“Nos están robando toda nuestra vida”
Los universitarios se suman a las movilizaciones contra la reforma laboral La policía impide un encierro en el instituto Juan de la Cierva
Estudiantes universitarios se sumaron anoche en Madrid a las protestas contra la reforma laboral con encierros. También han organizado movilizaciones. Un centenar de alumnos se encerró anoche en la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, en el Campus de Somosaguas, para preparar las acciones contra la reforma laboral. Asiste un centenar de personas. La velada se repite, según estiman los alumnos de Políticas, al menos en cinco de las seis universidades públicas de Madrid. Con la asamblea de fondo —en la que deciden no permitir que se quede la periodista—, dos jóvenes cuentan por qué apoyan la huelga. David y Enrique (prefieren no dar apellidos) tienen 22 años y trabajan en precario desde adolescentes. “Nos están robando toda nuestra vida”, dicen. Enrique es conserje, camarero y traductor. David trabaja “en hostelería”. Solapan curros. Enrique a veces va el jueves y el viernes a un bar y el sábado madruga para estar en la conserjería. “Vivo solo, tengo facturas que pagar”. Es hijo de familia numerosa y entiende que su deber es aportar en casa. A la madre de David la echaron de su empresa con un ERE.
De lejos se oyen las deliberaciones de la asamblea. Apenas un centenar de 200.000 alumnos de la universidad pública madrileña. Esperan ser más y llenar la calle. Este martes han previsto pasaclases informativos y manifestación a las seis de la tarde desde Colón. Querían acabar en Sol. La Delegación de Gobierno, como en la marcha del día 29, se lo ha denegado porque coincidía con otra movilización.
Los estudiantes se organizan desde Toma la Facultad, movimiento surgido al calor del 15 M que tomó fuerza con la marea verde, la protesta contra el recorte de docentes. David y Enrique no sabrían por dónde empezar en su crítica a la reforma. Sus movilizaciones empezaron contra el Plan Bolonia, les preocupa el aumento del precio de matrículas y la privatización de la universidad. Llevan años reclamando mejoras "no solo en el empleo". "No podría destacar solo una cosa", dice uno. "Podría decir que el despido en 20 días pero ojalá me hubieran despedido a mí alguna vez con 20 días", concluye el otro.
Un grupo de alumnos de instituto intentaron ayer emular a los universitarios con su propio encierro. Medio centenar, la mayoría menores, acompañados por algunos profesores y padres, se quedaron a las puertas del IES Juan de la Cierva (Arganzuela). Sus planes chocaron con la oposición del director. “Dos conserjes custodiaban la puerta. A las diez de la noche decidieron impedir la salida del director, Amalio González, que llamó a la policía. Los agentes les pidieron la identificación y les concedieron media hora para celebrar una asamblea, so pena de enfrentarse a una multa de 3.000 euros. “En este país ya no se puede ni hablar en la calle, parece un estado de sitio”, criticaba un padre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.