“Los recortes sociales están acabando con el derecho a la salud”
El experto en salud de la Universidad Pompeu Fabra denuncia la "agenda oculta" de privatizaciones del Gobierno catalán
Joan Benach es experto en salud pública, profesor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y coordinador del Grupo de Investigación sobre Desigualdades en la Salud (GREDS-Emconet) de dicha universidad. En el libro La sanidad está en venta (Icaria), del que es coautor, avisa de que los recortes erosionan los servicios sanitarios y aumentan las desigualdades. En la obra —firmada junto con los expertos Carles Muntaner, Gemma Tarafa y Clara Valverde—, los autores razonan que estamos ante una evolución del sistema hacia una sanidad “mercantilizada”, que rompe el concepto de ciudadanía y solidaridad social, destruye el derecho a la sanidad y “abre paso al clasismo, la discriminación y la desigualdad”. Las reformas, defienden, constituyen un “golpe de Estado” contra un logro colectivo.
Pregunta. ¿Es la salud un bien privado que depende de uno mismo, tal como sostiene el consejero de Salud, Boi Ruiz?
Respuesta. Desde el punto de vista de la salud pública, esas declaraciones son indefendibles. La salud pública o poblacional no depende fundamentalmente de factores genéticos o los mal llamados estilos de vida; ni siquiera de la atención sanitaria. La Organización Mundial de la Salud habla de las “causas de las causas”, es decir, los determinantes sociales de la salud: la distribución de la riqueza, la educación, la situación laboral... Son esos factores los que determinan la salud de la ciudadanía. Las declaraciones de Boi Ruiz son irresponsables y reflejan los valores de un determinado sector social que el consejero representa.
P. La diferencia en la esperanza de vida de los habitantes de un barrio rico y un barrio pobre de Barcelona o Madrid puede superar los cinco años. ¿Por qué?
R. Las personas se agrupan y viven en barrios distintos según diversos factores, como la clase social, su origen étnico y la condición de ser inmigrantes. Esos barrios tienen distintos servicios, la calidad del aire que se respira varía, etcétera. Esas diferencias sociales se reflejan en las desigualdades en salud. En epidemiología social se utiliza el concepto de incorporación para explicar cómo los determinantes sociales afectan a la biología y generan enfermedad.
P. ¿El sistema público de salud está pensado para reducir esas desigualdades?
R. Aunque los sistemas de salud no son el factor más importante, sí ayudan a reducir las desigualdades en el acceso y la calidad de la atención sanitaria. El sistema sanitario español universal, gratuito y de calidad, ha sido muy importante. Basta con mirar hacia Estados Unidos, uno de los países más ricos del mundo, donde el gasto en sanidad es mucho mayor, y en el que 50 millones de personas no tienen cobertura.
P. El recorte del presupuesto de Salud, del 10% en un año, ¿pone en peligro el papel del sistema sanitario público como amortiguador de desigualdades?
R. Una reducción de ese calado tiene consecuencias claras sobre la calidad y la equidad del sistema. Los recortes influyen en los servicios. Ya hemos visto cómo han aumentado las listas de espera, que son un indicador básico de calidad del sistema. Además, en un sistema tan centrado en los hospitales y con una red de atención primaria débil, los recortes aumentarán la desigualdad y la mortalidad y empeorarán los indicadores de salud de la población.
P. ¿Es el sistema de salud insostenible?
“Los estudios indican que el copago es injusto y nada equitativo”
R. Se repite una y otra vez, pero Cataluña y España gastan menos en atención sanitaria que el promedio de países de la UE y la deuda acumulada del sistema no es tan grande. Claro que hay margen de mejora en la eficiencia: gastamos poco en atención primaria, donde con poco se consiguen grandes resultados, y demasiado en farmacia. Aun así, tenemos un buen sistema para el nivel de gasto existente. Que haya margen de mejora no se puede utilizar como excusa para un cambio de modelo. Medidas como aumentar los impuestos a la gran banca y a las grandes fortunas y empresas, así como combatir con dureza el fraude fiscal, nos dotarían de muchos miles de millones para sanidad.
P. En el libro afirman que vamos hacia una sanidad dual. ¿A qué se refieren?
R. Vamos hacia una sanidad para ricos y otra para pobres más cercana a la beneficencia. Las políticas neoliberales y los recortes de los Gobiernos catalán y español están acabando con el derecho a la salud. Si logran que las clases medias abandonen el sistema público, se acabó la universalidad.
P. ¿Por qué?
R. Si las clases medias tienen que pagar el sistema público a través de impuestos y al mismo tiempo una mutua privada, porque el sistema público está degradado, no les saldrá a cuenta utilizar el sistema público. Se dedicarán menos recursos a la red pública, que se convertirá en un sistema para pobres. El sistema privado de salud y el público son vasos comunicantes. Para que el privado crezca, primero hay que debilitar el público. No hay que olvidar que las personas que pagan una mutua todavía van a los hospitales públicos cuando sufren un problema grave de salud.
P. ¿El euro por receta y el copago, como la propuesta de abonar cinco euros por noche en el hospital, ponen en peligro el sistema?
R. El copago tiene efectos negativos sobre la equidad: es un obstáculo para que ciertos grupos, como ancianos, discapacitados, inmigrantes y las clases pobres accedan a los servicios. En España hay más de un 20% de hogares pobres. A pesar de lo que dijo el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, de que ocho euros al mes en medicinas es “un café a la semana”, los estudios muestran que el copago es injusto y no equitativo.
P. El consejero Andreu Mas-Colell acaba de pedir que las rentas altas abonen el 100% de las recetas. ¿Está de acuerdo?
"Vamos hacia una sanidad para ricos y otra para pobres cercana a la beneficencia"
R. Es una medida injusta, ya que la sanidad debe ser universal independientemente de la condición social, e ineficiente porque aumentará los costes administrativos. Los ejemplos históricos muestran que los modelos más justos se construyen a través de una financiación suficiente vía impuestos a los que más tienen y dentro de un sistema fiscal adecuado que persiga el fraude.
P. ¿El Gobierno catalán tiene una agenda oculta en lo que se refiere a la salud?
R. Hay indicadores que así lo sugieren. Crean miedo de una forma astuta y, a veces, sutil. Actúan con total falta de transparencia y, en algunos casos, inmersos en claras situaciones de conflicto de intereses. Hay una agenda que pretende favorecer lo privado en detrimento de lo público.
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