Sheinbaum lanza un alegato contra las presiones de Trump en el aniversario de la Constitución: “No somos colonia ni protectorado de nadie”
La presidenta de México aprovecha el festejo republicano y muestra un cierre de filas en defensa de la soberanía nacional
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha plantado cara a su homólogo estadounidense, Donald Trump, y ha defendido la soberanía nacional frente a las presiones del exterior y las amenazas de intervencionismo. Las declaraciones de la mandataria, en el festejo por el aniversario de la Constitución de 1917, llegan en un momento en que ambos países se encuentran en un periodo de tensa calma mientras evalúan políticas de seguridad y migración, con el fantasma de los aranceles a las importaciones desde México en el horizonte. “México es un país libre, soberano, independiente. No somos colonia de nadie ni protectorado de nadie”, ha declarado Sheinbaum desde el Teatro de la República, en Querétaro, donde se promulgó la Carta Magna que está vigente. “Podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestro pueblo y nuestra patria”, ha añadido, ante los aplausos y gritos de decenas de funcionarios del oficialismo y la oposición convocados.
Sin mencionar directamente a Trump, Sheinbaum ha aludido a amenazas a la soberanía nacional y al “espíritu intervencionista [que] asoma a las puertas” de la patria, por lo que ha convocado a la unidad de los mexicanos. “Cualquier intención de afectar nuestro derecho de ser un pueblo libre, un país independiente, una tierra soberana, se topará con un pueblo valiente, que sabe luchar para defender sus derechos y a su patria”, ha afirmado. Sheinbaum ha repetido la nueva soflama que ha acuñado al calor de los embates del presidente de Estados Unidos. “Cooperación sí, subordinación no. Colaboración sí, sometimiento no. Nada de injerencismo, ni intervencionismo, tampoco de racismo ni de clasismo”, ha señalado.
La mandataria ha contado con el respaldo de la oposición en su papel de jefa de Estado en las negociaciones con Trump. “Presidenta: hacemos un reconocimiento a su serenidad y su firmeza, a su sensatez y su capacidad de diálogo para defender los intereses del país. Su ejemplo nos recuerda que nada ni nadie puede vencer a los mexicanos cuando se trata de defender la dignidad nacional”, ha afirmado el panista Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, legislador del bloque gobernante, ha apuntado que Sheinbaum dio “una lección enorme de principios, de firmeza, de valentía […] de defensa de la soberanía y la independencia nacional, dejando intacta la dignidad del pueblo de México”.
El fin de semana, Trump decretó la imposición de aranceles del 25% a las importaciones desde México en represalia, según sus palabras, por la inacción del vecino del sur ante el tráfico de fentanilo y la migración irregular hacia EE UU. El lunes, tras una llamada entre los dos mandatarios, se anunció que la medida coercitiva se suspendería un mes y estaría sujeta a evaluación. Trump obtuvo de Sheinbaum el compromiso de desplegar a 10.000 militares en la frontera entre los dos países para contener el narcotráfico y la migración. Más allá del éxito momentáneo, la mandataria busca apurar las inversiones y que el empresariado mexicano produzca más para el mercado interno, hasta cubrir el 50% de la proveeduría y el consumo nacional.
El festejo republicano en Querétaro sirvió a Sheinbaum para hacer un repaso por los desafíos históricos que ha atravesado México en la defensa de su soberanía. Ha recordado la Independencia respecto de España y las posteriores invasiones de Francia y Estados Unidos, los movimientos internos por instaurar un segundo imperio y la añoranza conservadora de convertir al país en un protectorado extranjero, hasta el “periodo neoliberal”, donde el oficialismo identifica el surgimiento de una casta política corrupta y privilegiada. “México tiene un pueblo valeroso que sabe estar siempre a la altura de los retos que nos ha impuesto la historia y el porvenir. México es una gran nación, México y su pueblo siempre estarán listos para defender a la patria”, ha afirmado.
En el discurso de Sheinbaum apareció el nombre de Andrés Manuel López Obrador, expresidente y fundador de Morena, el partido oficialista, y quien decretó que su Gobierno marcaba el inicio de la Cuarta Transformación de la historia mexicana, tras la Independencia, la Reforma y la Revolución. Como hiciera López Obrador hace exactamente un año, cuando mandó al Congreso una batería de reformas constitucionales, entre ellas la judicial, Sheinbaum ha anunciado este miércoles que enviará a los legisladores dos iniciativas con su cuño: una para prohibir la reelección y otra para prohibir el nepotismo. En este último caso, se establecerá en la Constitución que ningún familiar podrá suceder de manera inmediata a otro, tratándose de un puesto de elección popular.
La presidenta ha defendido la reforma judicial, por la que, a partir de este año, todos los jueces de México serán electos por voto popular. La enmienda ha provocado durante meses confrontaciones entre el oficialismo y la oposición, y ha arrinconado a la Suprema Corte de Justicia a un sitio de absoluta irrelevancia política. Para el evento en Querétaro, pese a su signo republicano, Sheinbaum ha decidido no invitar a Norma Piña, presidenta del Supremo y cabeza del Poder Judicial, de modo que solo estuvieron representados dos de los tres poderes de la Unión: el Ejecutivo y el Legislativo, ambos dominados por Morena. La mandataria sí invitó, sin embargo, a las tres ministras de la Corte alineadas con el oficialismo: Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, quienes ostentan el doble rol de juezas y aspirantes a ser votadas en la elección judicial de junio.
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