Bruselas diseña un plan para hacer el olivar más competitivo
El sector pide medidas urgentes ante la caída de los precios del aceite
El sector del olivar tenía puestas muchas esperanzas en la reunión de este jueves del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea, donde el comisario Dacian Ciolos iba a presentar un plan de apoyo al cultivo por excelencia de los países mediterráneos, del que Andalucía es el principal territorio productor. Pero antes incluso de conocerse los detalles del mismo era patente la desconfianza de los productores españoles ante un plan diseñado con medidas a medio y largo plazo, pero sin mecanismos de choque para combatir el principal lastre del sector: la caída en picado de los precios en origen del aceite de oliva, que la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha cifrado en un 52% desde el año 2002.
El plan del comisario Ciolos, cuyas líneas maestras anticipó en su visita a Córdoba el pasado 23 de abril, pasa por la promoción exterior del aceite, la lucha por la calidad, controles para evitar las mezclas ilegales y una mejor diferenciación ante los consumidores de las distintas tipologías de aceite de oliva. El sector aplaude esas medidas, pero echa en falta otras de mayor calado que sirvan para combatir la raíz de la crisis. Sobre todo, se piden cambios normativos para favorecer la concentración de la oferta, que ahora está atomizada y en claro desequilibrio ante la demanda que controlan unos pocos operadores.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ya dejaba clara la posición española antes del inicio del Consejo de Ministros de la UE: “España pide que se permita la concentración de la oferta, sin vulnerar la normativa europea de competencia, para que los productores puedan unirse en la negociación de los precios”. También se reclaman medidas de regulación de mercado para que las cooperativas y organizaciones de productores puedan retirar aceite del mercado y puedan tener capacidad de influencia en la fijación de los precios. Las cotizaciones actuales, ha admitido Arias Cañete, “condicionan las posibilidades del olivar español de obtener rendimientos más altos en los mercados de exportación”.
El más crítico con el plan de Bruselas fue el secretario regional de la UPA, Agustín Rodríguez, que lo calificó como una “cortina de humo” y lamentó la escasa dotación presupuestaria del mismo. Esta organización defiende un plan dirigido a reequilibrar la cadena de valor a través de tres líneas básicas de trabajo: reforzar los controles de calidad para garantizar la autenticidad de lo que se consume así como potenciar las estrategias de concentración de oferta y de la exportación vía promoción, para lo cual hace falta más inversión. Rodríguez lamentó la ineficacia de los dos almacenamientos privados de aceite de los últimos meses, que no han servido para que los precios repunten. A su juicio, con los 20 millones de euros que se destinaron la última campaña en toda la UE a las ayudas para almacenar aceite, habría dinero suficiente para reforzar la concentración del sector.
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