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Decenas de miles de personas toman la Via Laietana contra los recortes

Bomberos, policías, funcionarios y 'iaioflautes' ocupan la calle contra la política de Rajoy La indignación contra los recortes desborda las calles de toda España

Manifestación en la Via Laietana contra los recortes de Rajoy celebrada este jueves.
Manifestación en la Via Laietana contra los recortes de Rajoy celebrada este jueves.C. RIBAS

Tras un año y medio de recortes por parte del Gobierno de Artur Mas que han originado incontables manifestaciones, la enésima, la de ayer, podría haberse quedado en poco, pero la ciudadanía respondió: 400.000 personas, según la organización, 40.000, según la Guardia Urbana, se manifestaron en Barcelona por la Via Laietana hasta la Delegación del Gobierno. Los sindicatos elevaron a 100.000 los manifestantes de las marchas de Tarragona, Girona, Lleida, Terrassa, Sabadell, Tortosa y Vic, entre otras ciudades. En cada una de estas localidades la afluencia, según la policía, no pasó de 10.000 personas.

Los recortes han saturado las calles de indignación. Las protestas espontáneas que han proliferado esta semana tras el anuncio del Gobierno de un ajuste de 65.000 millones en dos años llegaron ayer al clímax. Las manifestaciones reunieron a centenares de miles de personas en unas 80 ciudades de España apenas unas horas después de que el Congreso de los Diputados aprobara el tijeretazo solo con los votos del PP.

Además, Rajoy ha conseguido algo insólito en muchas ciudades, como son cabeceras unitarias con todos los sindicatos, los mayoritarios y los pequeños. En Barcelona, hasta los propios líderes sindicales se emocionaban y tuiteaban celebrando la unidad de acción de CC OO, UGT, CGT, USOC y CIS. Todos ellos advirtieron también de que esto no ha hecho más que empezar y de que, si el Gobierno no afloja con los recortes, habrá convocatoria de huelga general. A la marcha se sumaron entidades y, a última hora, los partidos de izquierdas.

En Madrid los líderes de CC OO y UGT tienen claro que la de ayer no será la última movilización que habrá este verano. “La de hoy no es una manifestación más ni un acto final de nada. Habrá más en agosto”, anunció el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, antes de la convocatoria madrileña.

La marcha en Barcelona llenó la Via Laietana y llegó hasta el Parlament

La magnitud del mayor recorte de la democracia ha unido a sindicatos, organizaciones y movimientos sociales —ayer secundaron las protestas más de 1.000 organizaciones— que hasta la semana pasada era impensable que salieran juntos a la calle. En Madrid la manifestación también estaba convocada por seis sindicatos y la Plataforma en Defensa del Estado de Bienestar.

Un grupo de bomberos con fuegos artificiales, ayer en la Via Laietana de Barcelona
Un grupo de bomberos con fuegos artificiales, ayer en la Via Laietana de BarcelonaCARLES RIBAS

El Gobierno sabía que el descontento había crecido mucho últimamente —más con el ya famoso grito de la popular Andrea Fabra en el Congreso: “¡Que se jodan!”—, pero no esperaba movilizaciones masivas. Las protestas contra la reforma laboral llegaron a ser contundentes, sobre todo en las primeras manifestaciones convocadas contra ella, pero ninguna tuvo la dimensión de la de ayer, ni siquiera la de la huelga general.

Los recortes ya no afectan solo a colectivos concretos, por amplios que sean (como la reforma laboral a los 14 millones de asalariados), ni son medidas que maniatan solo a ciertas Administraciones u organismos públicos (comunidades autónomas, Ayuntamientos, empresas públicas y Diputaciones). El ajuste que anunció Mariano Rajoy y concretó el Consejo de Ministros llega directamente al bolsillo de todos los ciudadanos, de una o de otra forma: la subida del IVA, el aumento de las retenciones por IRPF a los autónomos, la suspensión de la paga extra de Navidad a los funcionarios, el recorte de las prestaciones por desempleo, los despidos en las empresas públicas. Además, llega también a puntos neurálgicos del Estado de bienestar que afectan a la vida cotidiana: el tajo en dependencia, las recetas sanitarias… “Es el momento de salir a la calle, soy enfermo crónico y ahora tengo que pagar más por los medicamentos”, protestaba ayer un bombero jubilado. Muchos de estos recortes no son novedad en Cataluña, donde CiU lleva aplicando sucesivos paquetes de austeridad desde que llegó al poder a finales de 2010. Pero, aun así, la ciudadanía catalana no da señales de agotamiento.

En el resto de España, la medida que más ha contribuido a llenar las calles ha sido la suspensión de la paga de Navidad a los empleados públicos, como se ha puesto de manifiesto en las protestas que ha habido durante la última semana. Y sobre todo se pudo ver ayer pese al calor asfixiante: la gente vestida con las camisetas verdes o amarillas en oposición a los recortes en la enseñanza pública se fundía con los uniformes y cascos de los bomberos, los policías vestidos de paisano y las camisetas negras de los funcionarios, protestando por un recorte salarial que en Cataluña la Generalitat no ha cuantificado definitivamente.

Aunque las protestas corrieron por toda España, las de Madrid y Barcelona fueron las más multitudinarias, con los lemas Quieren arruinar el país, hay que impedirlo, Somos más y #nocallem. En Madrid, los organizadores hablaron de 800.000 asistentes, mientras que fuentes policiales redujeron la cifra a 25.000. Los asistentes fueron 100.000, según los cálculos de EL PAÍS.

Con información de David García, Arantxa Murillo e Ivanna Vallespín.

Detenido un manifestante

David García Vázquez

Los Mossos d´Esquadra han informado de que un joven fue detenido ayer cuando concluía la jornada de protesta en Barcelona. El manifestante fue arrestado en el momento en el que abandonaba el Parque de la Ciutadella después de haber portestado delante del Parlament de Catalunya.

Cerca de 400 manifestantes se dirigieron ayer hasta la cámara catalana una vez concluida la marcha prevista hasta Plà de Palau. A partir de las ocho de la noche se vivieron los momentos más tensos de la concentración, cuando una veintena de bomberos saltó la valla de protección que habían colocado los Mossos y  se encararon con los antidisturbios.

Poco después de las 11, la policía advirtió por megafonía a los poco más de cien manifestantes que allí quedaban que debían abandonar el parque. Un cuarto de hora después dieron el útlimo aviso; en ese momento todos los presentes abandonaron pacificamente el recinto.

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