Rigau recortará un 33% la aportación a las guarderías el próximo curso
Desde su llegada a la Generalitat, CiU ha reducido a la mitad esta subvención Los alcaldes frenan el plan para que las ayudas varíen según la renta de los municipios
La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, vuelve a pasar las tijeras por la aportación económica de la Generalitat a las guarderías municipales. Rigau anunció ayer que para el próximo curso esta subvención será de 875 euros por niño y año. Esto implica un recorte del 33% respecto al curso actual, en el que la aportación es de 1.300 euros. También supone una reducción del 51% respecto a los 1.800 euros que aportaba la Generalitat antes de que CiU retomara las riendas del Gobierno en 2010.
Enseñanza ha establecido un nuevo equilibrio de fuerzas en el modelo de financiación de los jardines de infancia. Hasta el inicio de los recortes, el coste una plaza en una guardería (valorada en 5.400 euros de media) se dividía a partes iguales de 1.800 euros entre Generalitat, Ayuntamientos y familias. En estos dos últimos años la aportación autonómica ha ido disminuyendo y han sido los municipios y los padres los que han tenido que hacer un esfuerzo económico mayor para compensar el recorte.
La Generalitat considera ahora que el coste de una plaza de guardería es de 3.420 euros anuales (el importe es menor porque se excluyen servicios complementarios como el comedor y la acogida matinal), de los cuales la Generalitat y los Ayuntamientos asumirán cada uno el 25% (875 euros), y las familias cargarán con el 50% restante, esto es, 1.710 euros por curso.
El Departamento de Enseñanza se escuda en los problemas que ahogan la caja autonómica, pero también reconoce que el objetivo de fondo es “arreglar un modelo que no funciona y no es sostenible, ni con la crisis ni sin ella”.
La consejera de Enseñanza se encargó de anunciar ayer el nuevo recorte en las guarderías a las entidades municipalistas durante la reunión de la Comisión Mixta entre ambas partes. De hecho, el debate sobre las guarderías no figuraba en el orden del día del encuentro, según la Federación de Municipios de Cataluña (FMC), pero los alcaldes pusieron sobre la mesa este asunto al final del encuentro. La Generaliat no ha confirmado ni desmentido este punto.
Rigau se había comprometido el pasado 17 de mayo en el Parlament de Cataluña a empezar a negociar con las entidades su propuesta de nuevo modelo de financiación de las guarderías en la Comisión Mixta de ayer. Ese día, los alcaldes se encontraron con la sorpresa de que la Generalitat quería eliminar el sistema actual que marca una aportación única e igual para todos los niños. La Consejera opta, en cambio, por establecer importes diferentes, que dependerían del nivel socioeconómico del municipio.
El anuncio pilló por sorpresa a las localidades donde más afectaría esta propuesta, entre ellas Sant Cugat del Vallès y Matadepera, ambas comanadadas por alcaldesas de CiU. Este cambio de modelo despertó desconfianzas en todo el mundo local y desde la FMC alertaron de que se trataba de “un sistema complejo” que todavía estaba “poco definido”.
Los bandazos de una consejera
- Agosto de 2011. Los ayuntamientos alertan de la intención de la Generalitat de rebajar su aportación de 1.800 a 1.300 euros. Después de la presión del mundo local, Rigau rectifica y anuncia un recorte menor y la ayuda se queda en 1.600.
- Enero de 2012. Los nuevos Presupuestos reducen un 20% de la partida destinada a las guarderías. Se augura un nuevo recorte que Rigau se niega a concretar, pero los alcaldes presionan.
- Abril 2012. Harta de esperar, la FMC revela que Rigau quiere reducir la aportación a 1.300 este curso y 1.000 euros el próximo.
- Mayo de 2012. Rigau pide a los alcaldes que atrasen la matriculación a las guarderías mientras no anuncie la aportación. El mundo local se niega. Días después, Rigau confirma el importe de 1.300 y anuncia un nuevo sistema de aportación variable. Los Ayuntamientos ricos de CiU se rebelan.
- 11 de junio de 2012. Los alclades frenan el plan Rigau de ayudas variables, pero la Generalitat responde con un recorte del 33% de la ayuda.
La reunión de ayer entre la Generalitat, la FMC y la Asociación Catalana de Municipios (ACM) no fue plácida y la Generalitat admite que se produjo un “intenso debate” sobre los recortes en las guarderías. Las dos entidades se opusieron a la implantación de este nuevo sistema de aportación variable según la riqueza del municipio que Rigau quería poner en marcha el próximo curso. Las entidades consiguieron aplazarlo, aunque Enseñanza no cejará en su propuesta y la volverá a poner sobre la mesa en próximas reuniones.
Las entidades también exhortaron ayer a la consejera a que fijara ya la subvención a las guarderías de cara al próximo curso para dar más tiempo a los ayuntamientos para que se planifiquen. Y es que desde Rigau carga con la cartera de Enseñanza, los municipios han tenido que correr a última hora para rehacer sus números debido a los retrasos de la Generalitat a la hora de informar sobre su aportación a guarderías.
Sucedió en 2011, y en plenas vacaciones de verano. Entonces se anunció el primer recorte, cuando la aportación de 1.800 euros pasó a 1.600 euros. El problema es que afectaba al curso que acaba de finalizar, el de 2010-11. La subvención del curso actual se supo hace menos de un mes, el 17 de mayo, después de presiones y críticas de los alcaldes.
A pesar de conseguir el avance de la aportación y de frenar el cambio de modelo de financiación de las guarderías, las entidades no salieron contentas de la reunión. La FMC, más cercana al PSC, aseguró en un comunicado que la nueva reducción de la porción que paga la Generalitat “vulnera el modelo de financiación existente”. La entidad también advirtió ayer que con este nuevo recorte cada vez más familias se verán con problemas para pagar las guarderías. La ACM, más próxima a CiU, declinó hacer valoraciones.
Este año muchos municipios están subiendo notablemente las cuotas de las guarderías, como Barcelona (10%) o Sabadell (hasta el 40%). Montse Fernández, presidenta de la Coordinadora de Guarderías de Cataluña, advirtió que las guarderías pueden llegar a convertirse “en un lujo” que no todas las familias se podrán permitir, cosa que convertirá los jardines de infancia en una forma de distinción social. Fernández reivindica la importancia de esta etapa de la educación y se pregunta inquieta sobre el destino de los niños que no puedan acceder a las guarderías. “¿Dónde estarán? ¿Quién los cuidará? ¿Qué harán con ellos?”.
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