Huesos fabricados con I+D
La compañía Keramat, creada en el seno de la Universidad, compite en el mercado internacional con productos que consiguen regenerar tejidos óseos
Los famosos brotes verdes aparecieron en algunos lugares hace años aunque muy pocos supieron verlos. La incubadora de empresas de la Universidad de Santiago (USC) produjo algunos y ahora puede verse el resultado de aquella incipiente política que entonces comenzaba a conocerse como I+D. El polígono de Novo Milladoiro de Santiago acoge las instalaciones de Keramat, una empresa puntera dentro de España en el sector de la bioingeniería ósea y que desde su creación en 1999 va conquistando nuevos mercados fuera de nuestras fronteras. Es la única empresa española fabricante de productos que contribuyen a la regeneración de los huesos en aquellas zonas en las que se ha perdido tejido.
Según explica Miguel Souto, consejero delegado de Keramat, los productos que fabrica la compañía se destinan a distintas ramas de la medicina: odontología, traumatología y neurocirugía, principalmente. Los primeros se aplican a los pacientes que tienen necesidad de reconstruir el hueso en el que se asientan las piezas dentales y los segundos en aquellas fracturas o defectos en diversas partes del cuerpo que también obligan a actuar para recuperar material óseo.
Keramat fabrica productos procedentes de fosfatos cálcicos con una apariencia granulada que se implantan en el paciente y que permiten al hueso volver a expandirse. “La característica más importante de este material es que acaba desapareciendo ya que es absorbido por el propio hueso que se pretende regenerar. Al final lo único queda es el propio tejido. Es la auténtica medicina regenerativa. Hemos tardado más de diez años en llegar a conocer lo que el hueso necesita, no es solo importante la composición sino también la porosidad que presenta el producto”, indica Souto, uno de los que comenzaron desde cero la creación de esta iniciativa empresarial nacida en el Instituto de Cerámica de la USC.
La empresa tiene en marcha un plan estratégico cuyo principal objetivo es convertirse en una firma de referencia internacional en el sector de la medicina regenerativa. Para conseguirlo cuenta con un conjunto de productos innovadores y también opera facilitando licencias tecnológicas a otras compañías para que fabriquen sus propios productos. Aunque España sigue siendo el país en el que Keramat vende un mayor volumen de productos, su expansión internacional le lleva a estar presente en lugares como Italia, Portugal, Bulgaria, Rumanía, Israel, Taiwan y Rusia. Cara al futuro está previsto introducirse en otros mercados como Oriente Medio, Estados Unidos y Latinoamérica. La facturación de la empresa compostelana este año rondará el millón de euros.
Keramat es un ejemplo de como la inversión en I+D acaba por tener resultados. La empresa ha interiorizado esa cultura y sigue contando con un departamento formado por tres personas para investigar en nuevos productos. Souto apunta que las ayudas públicas son esenciales para que este tipo de proyectos puedan salir adelante, especialmente en sus fases iniciales. La empresa ha tenido apoyo autonómico y nacional y en la actualidad sigue colaborando con la USC para desarrollar proyectos de investigación.
El hecho de estar instalada en una región periférica como Galicia no supone especiales inconvenientes para Keramat, aunque su consejero delegado señala que en sus viajes al extranjero se encuentra con muchas personas que se sorprenden por encontrarse con una empresa tan innovadora que no esté situada en Madrid o Barcelona. “De momento somos la única empresa española que trabaja con este tipo de materiales”, indica Souto, quien destaca también que Keramat cumple sobradamente la exigente normativa europea que regula estos productos. Los países en los que se sitúan las empresas que compiten con Keramat en el mercado internacional proceden principalmente de Alemania, Francia, Italia, Suiza, Estados Unidos y Japón. Esto da una idea del nivel tecnológico que ha alcanzado la compañía gallega para poder competir con empresas de países tan potentes.
Keramat cuenta con un equipo multidisciplinar en el que trabajan biólogos, farmaceúticos, físicos, químicos, médicos, y presumen de desarrollar todo el trabajo íntegramente en Galicia. “Nuestro hándicap es ser una empresa española, porque aún no tenemos una marca de alta tecnología en el mercado internacional. Tenemos que hacer el doble de esfuerzo respecto a otros para demostrar que podemos competir. Nuestros productos ofrecen muy buena calidad a un precio competitivo”, explica Souto. Parece claro que el camino emprendido por Keramat es un buen ejemplo de por dónde debe ir la nueva economía que muchos están buscando.
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