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ALFONSO JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ DÍEZ | JEFE SUPERIOR DE POLICÍA DE MADRID

“La solución de la Cañada Real no exige solo medidas policiales”

F. Javier Barroso
El jefe superior de Policía de Madrid, José Luis Fernández Díez.
El jefe superior de Policía de Madrid, José Luis Fernández Díez.SAMUEL SÁNCHEZ

El comisario principal Alfonso José Luis Fernández Díez (Valladolid, 1952) lleva al frente de la Jefatura Superior de Policía de Madrid desde el pasado 17 de enero. Casado y con dos hijas, ingresó en la policía en 1973. Ha pasado por destinos como Bilbao, Pamplona y Valladolid hasta que recaló en la capital. Antes dirigió durante seis años la Policía Foral de Navarra.

Pregunta. ¿Cómo han sido los primeros meses al frente de la jefatura?

Respuesta. Han sido unos meses incesantes, porque han coincidido en el tiempo muchísimos actos de movilización social. Yo sí que había tenido parecidos en otros puestos de trabajo, pero no tan seguidos.

P. Una de sus primeras medidas fue hacer cambios en la jefatura y al final no los hizo. ¿Por qué esa precipitación?

R. No fue una precipitación. Fue más bien desconocimiento de que se estaba estudiando un nuevo catálogo de puestos de trabajo. Lo lógico además es que cuando un jefe llega a una ciudad importante quiera constituir su equipo más próximo al objeto de abordar cuanto antes problemáticas y formas de dirección nuevas.

P. Madrid ha sufrido una oleada de robos. ¿Qué ocurre?

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R. El índice delincuencial de Madrid no es mayor que el de otras provincias, si multiplicáramos el número de habitantes o la extensión de terreno que tiene esta región. Se dan fenómenos en gran medida. A lo mejor una banda de delincuentes tiene más facilidad en esta ciudad tan amplia a cometer delitos a diferencia de lo que puedan cometerse en pequeños pueblos.

P. ¿Cómo van los delitos?

R. Estamos en una bajada alrededor del 3,5% respecto al año pasado. No doy mucha importancia a las estadísticas. Me interesa más la sensación social de seguridad y bienestar de nuestros ciudadanos frente a las frías estadísticas.

P. ¿Y cuando en una noche se dan hasta ocho o nueve butrones y alunizajes?

R. Se pueden dar y, de hecho, se dan. La policía no tiene la bola mágica en la que pueda adivinar el futuro. A pesar de muchísimos planes preventivos que se ponen en marcha, la realidad es que un fin de semana con la existencia de varias bandas al unísono pueden ocasionar graves perjuicios. Me preocupa mucho que, una vez cometidos, los delitos no se esclarezcan. Nuestra eficacia debe elevarse exponencialmente. No es que esté baja, que no lo está, pero debe subir.

P. En su opinión, ¿tiene solución la Cañada Real?

R. Solucionar barrios marginales, una vez que ya están muy instalados, es difícil. No exigiría solo medidas policiales, sino que diversos sectores sociales se implicaran en la solución. Tiene que ir desde el urbanismo hasta los servicios sociales. Probablemente, la marginación surge con la desatención o la improvisación. En ese sentido la solución pasa en la actualidad porque la policía ejerza su trabajo al objeto de diferenciar las personas que viven decentemente en esa barriada de aquellos que están instalados para el tráfico ilegal de drogas. La policía debe aislar, detener y desarticular las bandas organizadas y clanes instalados en la Cañada Real.

P. ¿Y cómo se siente un policía cuando tras meses de investigación detiene a una banda de aluniceros y el juez los deja libre a las pocas horas?

R. La obligación principal de la policía no es enjuiciar la justicia. Ahí la policía debe analizar qué ha hecho mal o qué cosas debería haber hecho mejor o cómo se pueden perfeccionar los atestados para convencer al juez de que adopte medidas como la prisión provisional para aquellas personas que suponen un peligro público.

P. Madrid ha perdido 567 policías en el último concurso de traslados. ¿Qué se puede hacer para evitar esa salida?

R. Madrid está perfectamente cubierto en materia policial, porque en cualquier plantilla policial hay un déficit tradicional de efectivos. Ahora mismo, si tenemos la plantilla en un 95 o 96% de ocupación, la verdad es que yo soñaría con estas cifras en épocas peores. Podría quejarme, pero no es así. Creo que tengo la plantilla que corresponde a Madrid y me siento satisfecho en ese sentido.

P. Madrid ha vivido un millar de manifestaciones en lo que va de año. ¿Es fruto de una alta conflictividad social?

R. Creo que no hay una gran conflictividad, más que nada porque yo vengo de zonas mucho más conflictivas y aprecio el ambiente social de otra manera. Las pequeñas perturbaciones que tenemos no son importantes. No desembocan en graves conflictos públicos, en daños o estragos que supongan un grave trastorno social o de la convivencia de los ciudadanos.

P. Sin embargo, hay grupos que toman Sol durante días.

R. Los concentrados en la Puerta del Sol pretendían hacer muchas más cosas de las que lograron hacer. No ha habido graves perturbaciones de orden público. Han pasado cuatro jornadas con muchísima gente en la calle, en una zona de Madrid, en la que la policía no ha tenido que utilizar tan siquiera la defensa de goma.

P. ¿Qué piensa cuando un grupo de personas paraliza el metro en hora punta?

R. La primera reacción es la de ponerse a trabajar para detener inmediatamente a los que lo han paralizado y han causado la extorsión a los demás ciudadanos. Además de cierta frustración, también uno siente que se tienen que revisar las medidas de prevención por parte de la empresa y de la policía.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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