatura socialista.
Una vieja conocida
La caída de la recaudación es una vieja conocida del Gobierno, con la que ha debido bregar desde el minuto uno. También la propuesta de una reforma fiscal. La recaudación conjunta de las tres Haciendas bajó en 2008 un 6,8% con respecto al ejercicio precedente y en 2009, un 15,9%, cuando los presupuestos eran expansivos. De 2005 a 2009 los costes salariales del Ejecutivo crecieron un 33%.
» Junio de 2009. El Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) vio en su primer punto del orden del día una propuesta socialista para estudiar una reforma tributaria. Apenas 10 días antes, el entonces diputado general alavés, el peneuvista Xabier Aguirre, ponía en pie de guerra a su partido al proponer un recargo en el IRPF a las rentas superiores a 150.000 euros. Urkullu reunió a sus responsables forales —el PNV aún regía las tres Diputaciones—para cerrar el debate.
» Noviembre 2010. Bizkaia y Álava apelaron al foralismo para negarse a coordinarse en la lucha contra el fraude fiscal. El Gobierno propuso lanzar campañas conjuntas para ser más eficaces. El PNV se negó a cruzar las bases de datos para perseguir a los defraudadores.
» Septiembre de 2011. Bizkaia y Álava pactan una minirreforma fiscal para compensar la más ambiciosa acometida por Bildu en Gipuzkoa. Todos reinstauraron el Impuesto de Patrimonio.
» Diciembre de 2011. Bizkaia bloquea un acuerdo para la reforma fiscal en el OCT
» Marzo de 2012. Con la abstención del PNV y la oposición del PP, el Parlamento habilita a López a estudiar una reforma fiscal. Dos meses después el PP rompe el pacto de gobierno.
» Mayo. Urkullu asume la necesidad de una reforma fiscal durante la presentación de parte del programa de su partido. Quince después en un pleno monográfico en el Parlamento, PNV y PP tumban las propuestas de López.
» Agosto. Urkullu, ya candidato a lehendakari, propone una reforma fiscal.
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