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La cooperativa de L’Aldea se precipita hacia la liquidación

La entidad, en concurso de acreedores, busca una nueva junta para salvar los 4,7 millones de euros

El futuro de la cooperativa agraria de L'Aldea (Baix Ebre) está en el aire. La entidad se encuentra en pleno concurso de acreedores, tras colapsarse su sección de crédito el pasado noviembre y bloquear las cuentas de todos los socios. Esta semana un grupo de impositores tenía que relevar a la anterior junta, dirigida por José Fernando Falcó, para intentar salvar la cooperativa. Sin embargo, cinco de los nueve miembros de la nueva candidatura han frenado sus intenciones y renuncian a tomar las riendas de la entidad. El motivo de la renuncia es que las cuentas de 2011 aún no están aprobadas ni se ha presentado la auditoría, que debe determinar el estado real de liquidez de la cooperativa.

“Estas eran nuestras exigencias, las cuentas por ley tenían que estar aprobadas el 30 de marzo, después se pasó al 30 de junio y ya estamos a julio y no las tenemos. Y tampoco se ha presentado la auditoría”, explica Jordi Gas, líder de la que tenía que ser la nueva junta de la entidad. A partir de ahora, si no se encuentran sustitutos, la cooperativa se precipitará hacia la liquidación. Esta es la sensación de la mayoría de los socios, quienes ven cada vez más difícil recuperar los 4,7 millones que aún están bloqueados. Pertenecen a 160 impositores y su retorno estaba supeditado a la buena marcha de economía de la cooperativa, aunque algunos pronósticos lo fijaban para dentro de 15 o 20 años.

“Es bastante complicado recuperar el dinero. Si apostábamos por la continuidad, se hubiese podido recuperar algo, no todo; pero si la cooperativa no sigue, puede que tenga que liquidarse. Nosotros no podemos tirarnos al vacío sin las cuentas aprobadas de una gestión que no es nuestra, es una agonía”, afirma Gas. En un principio, según las cuentas que tenían el beneplácito del exgerente de la cooperativa, entre 2010 y 2011 hubo ganancias de 24.000 euros, pero una segunda valoración marcó en ese tiempo pérdidas de 1,5 millones. El exgerente tiene ahora sus bienes embargados de manera preventiva. El administrador concursal cifra los bienes y activos de la cooperativa en 5,9 millones de euros, pero la cifra caería un 70% si se optara por la liquidación. Entonces, los socios también deberían hacer frente a un pasivo valorado en unos 8,5 millones de euros.

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Por su parte, el actual presidente de la cooperativa intenta calmar los ánimos afirmando que la auditoría ha sido más costosa de lo esperado. “Se han mirado hoja por hoja desde el año 2005, por eso se ha retrasado. Esta semana estará acabada. Tenemos tiempo hasta agosto para presentarla”, dice Falcó. El todavía presidente de la junta acaba de llevar la cosecha de sandía a la entidad y pide que el resto de los agricultores continúen aportando género, pero los socios empiezan a desesperar y reprochan el papel de la Generalitat en la crisis.

Durante la asamblea celebrada el lunes a última hora, Gas rebatió el argumento de que el Ejecutivo catalán no puede hacer nada porque la cooperativa es una empresa privada recordando las ayudas a la estación de esquí de Boí-Taüll y las subvenciones al grupo Godó por las “ediciones en catalán”. Los socios afectados por el bloqueo de cuentas piden un millón de euros de la Generalitat para empezar a rodar de nuevo. “Quieren que entremos en la cooperativa, pero no nos ayudan en nada. Pedimos el apoyo de la Generalitat porque ha fallado el control de fiscalización, en los últimos cinco años la Administración no ha hecho ninguna auditoría, se han fiado de las realizadas por la cooperativa y ya vemos cómo ha ido todo”, argumenta Gas.

La cooperativa se había puesto en contacto con agricultores de zonas próximas para aportar más cosechas y hacerla viable, pero por el momento han congelado los hipotéticos acuerdos porque temen no poder pagarles. Frente al pesimismo generalizado, el alcalde de L'Aldea, Daniel Andreu (ERC), insta a “no tirar la toalla” y agotar todas las posibilidades antes de dejar caer la cooperativa. Por eso, durante la asamblea se mostró partidario de buscar nuevos socios que formen una nueva junta e intenten salvar la centenaria entidad.

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